lunes, 29 de abril de 2019

Las Leyes que debemos Obedecer Moros y Cristianos


LEY DIVINA Y LEY HUMANA


La Enseñanza Bíblica
La Biblia tiene mucho que decir acerca de este tema. Veremos que los versículos, que subrayan las instrucciones de Dios, son muy claras.

Primero, necesitamos entender instrucción básica acerca del llamamiento Cristiano. Un Cristiano no es de este mundo o de su sistema. Cuando se habla del sistema religioso y político de la Babilonia de este mundo, Apocalipsis 18:4 le enseña al pueblo de Dios: “Salid de ella, PUEBLO MÍO, para que no seáis partícipes de sus pecados.” Babilonia significa confusión. Los verdaderos sirvientes de Dios han salido de este mundo y de sus gobiernos—ellos han salido de la confusión (I Cori. 14:33).

Cuando Cristo mantuvo la Pascua en la noche antes de ser crucificado, El explicó un principio importante a Sus discípulos. El dijo, “No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal. Ellos no son del mundo, como tampoco Yo soy del mundo. Santifícalos en Tu verdad; Tu palabra es verdad” (Juan 17:15-17).

Un Cristiano es uno que cree y sigue la verdad. Esto lo separa (lo santifica) de todos los que están a su alrededor. El no es del mundo y sus formas, costumbres, y tradiciones.

Por seguro, un Cristiano no puede vivir en Marte o en una cueva. El no puede salir del planeta tierra o vivir como un ermitaño en la cima de una montaña, para no ser parte “del” mundo. Cristo no quiso decir que saliéramos del mundo físico. El quiso decir que saliéramos de su sistema de gobierno y  religiones. Así que, los Cristianos tienen contacto con, y viven bajo, gobiernos humanos. ¿Cómo les dice Dios que deben observar esos gobiernos?.

Aquí está lo que el Apóstol Pablo escribió: “Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos. Porque los magistrados no están para infundir temor al que hace el bien, sino al malo. ¿Quieres, pues, no temer la autoridad? Haz lo bueno y tendrás alabanza de ella; porque es servidor de Dios para tu bien. Pero si haces lo malo, teme; porque no en vano lleva la espada, pues es servidor de Dios, vengador para castigar al que hace lo malo. Por lo cual es necesario estarle sujetos, no solamente por razón del castigo, sino también por causa de la conciencia. Pues por esto pagáis también los tributos, [impuestos] porque son servidores de Dios que atienden continuamente a esto mismo. Pagad a todos lo que debéis: al que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto; al que respeto, respeto; al que honra, honra” (Roma.13:1-7).

Esta serie de versículos contienen mucho que considerar. Esto no deja duda alguna que todas las personas en la tierra—“todo ser,” y esto incluye a los Cristianos—deben someterse a las “autoridades superiores,” porque ellos son “ordenados por Dios.” El oponerse a ellos, dice Dios, es oponérsele…a Dios.” ¡Esto es muy serio! Dios pregunta, “¿Quieres pues, no temer la autoridad?” Muchos no lo están—¡pero ellos DEBIERAN ESTARLO!.

Los Cristianos le hacen honor a quien merece honor—le pagan los impuestos (tributo)—se someten al gobierno, y “Pagad…lo que debéis” a todos los que están en autoridad. Esta no es la forma en que la mayoría de las  personas se comportan en la tierra hoy día. Sin embargo, estas son las palabras del mismo Creador Dios.

Fíjese que a los Cristianos no se les está diciendo que le teman al hombre en el cargo, sino “a la posición,” que tienen estos hombres. Solo porque tienen este poder con permiso de Dios, entonces es verdaderamente el poder de Dios al que le debemos temer. Esto no debe ser ninguna confusión.

La Verdadera Autoridad Detrás Del Gobierno De Los Hombres

Se ha preguntado usted alguna vez, “¿Quién está detrás de la selección de los lideres sobre los muchos países en la tierra? ¿Quién es el que los escoge?” Finalmente, ¿escogen los hombres a los reyes, presidentes, primeros ministros y gobernadores, que están como lideres humanos de las naciones hoy día?.

Benjamín Franklin una vez dijo, “Mientras más pasa el tiempo, mas estoy convencido de esta verdad, que Dios gobierna en los acontecimientos de los hombres; y si un gorrión  se cae a la tierra sin que El no se fije, ¿podrá ser posible que un imperio se eleve sin Su ayuda?” Esto es más cierto que lo que Franklin pudo haber entendido. Aquí está la prueba.

Necesitamos leer en Daniel 4:17. Esta escritura es encontrada en el centro de una increíble historia y en parte explica el porqué hoy día muchas más personas con talentos se apartan de la política hoy día más que antes. Contiene una increíble declaración: “La sentencia es por decreto de los vigilantes, y por dicho de los santos la resolución, para que conozcan los vivientes que el Altísimo gobierna el reino de los hombres, y que a quien El quiere lo da, y constituye sobre él al más bajo de los hombres.” También, Daniel 2:21 dice, “El [Dios] quita reyes, y pone reyes.” No hay malentendido la simpleza de este versículo. Es Dios quien establece o quita reyes y reinos. Si Dios decide poner al más débil o al más “bajo” (bajo significa bajo— como un sótano) de humanos en sus cargos de oficina, porque El pudiera pensar que este es el que el pueblo se merece, entonces es Su prerrogativa de hacerlo así.

Cuando Cristo estaba siendo juzgado por Su vida delante de Poncio Pilato, El le aclaró a este (Pilato) de dónde procedía la autoridad de él y su control del resultad de ese juicio. Fíjese: “Entonces le dijo Pilato: ¿A mí no me hablas? ¿No sabes que tengo autoridad para crucificarte, y que tengo autoridad para soltarte? Respondió Jesús: Ninguna autoridad tendrías contra Mí, si no te fuese dada de arriba; por tanto, el que ha ti Me ha entregado, mayor pecado tiene” (Juan 19:10-11).

Los hombres pueden obtener el poder en muchas diferentes formas, incluyendo nepotismo, soborno, revolución, engaños y hasta asesinatos. Pero estas son cosas que Dios permite para Su propósito.

Algunos han tratado de citar a Daniel 4:17, completamente ignorando el punto, cuando dicen, “Dios está trabajando en esta elección y los buenos Cristianos en todas partes, si vamos y votamos, podemos poner a hombres piadosos en los cargos de oficina.” Esto literalmente los pone a ellos en una posición de pelear contra el propósito de Dios. Muchos líderes religiosos malentienden este versículo, creyendo que es, de alguna manera, sus obligaciones de guiar a los Cristianos a reformar el gobierno de los hombres—a que en alguna forma “sean mejores.” Muchos son enseñados que este es su “deber Cristiano.”

Considere. Usted y yo no sabemos a quién Dios ha seleccionado con anticipación, como el “ganador” que El quiere en el cargo. El dar un voto por otro aparte del que Dios ya ha de antemano seleccionado a la victoria y es potencialmente pelear contra el propósito de Dios! Esto es un asunto muy serio—y la Biblia dice que ¡es posible hacer esto (Hechos 5:39)! En una democracia, donde los líderes son puestos a través de elecciones, Dios determina el ganador en avance. Al final, la “voluntad de las personas” no tienen poder o efecto, porque Dios tiene el control del resultado de las elecciones. (Solicite nuestro folleto gratis titulado, ¿Debieran VOTAR los Cristianos?, para aprender mucho más.)

Pero no se confunda. Los reinos de este mundo no son los reinos de Dios. Dios está llevando a cabo un plan que abarca 7,000 años. Él le está permitiendo a la humanidad a probar que sus propias formas, gobiernos, valores, religiones y propósitos ni ahora ni nunca podrán trabajar. Dios ya ha escogido los lideres que mejor serán para para llevar a cabo Su gran plan de salvación para la humanidad. El no quiere que las personas estén interfiriendo y usando Su nombre como la autoridad para que se involucren en los gobiernos de los hombres. La Biblia revela que es Dios el que pone y quita gobernantes. Los gobiernos solamente tienen poder mientras que Dios lo permita. Los poderes que hay son ciertamente “ordenados por Dios.”

¿Qué Hacer si los Lideres son Hipócritas?

Si los lideres mienten, hacen trampas, estafan y manifiestan evidencia de corrupción, ¿están los Cristianos ahora “sin preocupación” en sus requisitos de obedecer a esta clase de líder? ¿Depende de su conducta, si deben recibir su respeto? ¿Tienen los individuos la libertad de decidir quién, o quién no se merece el honor?.

Cristo les dio a Sus discípulos instrucciones importantes acerca de la hipocresía y la terrible conducta de ciertos líderes religiosos que tenían poder sobre los judíos. Esto revela la respuesta a estas preguntas. Fíjese: “En la cátedra de Moisés se sientan los escribas y los fariseos: Así que, todo lo que os digan que guardéis, guardadlo y hacedlo; mas no hagáis conforme a sus obras, porque dicen, y no hacen. Porque atan cargas pesadas y difíciles de llevar, y las ponen sobre los hombros de los hombres; pero ellos ni con un dedo quieren moverlas” (Mat. 23:2-4).

A pesar de como se comportan los lideres, en sus vidas personales, o llevando a cabo sus deberes oficiales de sus cargos de responsabilidad, ellos deben ser obedecidos. Pero sus ejemplos frecuentemente NO deben ser imitados.

Al respetar aquellos que tienen cargos por la autoridad y permiso de Dios, le estamos ciertamente demostrando respeto al mismo Dios. Mientras que sus conductas personales no son nada para ser alabados, hasta el punto en que algunos corrompen el mismo gobierno que ellos representan, ellos están asignados por Dios para preservar el orden y castigar a los que rompen la ley y a los malhechores. No se vaya a equivocar, aquellos que preservan el orden y ejecutan autoridad dentro del gobierno de los hombres lo hacen en nombre de Dios. El está ejecutando un propósito que es probablemente más diferente que lo que cualquier agenda personal para “mejoramientos” puede solucionar. Si los lideres se sirven a ellos mismos, o sin son abiertamente diabólicos, es la responsabilidad de Dios de quitarlos—¡NO ES NUESTRA!

No Hablen Mal de los Lideres

El Apóstol Pedro habló de aquellos que “despreciaban el gobierno. Atrevidos y contumaces, no temen decir mal de las potestades superiores” (II Ped. 2:10). Algunas personas hablan terribles calumnias contra aquellos con autoridad—por ciertas o cosas inventadas. Ellos “suponen” que está bien hacer eso, sin temor (“no tienen miedo”) necesario para retraerse de estar atacando dignatarios (dignidades). Personas como esas, ellos mismo, no tienen dignidad normal y humana a este respecto.

Ha oído usted el dicho, “un pajarito vino y me lo dijo.” Fue el sabio Rey Salomón quien enseño a todos que “No maldigas al rey, no ni en tus pensamientos; y no maldigas al rico ni en lo secreto de tu cámara: porque las aves del cielo llevarán la voz, y las que tienen alas harán saber la palabra” (Ecle. 10:20). Aparte del hecho que calumniar es malo,  también es tonterías porque eventualmente el “rey,” o cualquier líder, se enterarán de lo que fue dicho.

Pablo escribió, “Recuérdales que se sujeten a los gobernantes y autoridades, que obedezcan, que estén dispuestos a toda buena obra. Que a nadie difamen, que no sean pendencieros, sino amables, mostrando toda mansedumbre para con todos los hombres” (Tito.3:1-2). ¿Lo describe a usted este versículo? O refleja usted el cinismo, amargura, iras y acusaciones hacia otros? Este versículo lo abarca todo. Dice, “No hablen mal de ningún hombre.”

Sométanse Ustedes

Pedro también dio instrucciones importantes en su primera epístola. El no tuvo duda de lo que Dios espera de los Cristianos con sus responsabilidades hacia el gobierno civil. El escribió: Por causa del Señor someteos a toda institución humana, ya sea al rey, como a superior, ya a los gobernadores, como por él enviados para castigo de los malhechores y alabanza de los que hacen bien. Porque esta es la voluntad de Dios: que haciendo bien, hagáis callar la ignorancia de los hombres insensatos…Honrad a todos. Amad a los hermanos. Temed a Dios. Honrad al rey” (I Ped. 2:13-15, 17).

Aquí dice, “Someteos ustedes” y esto es lo que debemos de hacer. La expresión “por causa del Señor” verifica que es Dios el que quiere que nos sometamos a “toda institución” del gobierno de los hombres.

Es importante notar que Pedro no dijo, “OBEDEZCAN toda institución.” ¿Por qué? Porque hay algunas instituciones que están en contra de las instrucciones directas de Dios, y no pueden ser obedecidas. El siguiente relato, en el Libro de Hechos, ilustra este punto importante. Los apóstoles habían sido ordenados por las autoridades (Hechos 4:16-18) a que no continuaran predicando acerca de Jesucristo—o a invocar Su autoridad.

Aquí está como ellos respondieron: “Mas Pedro y Juan respondieron diciéndoles: Juzgad si es justo delante de Dios obedecer a vosotros antes que a Dios” (vs. 19). El relato continua en el próximo capítulo, después que los discípulos habían sido arrestados, encarcelados y llamados a dar cuentas por ignorar la orden de parar de predicar el Nombre de Cristo. Hechos 5:29 dice, “Respondiendo Pedro y los apóstoles, dijeron: Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres.”
Dando instrucciones para circunstancias como esta, Pablo escribió, “De manera que podemos decir confiadamente: El Señor es mi ayudador; no temeré lo que me pueda hacer el hombre” (Heb. 13:6). Si se encontrara usted con la decisión de “obedecer a Dios en vez de a los hombres, mantenga este versículo alentador en memoria.

¿Debe Usted Pagar Impuestos?

Varios “movimientos” populares han surgido, enseñando la idea que “nosotros verdaderamente no tenemos que pagar impuestos” o que “pagar impuestos de ingresos es inconstitucional.” Casi siempre esto es acompañado por alguna clase de explicación teológica diciendo por qué es esto lo que Dios aprueba. ¡NO es así!.

Aquí está lo que Jesucristo dijo cuando le hicieron la pregunta. El fue simple—franco—imposible no entenderlo: “Dinos, pues, ¿qué te parece? ¿Es lícito dar tributos a César, o no? pero Jesús, conociendo la malicia de ellos, les dijo: ¿Por qué me tentáis, hipócritas? Mostradme la moneda del tributo. Y ellos le presentaron un denario. Entonces les dijo: ¿De quién es esta imagen, y la inscripción? Le dijeron: De César. Y les dijo, Dad, pues, a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios. Oyendo esto, se maravillaron, y dejándole, se fueron” (Mat. 22:17-22).

Cristo clasificó la actitud de tratar de no pagar los impuestos como hipocresía y maldad. ¡Aquellos que le hacen trampa al gobierno son simplemente ladrones! Cualquiera puede cometer un error. Pues claro, eso es diferente. Sin embargo, aquellos que tratan de no pagar los impuestos están directamente desobedeciendo las claras instrucciones de Cristo.

Algunas veces puede parecer que no hay suficiente dinero para pagar todas las cuentas. Requiere fe para pagar ambos los impuestos de los hombres y los diezmos que pertenecen a Dios. Usted tiene que depender de Dios a que lo ayude a pagar lo que le debe a Dios y a los hombres. Fíjese en el siguiente relato: “Cuando llegaron a Capernaum, vinieron a Pedro los que cobraban las dos dracmas, y le dijeron: ¿Vuestro maestro no paga los tributos? El dijo: Sí. Y al entrar él en casa, Jesús le habló primero, diciendo: ¿Qué te parece, Simón? Los reyes de la tierra, ¿de quiénes cobran los tributos o los impuestos? ¿De sus hijos, o de los extraños? Pedro le respondió: De los extraños. Jesús le dijo: Luego los hijos están exentos. Sin embargo, para no ofenderles, ve al mar, y echa el anzuelo, y el primer pez que saques, tómalo, y al abrirle la boca, hallarás un estatero; tómalo, y dáselo por Mí y por ti” (Mat. 17:24-27).

El punto de esta historia es que Dios tiene el poder de darle a usted suficiente dinero para que le pague a los conectadores de impuestos. El no tiene límite en lo que El puede hacer—o como—incluyendo poner dinero en la boca de un pez para proveerle su necesidad financiera. (¿Ha tenido alguien una experiencia como esta para pagar los impuestos?) Aquel que confía en Dios, nunca se tiene que preocupar de que si Dios le mantendrá Su promesa de proveerle. (Para aprender más, usted puede solicitar nuestro folleto gratis titulado, Elimine toda su PREOCUPACIÓN FINANCIERA, y ¿Cuál es la verdadera FE?).

Es también importante el no pagar estos impuestos de mala gana. Porque es Dios el que ordena que se haga así, ¡entonces debemos pagar los impuestos con la misma buena voluntad como mantenemos cualquier otro mandamiento de Dios!.

Una Responsabilidad Importante

La responsabilidad del Cristiano no termina con obediencia a la autoridad de gobierno sobre él. Pablo ciertamente nos dice que oremos por aquellos con autoridad—e incluye una razón específica en la instrucción. El declara, “EXHORTO ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres; por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad” (I Tim.2:1-2).

Pues claro, si los tiempos de persecución y dificultades en la sociedad empeoran, entonces es más difícil dirigir una vida de paz, piedad y honestidad. Las oraciones por aquellos en autoridad puede causar que Dios le de alivio a los que están tratando de obedecerlo. Es importante que nunca nos olvidemos de nuestra responsabilidad en este caso.

Ninguno Padezca como “Malhechores”

Cristo dijo que los Cristianos debían ser la “luz del mundo” y la “sal de la tierra” (Mat. 5:13-16). Tienen que siempre brillar como ejemplos excepcionales a todo el mundo. Esto incluye una voluntaria y humilde alegría de obedecer todos los gobiernos civiles donde ellos se encuentran viviendo.

Cuando la persecución llegue por resultado de obedecer los mandamientos de Dios, Pedro enseña, “Si sois desaprobados por el Nombre de Cristo, sois bienaventurados, porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre vosotros. Ciertamente, de parte de ellos, él es blasfemado, pero por vosotros El es glorificado” (I Ped. 4:14). Sin embargo, él hace una clara distinción entre sufrir por el Nombre de Jesucristo o sufrir por ser violador de la ley. El próximo versículo continua, “Así que, ninguno de ustedes padezca como homicida, o ladrón, o malhechor, o por entremeterse en lo ajeno” (vs. 15).

Durante mis más de treinta años el el ministerio, yo he conocido muchas personas que tratan de irle alrededor a las leyes de los hombres. Algunas veces, cuando fueron traídos delante de la justicia, ellos encontraron la forma de reclamar que verdaderamente ellos estaban siendo perseguidos por sus convicciones religiosas. Ellos también se suponían que se podían “salir con la de ellos” sin ser descubiertos—o que lo que ellos estaban haciendo no estaba mal, porque ellos solamente estaban rompiendo las leyes de los hombres. Pero Dios ordena que tengamos que mantener las leyes de los hombres al no ser que interfieran directamente o indirectamente con Sus leyes.

Durante estos años, yo he visitado o me he enterado de algunos que estaban en la cárcel o en prisión, o que había salido de una de estas. Ninguno de ellos pensaba que ellos eran culpables del crimen que los había llevado detrás de las rejas. Ellos casi siempre se ven como las victimas de alguien, o de alguna cosa.
Yo he visto personas romper las leyes de los hombres (y algunas veces la ley o leyes de Dios a la misma vez) y proclamarse ellos como la victima de injusticias, del sistema, de traiciones, de la policía, malos abogados, incriminación, tensión, depresión, drogas, alcohol, medicaciones, enfermedad, racismo, las circunstancias (incluyendo la pobreza), una mala niñez, hogares quebrantados, estaba en el lugar equivocado en una hora equivocada, etc. Raramente he encontrado a personas que no crean que su crimen era la culpa de “alguna otra persona.” Es casi imposible poderle hacer ver a estas personas sus propias culpabilidades. Y desafortunadamente, como la mayoría de las personas naturalmente siempre se van hacia el lado del desvalido, entonces estas personas casi siempre pueden convencer a otros a creer que ellos son las víctimas.

Jesús dijo que una de las señales de que estaríamos al final de la era (Mat. 24:3) seria que la “iniquidad [desorden] estaría en abundancia.” Ciertamente hemos entrado en ese tiempo.

Vivimos en una era de “anti-héroes,” cuando los violadores de la ley son vistos como virtuosos, o como personas de coraje. Las personas tontas frecuentemente ven a estos como los “Robin Hood” de estos días modernos. La verdad es que el famoso Robin Hood cometía crímenes en orden de darles a los pobres.

No vaya usted a caer en esto, ¡ni en su propio pensamiento ni en lo que piensan otros! Sométase usted a las ordenanzas de los hombres como si usted estuviera directamente obedeciendo a Dios Mismo—porque eso es exactamente lo que usted está haciendo cuando usted obedece las leyes de los hombres. No rompa las leyes de los hombres y después afirme que en alguna forma le está sirviendo a Dios (Juan 16:2).

También, cuando las cortes hacen un fallo, no importa el caso, tienen que ser obedecidos. El desafiarlos es pecado—¡y es una ofensa civil o criminal! No se deje engañar por razonamientos humanos y pensar ¡que desafiarlos no tiene nada malo!.

En Conclusión

En una carta a Miembro/Colaborador con respecto a someterse a la autoridad del gobierno, el Sr. Armstrong escribió lo siguiente:
“…Romanos 13…dice, ‘Sométase toda persona a las autoridades superiores. Porque no hay autoridad sino de parte de Dios.’

“Pare y analice eso antes de continuar. ‘NO hay autoridad sino de parte de Dios.’ ¿Dónde obtiene Satanás su autoridad? Dios se la dio en un tiempo cuando él era ‘perfecto en todos sus caminos…hasta que se halló en el maldad.’ (Ezeq. 28). En Efesios ‘no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.’ (Efe. 6:12). Ahora nosotros no tenemos que primordialmente luchar contra estos espíritus malos (Satanás y sus demonios) directamente, porque ellos son espíritus e invisibles al los ojos humanos. Pero ellos TRANSMITEN, influencias, y dirigen las maldades espirituales ‘en regiones celestes,’ precisamente como está ocurriendo en nuestro caso. Estas potestades demonicas e invisibles de Satanás, están influenciando y guiando ¡a todos aquellos que están en cargos importantes en los gobiernos de los hombres! Por lo tanto, estas Escrituras nos dicen, hablando de nuestras vidas individuales a que ‘ESTEMOS SOMETIDOS’ bajo estas autoridades DE HOMBRES, aunque en otros lugares Dios nos enseña que son autoridades de ‘ ESTE MUNDO MALO,’ y engañado y desorientado por Satanás. Pero que ‘se sometan a ellos’ no quiere decir que los OBEDEZCAN siempre. Cuando llegue el caso de DESOBEDECER A DIOS, tenemos que obedecer a Dios, y todavía estar ‘sometido’ al castigo de las autoridades que los hombres apliquen.

“NO puede haber ninguna autoridad, de NINGÚN gobierno, excepto a lo que Dios permita. Este pasaje es una instrucción a nosotros en nuestra ¡VIDA INDIVIDUAL Y PERSONAL! Y nuestro pueblo ciertamente está compuesto de patriotas que mantienen la ley.”

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