lunes, 6 de junio de 2016

No se Juega al Homosexual con nuestros Hijos




EL DESCARO DE LOS HOMOSEXUALES


En la página de los homosexuales en Chile, www.movilh.cl aparece ya el artículo sobre cómo educarán a nuestros hijos en las escuelas y que es lo que les enseñarán.

Viendo el texto y el contexto de los escrito y de los dibujos se observa claramente la aberración que desean hacer con nuestros hijos, sin consultarnos y saltándose la Constitución actual, que aún está vigente.
Es claro que la Nueva ya la tienen escrita, ya la tienen hecha y ha nadie consultaron al respecto; lo que se dice y se habla de consultarles a fulano, sutano y merengano es una farsa que ni el viejo pascuero cree, claro, porque no existe.

CNCrtv sacó este texto que viene en formato PDF y lo pasamos a Word para sacar algunos escritos y fotos para alcanzar a dimensionar lo que estos seres irracionales desean hacer con nuestros hijos. Es irracional, porque no se puede querer hacer cambiar el sexo de un niño por sí solo… Miremos qué es lo que nos ofrecen ahora en las Aulas a partir del 2017 a nuestros hijos y nietos









Dimensiones de la sexualidad:
Las dimensiones de la sexualidad dan cuenta de las diversas formas de sentirla y vivirla. La manera como ello ocurre permite (auto) identificar y (auto) conocer a los seres humanos como hombres o mujeres, quienes pueden ser heterosexuales, homosexuales, bisexuales o transexuales.

Dichas dimensiones son:
Sexo:
Define el hecho de ser hombre o mujer a partir de variadas condiciones anatómicas, fisiológicas y psicológicas.

Identidad de género:
Es la pertenencia a un sexo u otro, es decir, sentirse hombre o mujer.

Rol de género:
Es el papel, acción o actitud asumido por una persona de acuerdo a factores sociales, culturales, políticos, económicos, éticos o religiosos. Los roles de género pueden derivar en estereotipos o discriminación sí es que no se corresponden con las verdaderas capacidades e intereses de las personas. Así por ejemplo durante gran parte de la historia se ha pensado que el rol de género de la mujer es ser dueña de casa, mientras que al hombre se le ha adjudicado la labor de proveedor. Lo mismo ocurre con la afirmación “sólo las mujeres lloran y los hombres no”. Con el paso del tiempo ha quedado claro que muchos roles de género no son exclusivos de un determinado sexo, sino que pueden ser desempeñados con igualdad por ambos, aunque con diversas formas de expresión.

Orientación sexual:
Está determinada por el deseo natural, tanto sexual, como amoroso y erótico; hacia otras personas.

Conducta sexual:
Son las prácticas e historias sexuales de las personas que pueden ser siempre o en algún momento iguales o distintas a su orientación sexual y que se encuentran muy influenciadas por el contexto social, político, cultural, religioso o económico donde se inserta el ser humano.

Transexualidad femenina o mujeres transexuales:
Identifica a quienes naciendo con un físico y/o genitales del sexo masculino, desde la niñez sienten que su sexo es femenino. El proceso y la transición médica, psicológica y social vivido por estas personas para adecuar el cuerpo a su identidad de género, permite denominar a las transexuales femeninas como HaM (hombre a mujer).

Transexualidad masculina u hombres transexuales:
Son quienes naciendo con un físico y/o genitales del sexo femenino, desde la niñez sienten que su sexo es masculino. El proceso médico, psicológico y social experimentado para adecuar el cuerpo a su identidad de género, posibilita llamar a los transexuales masculinos como MaH (mujer a hombre).

Travestismo:
El travestismo es el uso de vestimentas distintas a las del sexo con que se identifican las personas y es considerado un especie de fetichismo. Es decir, se usan vestimentas distintas al sexo sólo por placer o curiosidad y no por sentir que se nació en un cuerpo equivocado.

Transformismo:
Expresión artística donde una persona asume para un espectáculo un rol o identidad de género distinta a la que le corresponde. En Chile es común ver a animadores o comediantes de televisión ejerciendo el transformismo.

Orígenes:
La homosexualidad y la transexualidad existen desde el comienzo de la humanidad y aunque sus expresiones se dan en todo el mundo, unas de las primeras menciones se encuentran en la Grecia Antigua.
En ese período la homosexualidad y la transexualidad formaban parte de la vida cotidiana y de las historias míticas de los filósofos y no eran consideradas un problema mayor, según variadas investigaciones.
Con el correr de los siglos y con la influencia del cristianismo el rechazo fue en aumento alcanzando uno de sus más altos niveles en el 309 D.C cuando el Consejo Eclesiástico de Elvira (actualmente Granada de España) aprobó 37 leyes canónicas referidas a la sexualidad.
En dichas leyes, que se extendieron por toda Europa y luego a América, cualquier expresión sexual que no tuviese por fin la procreación fue considerada un pecado.

 Lo que se creía:
Desde el siglo XVII estudios del comportamiento humano se concentraron en averiguar las causas de la homosexualidad y de la transexualidad.
Uno de los libros más influyentes fue “Psychopathia Sexualis” (1886) del neurólogo alemán Richard von Krafft-Ebing, quien consideraba a la homosexualidad como una desviación sexual producida por una constitución defectuosa del sistema nervioso.

Con importantes matices, la idea de “desviación sexual” fue luego validada por el padre del psicoanálisis, Sigmund Freud, para quien, al menos al comienzo de sus investigaciones, la homosexualidad era el resultado de un estancamiento en las fases del desarrollo del ser humano.

Tales hipótesis predominaron hasta gran parte del siglo XX y derivaron en que muchos psicólogos y psiquiátras sometieran a la diversidad sexual a terapias que buscaban curar o revertir la transexualidad y la homosexualidad, pero esas intervenciones sólo provocaron más daño en las personas.
En forma paralela, otros investigadores han venido señalando que la homosexualidad es producto de estructuras o composiciones cerebrales, genéticas u hormonales, pero la verdad es que hasta ahora nadie tiene certeza sobre ello y las causas son tan desconocidas como las de la heterosexualidad.

El único consenso es que en el desarrollo de toda orientación sexual o identidad de género inciden múltiples factores (psicológicos, sociales, biológicos) y no sólo uno.

Enfermedad:
En la actualidad existe un amplio consenso médico y científico respecto a que la homosexualidad y la bisexualidad, independiente de sus causas, no son una enfermedad, sino que una variación más de la sexualidad humana, al igual como lo es la heterosexualidad.

Todos los estudios que erróneamente señalaron en el pasado que la homosexualidad era una patología, habían sido aplicados a personas que tenían trastornos mentales, por lo que no eran representativos de gays y lesbianas.

Así es como la Organización Mundial de la Salud (OMS, 1992), la Asociación de Psicología Americana (1975) y la Asociación de Psiquiatría de Estados Unidos (1973), junto a otros organismos, han enfatizado que la mejor asesoría que puede recibir una persona homo o bisexual es aquella que le permita vivir su sexualidad de la manera más sana y libre posible.

En relación a la transexualidad la comunidad científica aconseja el tratamiento y la ayuda para adecuar el físico de la persona a la identidad de género de la que se siente parte.

Las investigaciones científicas han demostrado que las personas homosexuales y transexuales si pueden sufrir severos trastornos psicológicos, pero no producto de su orientación sexual o identidad de género. El problema se origina por la discriminación social que en casos graves termina con el suicidio y, en la generalidad de las ocasiones, provoca problemas de autoestima, soledad, impotencia y dolor.

Proceso de autoconocimiento
Al igual como ocurre con la heterosexualidad, las personas van conociendo desde la niñez si son transexuales u homosexuales, pasando por experiencias y procesos de identificación hasta una comprensión total de lo que se es, si es que se reciben las informaciones adecuadas.

El proceso se diferencia del vivido por personas heterosexuales, porque niñas y niños transexuales y homosexuales van apreciando, a medida que van creciendo, que su orientación sexual o identidad de género es rechazada por gran parte de la sociedad, incluidas en algunos casos sus propias familias.
Si se carece de la ayuda y orientación adecuada se puede ver afectado el desarrollo armónico y sano de la sexualidad, a un punto que muchas personas nunca salen del armario, es decir jamás confidencian ante otros/as o asumen de manera voluntaria o pública su orientación sexual o identidad de género, provocándose un profundo daño emocional.

De acuerdo a investigaciones de la profesora de Psicología Evolutiva y Educación de la Universidad de Salamanca, Sonia Soriano, los procesos por los que generalmente pasa una persona homosexual o transexual son los siguientes:

Sentimiento de diferencia:
Significa sentirse diferente a las personas (hermanos/as, padre, madre, amigos/as, compañeros/as) que rodean al ser humano en la infancia.

Negación:
Al carecer de referentes cercanos sobre la propia orientación sexual o identidad de género y al apreciar que los afectos son rechazados por una mayoría, la persona niega lo que es por miedo y con culpa.

Homo/transfobia interiorizada:
Debido a la falta de opiniones o actitudes externas positivas hacia la homosexualidad o la transexualidad, la persona puede sentir homofobia o transfobia, es decir rechazo y vergüenza sobre su propia orientación sexual o identidad de género y sobre quienes sienten de igual manera.

Manifestación y definición:
Consiste en ir asumiendo de manera paulatina el hecho de ser transexual o de amar y desear a alguien del mismo sexo.

Exploración, experimentación e intimidad:
Determinado por la socialización y/o intimidad con pares homosexuales o transexuales.

Auto-aceptación e integración:
La persona asume como propia una identidad homosexual o transexual.

Consolidación de identidad:
Se comprende e internaliza que la orientación sexual o identidad de género no es lo único que define a la persona, pues ello sólo es un aspecto más del ser humano.

Salida del armario:
Es la revelación de la identidad de género o la orientación sexual ante terceros.

Una persona puede vivir todos o algunos de estos procesos a lo largo de su vida y los tiempos dedicados a cada uno de ellos varían de acuerdo a factores sociales e individuales.

DDHH, sexuales y reproductivos
El 10 de diciembre de 1948 la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas aprobó y proclamó la Declaración Universal de los Derechos Humanos y, con el paso del tiempo, los países han adecuado sus políticas y leyes a los principios de ese importante texto.

Estos derechos garantizan a toda persona por su sola condición humana, y sin distinciones de ningún tipo, igualdad social, política, económica, cultural y jurídica.

Ello significa que nadie puede ver violentada su vida, su integridad física y psíquica, su dignidad o su libertad, en especial porque los derechos humanos son:

Universales: es decir son posesión de todas y todos. Inviolables: no se pueden transgredir y si ello ocurre, las personas afectadas merecen ser compensadas o reparadas. Inalienables: no se puede despojar a nadie de ellos.

Los derechos sexuales y reproductivos son parte de los Derechos Humanos, pues garantizan las libertades, la seguridad y las condiciones básicas para que las personas puedan atender sus necesidades con dignidad.

Algunos de esos derechos son:
1             El derecho a decidir de forma libre sobre mi cuerpo y mi sexualidad.
2             El derecho a conocer el propio cuerpo y al autoerotismo.
3             El derecho a ejercer y disfrutar plenamente mi vida sexual.
4             El derecho a manifestar públicamente mis afectos.
5             El derecho a decidir con quien compartir mi vida y mi sexualidad.
6             El derecho al respeto de mi intimidad y de mi vida privada.
7             El derecho a vivir libre de violencia sexual.
8             El derecho a la libertad reproductiva.
9             El derecho de igualdad de oportunidades y a la equidad.
10           El derecho a vivir libre de toda discriminación.
11           El derecho a información completa, científica y laica sobre la sexualidad.
12           El derecho a la educación sexual.
13           El derecho a la confidencialidad en la atención en los servicios de salud y a la salud sexual y reproductiva.
14           El derecho a la participación en las políticas públicas sobre sexualidad. 

Discriminación y diversidad
La discriminación es un problema social que afecta día a día a las personas impidiendo que sus derechos humanos, sexuales y reproductivos sean respetados y ejercidos.

La discriminación es entendida como toda forma injustificada de distinción, exclusión, restricción o preferencia, que prive, perturbe, amenace o menoscabe el ejercicio de los derechos establecidos en la Constitución Política y en la ley, así como en los textos internacionales y en la Declaración Universal de Derechos Humanos.

Ningún tipo de discriminación arbitraria puede ser aceptada, en particular cuando se origina por motivos de raza o etnia, nacionalidad, situación socioeconómica, lugar de residencia, idioma, religión, ideología u opinión política, sindicación o participación en asociaciones gremiales, sexo, estado civil, edad, filiación, apariencia personal, enfermedad o discapacidad y, por supuesto, el género o la orientación sexual.

Lamentablemente en muchos países del mundo diversos sectores son discriminados, viendo particularmente dañadas su dignidad las personas indígenas, pobres, indigentes, con discapacidad o enfermedad, inmigrantes, mujeres, niños y niñas,jóvenes, adultos mayores, mormones, musulmanes y las minorías sexuales, entre otros.
 
Cuando las personas son discriminadas, se ofende y daña a la diversidad de la sociedad y del país donde vivimos. Dado que la diversidad habita en nuestras propias familias, en las puertas de nuestra casa y en cada lugar que conozcamos o visitemos, al discriminar no sólo se afecta la dignidad de quien es excluido. También se afecta al conjunto de la sociedad. 

Homofobia y transfobia
La discriminación padecida por la diversidad sexual es una de las más graves, según lo han revelado todos los estudios efectuados en muchos países por universidades, institutos, corporaciones, fundaciones y organismos de derechos humanos.

La discriminación que afecta a los homosexuales, sean hombres o mujeres, es conocida como homofobia, y la que daña a transexuales como transfobia.

Conceptos:
Homofobia o transfobia: Se da cuando una persona, grupo o institución emite en forma permanente opiniones, acciones o actitudes promotoras de alguna segregación contra la diversidad sexual y que teniendo al alcance la información necesaria para modificar sus prejuicios o estereotipos, la rechaza o se niega a conocerla.

Conducta homofóbica o transfóbica: Corresponde  a  las  opiniones, acciones o actitudes que las personas, grupos o instituciones pueden manifestar en algún momento de sus vidas, afectando en forma negativa el conocimiento sobre la diversidad sexual o la integridad de alguien identificado como homosexual o transexual.

Una conducta de este tipo no vuelve necesariamente a una persona, grupo o institución homofóbica o transfóbica y puede producir la paradoja de desarrollarse en forma paralela con actitudes favorables a homosexuales o transexuales.

Por ejemplo, puede darse el caso de que un estudiante sea dañado física o verbalmente en algún momento por ser homosexual o transexual por un/a compañero/a en el contexto de una discusión, pero en la práctica general quien ofende puede tener una buena opinión de la diversidad sexual.
Lo importante es comprender que nada justifica una conducta discriminatoria.

Orígenes:
La homofobia y la transfobia son problemáticas que no tienen una fuente exacta. Son el resultado de las infinitas interacciones sociales establecidas entre las personas, las cuales pueden retroalimentarse y potenciarse ante la ausencia de políticas para enfrentarlas.

Este tipo de discriminaciones se basan en la ignorancia respecto a que lo es ser lesbiana, gay, bisexual o transexual, al poco o nulo contacto con estos grupos de personas y a prejuicios y mitos provenientes de antiguas concepciones sobre la sexualidad y los derechos humanos.

Es posible identificar al menos cuatro frentes que se han retroalimentado con sus respectivas sociedades para promover de manera clara o difusa la discriminación.

Religiones: Diversas religiones consideran a la homosexualidad y la transexualidad como un pecado que atenta contra la moral y las buenas costumbres. Por tanto, aconsejan a quienes tienen una sexualidad diversa vivir en celibato. Sin embargo, esta postura ha cambiado lentamente, provocando incluso quiebres al interior de algunas religiones, pues se comprende que el ejercicio sexual libre, sano y responsable es un derecho humano.

Ciencias: Hasta comienzos de los 90 gran parte de los psicólogos y psiquiátras consideraban a la homosexualidad como una enfermedad mental, por lo que debía ser curada. Aunque en la actualidad la casi totalidad de los profesionales de la salud mental ha concluido que ninguna orientación sexual es enferma, el desconocimiento o el prejuicio de una parte de la ciudadanía sobre estos avances ha llevado a que muchos sigan pensando erróneamente que la homosexualidad es una patología.

Estados: Durante siglos muchos Estados influenciados por las religiones y las ciencias, calificaron a la homosexualidad y la transexualidad como un delito, por lo que las relaciones entre personas del mismo sexo y la identidad de género diversa eran sancionadas con cárcel, multas o torturas. Hoy, la mayoría de los Estados ha eliminado esas leyes y aprobado otras que rechazan todo tipo de discriminación, pero en algunos países las penas se mantienen y son tan inhumanas que incluyen la muerte.

En Chile, las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo mayores de edad fueron penalizadas hasta 1999. Sin embargo, las relaciones sexuales consentidas que involucren a personas menores de 18 años siguen siendo penalizadas con la cárcel. Ello no ocurre en el caso de las personas heterosexuales, donde las penas corren sólo sí hay menores de 14 años involucrados.

Medios de comunicación: Los medios de comunicación, en especial hasta la década del 90, potenciaron la discriminación al reproducir lo que las religiones, las ciencias y los Estados venían diciendo, sin cuestionarlos mayormente. Hoy, en cambio, en diversos países buena parte de la prensa ha jugado un rol crucial para promover la diversidad y la no discriminación.
Sociedades: Las personas y sociedades educadas o informadas por Estados, ciencias, religiones o medios de comunicación que durante muchos años tuvieron prejuicios respecto a la diversidad sexual, reprodujeron los mitos en sus relaciones con otros. Los cambios y mayor apertura de los últimos años han producido, afortunadamente, un descenso de quienes discriminan. Como resultado de las transformaciones sociales, destacan los cambios generacionales, pues las personas más jóvenes discriminan menos que las más adultas.

******************************************************

Esto es sólo una de las partes que desean enseñar a nuestros hijos, pero quién ha permitido esto?, a quién le consultaron si podían o no enseñarlo?, a Ud, a mi? O a quienes tienen intereses creados?
Seguramente algo va a pasar en nuestra Nación Chilena por estas cosas que van en contra del origen y modelo original de Dios.





El Chile que Despertó

  EL CHILE QUE DESPERTÓ  Por Cristián Merino Vega Recuerdo que hace unos años atrás cuando los inmigrantes llegaban en masa a Chile y co...