LEY DIVINA Y LEY HUMANA
La Enseñanza Bíblica
La Biblia
tiene mucho que decir acerca de este tema. Veremos que los versículos, que
subrayan las instrucciones de Dios, son muy claras.
Primero,
necesitamos entender instrucción básica acerca del llamamiento Cristiano. Un
Cristiano no es de este mundo o de su sistema. Cuando se habla del sistema
religioso y político de la Babilonia de este mundo, Apocalipsis 18:4 le enseña
al pueblo de Dios: “Salid de ella, PUEBLO MÍO, para que no seáis
partícipes de sus pecados.” Babilonia significa confusión. Los
verdaderos sirvientes de Dios han salido de este mundo y de sus gobiernos—ellos
han salido de la confusión (I Cori. 14:33).
Cuando
Cristo mantuvo la Pascua en la noche antes de ser crucificado, El explicó un
principio importante a Sus discípulos. El dijo, “No ruego que los quites del
mundo, sino que los guardes del mal. Ellos no son del mundo, como
tampoco Yo soy del mundo. Santifícalos en Tu verdad; Tu palabra es verdad”
(Juan 17:15-17).
Un Cristiano
es uno que cree y sigue la verdad. Esto lo separa (lo santifica) de todos los
que están a su alrededor. El no es del mundo y sus formas, costumbres, y
tradiciones.
Por seguro,
un Cristiano no puede vivir en Marte o en una cueva. El no puede salir del
planeta tierra o vivir como un ermitaño en la cima de una montaña, para no ser
parte “del” mundo. Cristo no quiso decir que saliéramos del mundo físico.
El quiso decir que saliéramos de su sistema de gobierno y religiones. Así
que, los Cristianos tienen contacto con, y viven bajo, gobiernos humanos. ¿Cómo
les dice Dios que deben observar esos gobiernos?.
Aquí está lo
que el Apóstol Pablo escribió: “Sométase toda persona a las autoridades
superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por
Dios han sido establecidas. De modo que quien se opone a la autoridad, a
lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación
para sí mismos. Porque los magistrados no están para infundir temor al que hace
el bien, sino al malo. ¿Quieres, pues, no temer la autoridad? Haz lo
bueno y tendrás alabanza de ella; porque es servidor de Dios para tu bien. Pero
si haces lo malo, teme; porque no en vano lleva la espada, pues es servidor de
Dios, vengador para castigar al que hace lo malo. Por lo cual es necesario
estarle sujetos, no solamente por razón del castigo, sino también por causa
de la conciencia. Pues por esto pagáis también los tributos, [impuestos] porque
son servidores de Dios que atienden continuamente a esto mismo. Pagad a
todos lo que debéis: al que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto; al que
respeto, respeto; al que honra, honra” (Roma.13:1-7).
Esta serie
de versículos contienen mucho que considerar. Esto no deja duda alguna que
todas las personas en la tierra—“todo ser,” y esto incluye a los
Cristianos—deben someterse a las “autoridades superiores,” porque ellos son
“ordenados por Dios.” El oponerse a ellos, dice Dios, es oponérsele…a Dios.”
¡Esto es muy serio! Dios pregunta, “¿Quieres pues, no temer la autoridad?”
Muchos no lo están—¡pero ellos DEBIERAN ESTARLO!.
Los
Cristianos le hacen honor a quien merece honor—le pagan los impuestos
(tributo)—se someten al gobierno, y “Pagad…lo que debéis” a todos los que están
en autoridad. Esta no es la forma en que la mayoría de las personas se
comportan en la tierra hoy día. Sin embargo, estas son las palabras del mismo
Creador Dios.
Fíjese que a
los Cristianos no se les está diciendo que le teman al hombre en el cargo, sino
“a la posición,” que tienen estos hombres. Solo porque tienen este poder con
permiso de Dios, entonces es verdaderamente el poder de Dios al que le debemos
temer. Esto no debe ser ninguna confusión.
La Verdadera Autoridad Detrás Del Gobierno De Los Hombres
Se ha preguntado usted alguna vez, “¿Quién está detrás de la selección de
los lideres sobre los muchos países en la tierra? ¿Quién es el que los escoge?”
Finalmente, ¿escogen los hombres a los reyes, presidentes, primeros ministros y
gobernadores, que están como lideres humanos de las naciones hoy día?.
Benjamín Franklin una vez dijo, “Mientras más pasa
el tiempo, mas estoy convencido de esta verdad, que Dios gobierna en los
acontecimientos de los hombres; y si un gorrión se cae a la tierra sin
que El no se fije, ¿podrá ser posible que un imperio se eleve sin Su ayuda?”
Esto es más cierto que lo que Franklin pudo haber entendido. Aquí está la
prueba.
Necesitamos leer en Daniel 4:17. Esta escritura es
encontrada en el centro de una increíble historia y en parte explica el porqué
hoy día muchas más personas con talentos se apartan de la política hoy día más
que antes. Contiene una increíble declaración: “La sentencia es por decreto de
los vigilantes, y por dicho de los santos la resolución, para que conozcan los
vivientes que el Altísimo gobierna el reino de los hombres, y que a
quien El quiere lo da, y constituye sobre él al más bajo de los hombres.”
También, Daniel 2:21 dice, “El [Dios] quita reyes, y pone reyes.” No hay
malentendido la simpleza de este versículo. Es Dios quien establece o quita
reyes y reinos. Si Dios decide poner al más débil o al más “bajo” (bajo
significa bajo— como un sótano) de humanos en sus cargos de oficina, porque El
pudiera pensar que este es el que el pueblo se merece, entonces es Su
prerrogativa de hacerlo así.
Cuando Cristo estaba siendo juzgado por Su vida delante
de Poncio Pilato, El le aclaró a este (Pilato) de dónde procedía la autoridad
de él y su control del resultad de ese juicio. Fíjese: “Entonces le dijo
Pilato: ¿A mí no me hablas? ¿No sabes que tengo autoridad para crucificarte, y
que tengo autoridad para soltarte? Respondió Jesús: Ninguna autoridad
tendrías contra Mí, si no te fuese dada de arriba; por tanto, el
que ha ti Me ha entregado, mayor pecado tiene” (Juan 19:10-11).
Los hombres pueden obtener el poder en muchas diferentes
formas, incluyendo nepotismo, soborno, revolución, engaños y hasta asesinatos.
Pero estas son cosas que Dios permite para Su propósito.
Algunos han tratado de citar a Daniel 4:17, completamente
ignorando el punto, cuando dicen, “Dios está trabajando en esta elección y los
buenos Cristianos en todas partes, si vamos y votamos, podemos poner a hombres
piadosos en los cargos de oficina.” Esto literalmente los pone a ellos en una
posición de pelear contra el propósito de Dios. Muchos líderes religiosos
malentienden este versículo, creyendo que es, de alguna manera, sus
obligaciones de guiar a los Cristianos a reformar el gobierno de los hombres—a
que en alguna forma “sean mejores.” Muchos son enseñados que este es su “deber
Cristiano.”
Considere. Usted y yo no sabemos a quién Dios ha
seleccionado con anticipación, como el “ganador” que El quiere en el cargo. El
dar un voto por otro aparte del que Dios ya ha de antemano seleccionado a la
victoria y es potencialmente pelear contra el propósito de Dios! Esto
es un asunto muy serio—y la Biblia dice que ¡es posible hacer esto (Hechos
5:39)! En una democracia, donde los líderes son puestos a través de elecciones,
Dios determina el ganador en avance. Al final, la “voluntad de las personas” no
tienen poder o efecto, porque Dios tiene el control del resultado de las
elecciones. (Solicite nuestro folleto gratis titulado, ¿Debieran VOTAR los
Cristianos?, para aprender mucho más.)
Pero no se confunda. Los reinos de este mundo no son
los reinos de Dios. Dios está llevando a cabo un plan que abarca 7,000 años. Él
le está permitiendo a la humanidad a probar que sus propias formas, gobiernos,
valores, religiones y propósitos ni ahora ni nunca podrán trabajar. Dios ya ha
escogido los lideres que mejor serán para para llevar a cabo Su gran plan de
salvación para la humanidad. El no quiere que las personas estén interfiriendo
y usando Su nombre como la autoridad para que se involucren en los gobiernos de
los hombres. La Biblia revela que es Dios el que pone y quita gobernantes. Los
gobiernos solamente tienen poder mientras que Dios lo permita. Los poderes que
hay son ciertamente “ordenados por Dios.”
¿Qué Hacer si los Lideres son Hipócritas?
Si los lideres mienten, hacen trampas, estafan y manifiestan evidencia de
corrupción, ¿están los Cristianos ahora “sin preocupación” en sus requisitos de
obedecer a esta clase de líder? ¿Depende de su conducta, si deben recibir su
respeto? ¿Tienen los individuos la libertad de decidir quién, o quién no se
merece el honor?.
Cristo les dio a Sus discípulos instrucciones importantes
acerca de la hipocresía y la terrible conducta de ciertos líderes religiosos
que tenían poder sobre los judíos. Esto revela la respuesta a estas preguntas.
Fíjese: “En la cátedra de Moisés se sientan los escribas y los fariseos: Así
que, todo lo que os digan que guardéis, guardadlo y hacedlo; mas no hagáis
conforme a sus obras, porque dicen, y no hacen. Porque atan cargas pesadas
y difíciles de llevar, y las ponen sobre los hombros de los hombres; pero ellos
ni con un dedo quieren moverlas” (Mat. 23:2-4).
A pesar de como se comportan los lideres, en sus vidas
personales, o llevando a cabo sus deberes oficiales de sus cargos de
responsabilidad, ellos deben ser obedecidos. Pero sus ejemplos frecuentemente
NO deben ser imitados.
Al respetar aquellos que tienen cargos por la autoridad y
permiso de Dios, le estamos ciertamente demostrando respeto al mismo Dios.
Mientras que sus conductas personales no son nada para ser alabados, hasta el
punto en que algunos corrompen el mismo gobierno que ellos representan, ellos
están asignados por Dios para preservar el orden y castigar a los que rompen la
ley y a los malhechores. No se vaya a equivocar, aquellos que preservan el
orden y ejecutan autoridad dentro del gobierno de los hombres lo hacen en
nombre de Dios. El está ejecutando un propósito que es probablemente más
diferente que lo que cualquier agenda personal para “mejoramientos” puede
solucionar. Si los lideres se sirven a ellos mismos, o sin son abiertamente diabólicos,
es la responsabilidad de Dios de quitarlos—¡NO ES NUESTRA!
No Hablen Mal de los Lideres
El Apóstol Pedro habló de aquellos que “despreciaban el gobierno. Atrevidos
y contumaces, no temen decir mal de las potestades superiores” (II
Ped. 2:10). Algunas personas hablan terribles calumnias contra aquellos con
autoridad—por ciertas o cosas inventadas. Ellos “suponen” que está bien hacer
eso, sin temor (“no tienen miedo”) necesario para retraerse de estar atacando
dignatarios (dignidades). Personas como esas, ellos mismo, no tienen dignidad
normal y humana a este respecto.
Ha oído usted el dicho, “un pajarito vino y me lo dijo.”
Fue el sabio Rey Salomón quien enseño a todos que “No maldigas al rey, no
ni en tus pensamientos; y no maldigas al rico ni en lo secreto de tu cámara:
porque las aves del cielo llevarán la voz, y las que tienen alas harán
saber la palabra” (Ecle. 10:20). Aparte del hecho que calumniar es malo,
también es tonterías porque eventualmente el “rey,” o cualquier líder, se enterarán
de lo que fue dicho.
Pablo escribió, “Recuérdales que se sujeten a los
gobernantes y autoridades, que obedezcan, que estén dispuestos a toda buena
obra. Que a nadie difamen, que no sean pendencieros, sino amables, mostrando
toda mansedumbre para con todos los hombres” (Tito.3:1-2). ¿Lo describe a usted
este versículo? O refleja usted el cinismo, amargura, iras y acusaciones hacia
otros? Este versículo lo abarca todo. Dice, “No hablen mal de ningún hombre.”
Sométanse Ustedes
Pedro también dio instrucciones importantes en su primera epístola. El no
tuvo duda de lo que Dios espera de los Cristianos con sus responsabilidades
hacia el gobierno civil. El escribió: Por causa del Señor someteos a toda
institución humana, ya sea al rey, como a superior, ya a los gobernadores,
como por él enviados para castigo de los malhechores y alabanza de los que
hacen bien. Porque esta es la voluntad de Dios: que haciendo bien, hagáis
callar la ignorancia de los hombres insensatos…Honrad a todos. Amad a los
hermanos. Temed a Dios. Honrad al rey” (I Ped. 2:13-15, 17).
Aquí dice, “Someteos ustedes” y esto es lo que debemos de
hacer. La expresión “por causa del Señor” verifica que es Dios el que quiere
que nos sometamos a “toda institución” del gobierno de los hombres.
Es importante notar que Pedro no dijo, “OBEDEZCAN toda
institución.” ¿Por qué? Porque hay algunas instituciones que están en contra de
las instrucciones directas de Dios, y no pueden ser obedecidas. El siguiente
relato, en el Libro de Hechos, ilustra este punto importante. Los apóstoles habían
sido ordenados por las autoridades (Hechos 4:16-18) a que no continuaran
predicando acerca de Jesucristo—o a invocar Su autoridad.
Aquí está como ellos respondieron: “Mas Pedro y Juan
respondieron diciéndoles: Juzgad si es justo delante de Dios obedecer a
vosotros antes que a Dios” (vs. 19). El relato continua en el próximo capítulo,
después que los discípulos habían sido arrestados, encarcelados y llamados a
dar cuentas por ignorar la orden de parar de predicar el Nombre de Cristo.
Hechos 5:29 dice, “Respondiendo Pedro y los apóstoles, dijeron: Es necesario
obedecer a Dios antes que a los hombres.”
Dando instrucciones para circunstancias como esta, Pablo
escribió, “De manera que podemos decir confiadamente: El Señor es mi ayudador;
no temeré lo que me pueda hacer el hombre” (Heb. 13:6). Si se encontrara usted
con la decisión de “obedecer a Dios en vez de a los hombres, mantenga este
versículo alentador en memoria.
¿Debe Usted Pagar Impuestos?
Varios “movimientos” populares han surgido, enseñando la idea que “nosotros
verdaderamente no tenemos que pagar impuestos” o que “pagar impuestos de
ingresos es inconstitucional.” Casi siempre esto es acompañado por alguna clase
de explicación teológica diciendo por qué es esto lo que Dios aprueba. ¡NO es
así!.
Aquí está lo que Jesucristo dijo cuando le hicieron la
pregunta. El fue simple—franco—imposible no entenderlo: “Dinos, pues, ¿qué te
parece? ¿Es lícito dar tributos a César, o no? pero Jesús, conociendo la malicia
de ellos, les dijo: ¿Por qué me tentáis, hipócritas? Mostradme la
moneda del tributo. Y ellos le presentaron un denario. Entonces les dijo: ¿De
quién es esta imagen, y la inscripción? Le dijeron: De César. Y les dijo,
Dad, pues, a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios. Oyendo
esto, se maravillaron, y dejándole, se fueron” (Mat. 22:17-22).
Cristo clasificó la actitud de tratar de no pagar los
impuestos como hipocresía y maldad. ¡Aquellos que le hacen trampa al gobierno
son simplemente ladrones! Cualquiera puede cometer un error. Pues claro, eso es
diferente. Sin embargo, aquellos que tratan de no pagar los impuestos están
directamente desobedeciendo las claras instrucciones de Cristo.
Algunas veces puede parecer que no hay suficiente dinero
para pagar todas las cuentas. Requiere fe para pagar ambos los impuestos de los
hombres y los diezmos que pertenecen a Dios. Usted tiene que depender de Dios a
que lo ayude a pagar lo que le debe a Dios y a los hombres. Fíjese en el
siguiente relato: “Cuando llegaron a Capernaum, vinieron a Pedro los que
cobraban las dos dracmas, y le dijeron: ¿Vuestro maestro no paga los tributos?
El dijo: Sí. Y al entrar él en casa, Jesús le habló primero, diciendo: ¿Qué te
parece, Simón? Los reyes de la tierra, ¿de quiénes cobran los tributos o los
impuestos? ¿De sus hijos, o de los extraños? Pedro le respondió: De los
extraños. Jesús le dijo: Luego los hijos están exentos. Sin embargo, para no
ofenderles, ve al mar, y echa el anzuelo, y el primer pez que saques, tómalo, y
al abrirle la boca, hallarás un estatero; tómalo, y dáselo por Mí y por ti”
(Mat. 17:24-27).
El punto de esta historia es que Dios tiene el poder de
darle a usted suficiente dinero para que le pague a los conectadores de
impuestos. El no tiene límite en lo que El puede hacer—o como—incluyendo poner
dinero en la boca de un pez para proveerle su necesidad financiera. (¿Ha tenido
alguien una experiencia como esta para pagar los impuestos?) Aquel que confía
en Dios, nunca se tiene que preocupar de que si Dios le mantendrá Su promesa de
proveerle. (Para aprender más, usted puede solicitar nuestro folleto gratis
titulado, Elimine toda su PREOCUPACIÓN FINANCIERA, y ¿Cuál es la
verdadera FE?).
Es también importante el no pagar estos impuestos de mala
gana. Porque es Dios el que ordena que se haga así, ¡entonces debemos pagar los
impuestos con la misma buena voluntad como mantenemos cualquier otro
mandamiento de Dios!.
Una Responsabilidad Importante
La responsabilidad del Cristiano no termina con obediencia a la autoridad de
gobierno sobre él. Pablo ciertamente nos dice que oremos por aquellos con
autoridad—e incluye una razón específica en la instrucción. El declara,
“EXHORTO ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones
de gracias, por todos los hombres; por los reyes y por todos los que están en
eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad”
(I Tim.2:1-2).
Pues claro, si los tiempos de persecución y dificultades
en la sociedad empeoran, entonces es más difícil dirigir una vida de paz,
piedad y honestidad. Las oraciones por aquellos en autoridad puede causar que
Dios le de alivio a los que están tratando de obedecerlo. Es importante que
nunca nos olvidemos de nuestra responsabilidad en este caso.
Ninguno Padezca como “Malhechores”
Cristo dijo que los Cristianos debían ser la “luz del mundo” y la “sal de la
tierra” (Mat. 5:13-16). Tienen que siempre brillar como ejemplos excepcionales
a todo el mundo. Esto incluye una voluntaria y humilde alegría de obedecer
todos los gobiernos civiles donde ellos se encuentran viviendo.
Cuando la persecución llegue por resultado de obedecer
los mandamientos de Dios, Pedro enseña, “Si sois desaprobados por el Nombre de
Cristo, sois bienaventurados, porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre
vosotros. Ciertamente, de parte de ellos, él es blasfemado, pero por vosotros
El es glorificado” (I Ped. 4:14). Sin embargo, él hace una clara distinción
entre sufrir por el Nombre de Jesucristo o sufrir por ser violador de la ley.
El próximo versículo continua, “Así que, ninguno de ustedes padezca como
homicida, o ladrón, o malhechor, o por entremeterse en lo ajeno” (vs. 15).
Durante mis más de treinta años el el ministerio, yo he
conocido muchas personas que tratan de irle alrededor a las leyes de los
hombres. Algunas veces, cuando fueron traídos delante de la justicia, ellos encontraron
la forma de reclamar que verdaderamente ellos estaban siendo perseguidos por
sus convicciones religiosas. Ellos también se suponían que se podían “salir con
la de ellos” sin ser descubiertos—o que lo que ellos estaban haciendo no estaba
mal, porque ellos solamente estaban rompiendo las leyes de los hombres.
Pero Dios ordena que tengamos que mantener las leyes de los hombres al no ser
que interfieran directamente o indirectamente con Sus leyes.
Durante estos años, yo he visitado o me he enterado de
algunos que estaban en la cárcel o en prisión, o que había salido de una de
estas. Ninguno de ellos pensaba que ellos eran culpables del crimen que los
había llevado detrás de las rejas. Ellos casi siempre se ven como las victimas
de alguien, o de alguna cosa.
Yo he visto personas romper las leyes de los hombres (y
algunas veces la ley o leyes de Dios a la misma vez) y proclamarse ellos como
la victima de injusticias, del sistema, de traiciones, de la policía, malos
abogados, incriminación, tensión, depresión, drogas, alcohol, medicaciones,
enfermedad, racismo, las circunstancias (incluyendo la pobreza), una mala
niñez, hogares quebrantados, estaba en el lugar equivocado en una hora equivocada,
etc. Raramente he encontrado a personas que no crean que su crimen era la culpa
de “alguna otra persona.” Es casi imposible poderle hacer ver a estas personas
sus propias culpabilidades. Y desafortunadamente, como la mayoría de las
personas naturalmente siempre se van hacia el lado del desvalido, entonces
estas personas casi siempre pueden convencer a otros a creer que ellos son las víctimas.
Jesús dijo que una de las señales de que estaríamos al
final de la era (Mat. 24:3) seria que la “iniquidad [desorden] estaría en
abundancia.” Ciertamente hemos entrado en ese tiempo.
Vivimos en una era de “anti-héroes,” cuando los
violadores de la ley son vistos como virtuosos, o como personas de coraje. Las
personas tontas frecuentemente ven a estos como los “Robin Hood” de estos días
modernos. La verdad es que el famoso Robin Hood cometía crímenes en
orden de darles a los pobres.
No vaya usted a caer en esto, ¡ni en su propio
pensamiento ni en lo que piensan otros! Sométase usted a las ordenanzas de los
hombres como si usted estuviera directamente obedeciendo a Dios Mismo—porque
eso es exactamente lo que usted está haciendo cuando usted obedece las leyes de
los hombres. No rompa las leyes de los hombres y después afirme que en alguna
forma le está sirviendo a Dios (Juan 16:2).
También, cuando las cortes hacen un fallo, no importa el
caso, tienen que ser obedecidos. El desafiarlos es pecado—¡y es una ofensa civil
o criminal! No se deje engañar por razonamientos humanos y pensar ¡que
desafiarlos no tiene nada malo!.
En Conclusión
En una carta a Miembro/Colaborador con respecto a someterse a la autoridad
del gobierno, el Sr. Armstrong escribió lo siguiente:
“…Romanos 13…dice, ‘Sométase toda persona a las
autoridades superiores. Porque no hay autoridad sino de parte de Dios.’
“Pare y analice eso antes de continuar. ‘NO hay
autoridad sino de parte de Dios.’ ¿Dónde obtiene Satanás su autoridad? Dios se
la dio en un tiempo cuando él era ‘perfecto en todos sus caminos…hasta que se
halló en el maldad.’ (Ezeq. 28). En Efesios ‘no tenemos lucha contra sangre y
carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de
las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las
regiones celestes.’ (Efe. 6:12). Ahora nosotros no tenemos que primordialmente
luchar contra estos espíritus malos (Satanás y sus demonios) directamente,
porque ellos son espíritus e invisibles al los ojos humanos. Pero ellos
TRANSMITEN, influencias, y dirigen las maldades espirituales ‘en regiones
celestes,’ precisamente como está ocurriendo en nuestro caso. Estas potestades
demonicas e invisibles de Satanás, están influenciando y guiando ¡a todos
aquellos que están en cargos importantes en los gobiernos de los hombres! Por
lo tanto, estas Escrituras nos dicen, hablando de nuestras vidas individuales a
que ‘ESTEMOS SOMETIDOS’ bajo estas autoridades DE HOMBRES, aunque en otros
lugares Dios nos enseña que son autoridades de ‘ ESTE MUNDO MALO,’ y engañado y
desorientado por Satanás. Pero que ‘se sometan a ellos’ no quiere decir que los
OBEDEZCAN siempre. Cuando llegue el caso de DESOBEDECER A DIOS, tenemos que
obedecer a Dios, y todavía estar ‘sometido’ al castigo de las autoridades que
los hombres apliquen.
“NO puede haber ninguna autoridad, de NINGÚN gobierno,
excepto a lo que Dios permita. Este pasaje es una instrucción a nosotros en
nuestra ¡VIDA INDIVIDUAL Y PERSONAL! Y nuestro pueblo ciertamente está
compuesto de patriotas que mantienen la ley.”