LA LECTURA JURÍDICA Y POLÍTICA DEL FALLO DE LA HAYA
En la primera, la Corte Internacional de Justicia CIJ, acotó
la demanda boliviana, en el sentido de que "el compromiso de
negociar" no supone, en caso alguno cesión territorial, ni un resultado
predeterminado para tales conversaciones, si es que ella tuvieren lugar en un
mediano plazo.
En lo político, Evo Morales cuenta con una herramienta clave
para una nueva reelección y seguir agitando esto de la salida soberana al mar,
que él exige a nuestro país.
Pero todos sabemos que la pretensión histórica de La Paz
apunta a objetivos mucho más ambiciosos. Y no se reduce a obtener algún enclave
o una franja que le permita contar con un acceso al Pacífico.
Aquí, no se ha configurado un derecho para Bolivia. Complica
aún más un caso ya enrevesado y de difícil comprensión. Pero en lo substancial
"Bolivia no ha ganado nada" como señaló Michelle Bachelet. Sin
embargo, Chile fracasó en esta primera línea de defensa, cuando la CIJ por 14
votos a 2 se declara competente para conocer el caso.
Esto prolonga el juicio al menos por dos años, lapso en el
cual Evo Morales podrá esgrimir un logro mediático para consumo del mercado
interno. Eso es una ganancia política neta para el Palacio Quemado.
Pero como es usual, la CIJ, dio a uno y algo quitó a la otra
parte. Bolivia, no obstante el discurso (cauto en la práctica) de Morales a su
pueblo (en exceso jubiloso), deberá acreditar su pretendido derecho. De allí
tal vez su invitación a dialogar, porque en realidad Chile fortaleció su
posición en estricto derecho, según los expertos.