La Doctrina que nos Condena !!!
Hace muchos años atrás
me encontré con este estudio maravilloso acerca de “La Doctrina de Jezabel” escrito en vida por quien fuera David Wilkerson y recuerdo
que lo leí por Radio en vivo y fue de mucha bendición por el año 2010, tuve ese día una gran
sintonía, hoy lo tengo grabado en Audio para ser pasado en las Radios por si
alguien lo desee, está a su disposición en forma gratuita, ya alguien pagó por
él hace más de 2000 años.
Cristián Merino Vega
CNCrtv
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Por David Wilkerson
Podría titular este mensaje: "El Peligro de ser seducido por falsa doctrina". Lea
Apocalipsis 2:18-29 y verá que el mismo Cristo advirtió a la Iglesia en contra
de la doctrina de Jezabel: "…porque permites aquella mujer Jezabel, que
dice que es profetisa, enseñar y engañar a mis siervos, a fornicar y a comer
cosas sacrificadas a los ídolos" (Apocalipsis 2:20). La palabra griega para
Jezabel es sinónimo de falsa maestra. Claramente representa falsas doctrinas.
Jesús aclara esto continuando: "a cuantos no tienen esa doctrina."
(Ap. 2:24).
Hay una parte del pueblo de Dios lleno de buenas obras y
caridad, teniendo fe y paciencia. Pero los ojos de Jesús aparecen entre ellos
ardiendo como llamas de fuego. Con todo lo bueno y loable que hay, existe algo
muy peligroso que se lleva a cabo, algo tan seductor, que Cristo advierte que
enviará juicio y hará de ellos un ejemplo a todas las iglesias. Algunos
miembros de las iglesias estaban haciéndole el juego a Satanás. Sus buenas
obras, caridad, servicio, fe y paciencia fueron opacadas por la seducción que
estaban envueltos, seducción de una falsa doctrina. Estaban bajo el encanto de
una falsa doctrina, una enseñanza que vino disfrazada como la verdadera
Palabra, pero no lo era, de hecho, era maligna.
La seducción de los
siervos de Dios.
Cristo dijo que: "Mis siervos están siendo
seducidos." Ministros, hemos llegado a esta condición peligrosa que Cristo
nos advirtió. Hay multitudes de pastores, maestros y evangelistas completamente
seducidos por el encanto de la doctrina de Jezabel. Estos maestros que han sido
seducidos están a la vez produciendo "hijos de la seducción". Enseñan
fornicación y el consumo de la comida de los ídolos. Esto es fornicación
espiritual. Esto es comer la comida de las doctrinas demoníacas que exculpan el
pecado. Quiero decir en términos precisos que es peligroso estar bajo una
doctrina errónea. Una doctrina falsa puede condenarte más prontamente que toda
la lujuria y pecados de la carne.
. Falsos predicadores y maestros están enviando más personas
al infierno que todos los vendedores de drogas, alcahuetes y prostitutas
juntos. Esto no es una exageración. Yo lo creo. Multitud de cristianos mal
dirigidos y engañados están cantando y alabando al Señor en iglesias
esclavizadas por falsa doctrina. Miles están con maestros que enseñan doctrinas
de demonios y al oírlos comentan: "¿No es esto maravilloso?" Cristo
no toma este asunto a la ligera.
Sus ojos están otra vez taladrando la iglesia y ha venido a
advertir y exponer esta doctrina y a salvar a sus siervos de esta terrible
seducción. Es mejor que reflexionemos seriamente acerca de esto. Es muy
importante la iglesia en la cual usted se congrega. Es muy importante a quién
esta usted escuchando. Es muy importante la enseñanza que usted tiene en su
corazón.
El pueblo de Dios se está acercando y entregando a Satanás
en todos los aspectos, al entregarse en las manos de falsos maestros y
promotores de falsas doctrinas. Entregarse a Satanás evoca el pensamiento de
adictos, alcohólicos, prostitutas, enfermos de SIDA y de ateos que odian a
Dios. ¡NO! Esto esta pasando en la iglesia, en reuniones evangelísticas, en
convenciones religiosas y en los grandes seminarios.
La marca de un cristiano seducido es que es llevado de una
parte a otra buscando nuevas y diferentes enseñanzas. La Biblia advierte:
"No os dejéis llevar de doctrinas diversas y extrañas porque bueno es que
el corazón haya sido afirmado en la gracia; no en comidas, que nunca
aprovecharon a los que se dedican a ellas." (Hebreos 13:9).
No te dejes arrastrar de aquí y de allá, llevado de sitio en
sitio. No estamos hablando de esas pocas ocasiones en que un creyente maduro va
a escuchar a un verdadero siervo de Dios predicar a Cristo y de
arrepentimiento. Estamos hablando de correr de sitio en sitio, de seminarios a
convenciones, de iglesia en iglesia, de servicios evangelísticos a servicios de
sanidad divina, sin tener raíces en ningún sitio. Sus oídos siempre están
ansiosos de oír algo nuevo, sensacional, entretenido, y placentero a la carne.
Los tenemos en la iglesia de Times Square aquí en Nueva York - callejeros,
semillas humanas caídas, cabalgando en los vientos de las doctrinas.
Esta clase no vuelve más aquí porque nosotros nos negamos a
darle lo que ellos quieren. Ellos quieren ser halagados, y no reprendidos. Por
lo tanto ellos vuelven a sus maestros - los aduladores, los promotores del
pensamiento positivo. Ellos se asemejan a los atenienses quienes: "en
ninguna otra cosa se interesaban, sino en decir o en oír algo nuevo."
(Hechos 17:21). Pablo advirtió a Timoteo: "Porque vendrá el tiempo cuando
no soportarán la sana doctrina; sino que teniendo comezón de oír, se
amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias." (2 Ti. 4:3)
La doctrina de
Cristo.
La marca de un creyente maduro es la negativa a ser llevado
por doquiera de todo viento de doctrina. (Efesios 4:14) Estos creyentes no
pueden ser manipulados por ningún maestro. Ellos no tienen necesidad de correr
de aquí para allá porque están comiendo de la ROCA; están creciendo en Cristo;
están dándose banquete en pastos verdes. Ellos han circuncidado sus oídos y han
pesado a cada maestro, a cada doctrina, de acuerdo a como se ajusta a la
santidad de Cristo. Ellos pueden discernir todas las doctrinas que son falsas y
sienten repulsión por todas las nuevas y raras enseñanzas. Conocen a Cristo.
Ellos no serán conmovidos por la música, los amigos, las personalidades,
milagros, pero sí ¡por un hambre insaciable por la pura Palabra de Dios!
Solamente hay dos doctrinas: la de Cristo y la de Jezabel.
Pablo dijo: "…que adornen en todo la doctrina de Nuestro Salvador
Dios." (Tito 2:10). ¿Cuál es la doctrina de Cristo? La gracia de Dios nos
enseña: "que renunciando a la impiedad y a las pasiones mundanas, vivamos
en este siglo sobria, justa y piadosamente." (Tito 2:12). La doctrina de
Cristo te hará conforme a la imagen de Cristo. Desenmascara todo pecado oculto
y todo anhelo de maldad.
¿Está tu maestro reprendiendo con autoridad, hablándote y
exhortándote a abandonar el pecado y derribar todos los ídolos como él es instruido
en Tito 2:7? ¿Estás aprendiendo a odiar el pecado ardientemente? ¿O sales de la
reunión de tu iglesia sin estar aún convencido? El mensaje de la doctrina de
Cristo es: "Así que, amados, ya que tenemos tales promesas, limpiémonos de
toda impureza de cuerpo y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor
de Dios." (2 Co.7:1).
Muchos nos escriben diciendo: "Nuestro pastor sigue
diciendo: "Yo no estoy aquí para predicar en contra del pecado, yo estoy
aquí para ensalzar a Jesús. Nada de ésa prédica de condenación desde éste
púlpito, yo estoy aquí para quitar el miedo y la depresión a mi pueblo."
Aún en los predicadores pentecostales hay dos extremos. Algunos vociferan un
evangelio duro, legalista, sin amor, y de obras; mientras que otros predican
acobardados en contra del pecado, mensajes sin contenido. Falso amor y lágrimas
de cocodrilo.
Algunos nos dicen: "Mi maestro habla sobre
santidad." Pero yo no me refiero a meramente usar las palabras
"santo" y "piedad." Yo me refiero a predicarlas con toda autoridad.
Predicar la doctrina de Cristo te bendecirá, te fortalecerá, y te animará, pero
también te convertirá totalmente al extremo que no podrás estar en ella y aún
tener algún arraigo por lujurias secretas.
La doctrina de
Jezabel.
Vamos a mirar a esta doctrina de demonios y veremos si tú
estás en peligro de caer en ella. Hay tres marcas distinguibles en la doctrina
de Jezabel. Estas se encuentran en la Jezabel del Antiguo Testamento, la madre
y la personificación de falsas doctrinas. Jesús hizo su nombre sinónimo de
falsa doctrina. Es una doctrina que enseña que algo malo puede ser bueno, que
algo profano puede ser puro.
Jezabel en hebreo significa: "casto, virtuoso, sin
idolatría." ¡Imagínense! La más impía, la más idólatra, tramposa, odiosa
mujer en toda la Biblia es llamada virtuosa y sin pecado. Algo muy malo es
llamado bueno. Pero irónicamente, ¿es casta? con signo de interrogación; ¿Cómo?
¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Cómo ella vino a ser casta? ¿Cuándo? ¿Dónde?
Y mira a Acab: "Acab hijo de Omri hizo lo malo ante los
ojos de Jehová, más que todos los que habían reinado antes de él. Como si le
fuera cosa liviana andar en los pecados de Jeroboam hijo de Nabat, tomó por
mujer a Jezabel hija de Etbaal, rey de los sidonios; y fue, sirvió a Baal y lo
adoró." (1 Reyes 16:30-31). Acab quiere decir: "uno semejante al
padre", o "marcado con la naturaleza de su padre."
Jezabel representaba la falsa doctrina y Acab es su víctima.
La Biblia nos dice que no fue suficiente que Acab tuviera un corazón inclinado
al pecado y a la idolatría. El trae a su vida la influencia satánica que lo
arraiga al pecado. "No hubo realmente nadie como Acab, que se vendiera
para hacer lo malo ante los ojos de Jehová, pues su mujer Jezabel lo
incitaba." (1 Reyes 21:25).
El mensaje es que la tendencia de los cristianos que
mantienen pecados y lujurias en secreto es abrazarse y casarse con la doctrina
falsa que solo los excitará y los confirmará en sus pecados. Lo último que
necesitaba Acab era una Jezabel. ¡Que peligroso! Ella hizo resaltar de él lo
peor, lo aumentó, y luego lo destruyó (a Acab). Así es la falsa doctrina. Si
existe en ti algún pecado, lujuria, mundanalidad, lo último que necesitas es
una doctrina que saque a relucir lo peor de ti. Cuando David pecó con Betsabé,
él no necesitó un falso profeta con un mensaje alentador para decirle lo mucho
que Dios lo amaba. El necesitó un profeta no comprometido, Natán, con el dedo
señalándole y clamando: "Tu eres el hombre."
Aquellos que predican la doctrina de Cristo demuestran al
pueblo la diferencia entre lo santo y lo profano, lo bueno y lo malo. No sale
mezcla de sus labios. "Enseñarán a mi pueblo a discernir entre lo santo y
lo profano, y entre lo impuro y lo puro" (Ezequiel 44:23).
Ezequiel denuncia a estos falsos profetas que se enriquecen
trayendo mensaje de justificar el pecado. "Porque en medio de ella hay una
conspiración de sus profetas; son como un león rugiente que arrebata la presa.
Devoran a la gente, se apoderan del patrimonio y de las cosas preciosas, y
multiplican sus viudas en medio de ellos. Sus sacerdotes violan mi ley y
profanan mis cosas sagradas. No hacen diferencia entre lo santo y lo profano,
ni enseñan a distinguir entre lo impuro y lo puro. Con respecto a mis sábados
esconden sus ojos, y he sido profanado en medio de ellos. Sus profetas les han
recubierto con cal. Ven vanidad y les adivinan mentira, diciendo: "Así ha
dicho el Señor Jehová, pero Jehová no ha hablado." (Ezequiel 11: 25-28).
Como resultado, tenemos toda una generación de jóvenes
turbados que ni siquiera pueden reconocer lo maligno cuando lo ven. Los falsos
profetas los han engañado. Ellos llaman bueno cuando "rockeros" con
pelo pintado, vestidos como monigotes, se contonean y menean sexualmente en el
púlpito, tocando su "rock and roll." A ellos se les dice que el sexo
extramatrimonial es bueno siempre y cuando se esté enamorado y se respete a la
otra persona. Predicadores y maestros han venido a ser los grandes defensores
del pecado en la nación.
La doctrina de
Jezabel promueve la codicia.
"Nabot respondió a Acab: ¡Guárdeme Jehová de darte la
heredad de mis padres! Acab se fue a su casa decaído y enfadado por las
palabras que le había respondido Nabot de Jezreel, quien le había dicho:
"No te daré la heredad de mis padres." Se acostó en su cama, volvió
su cara y no tomó alimentos. Jezabel, su mujer, fue a él y le preguntó: - ¿Por
qué está decaído tu espíritu, y no tomas alimentos? ¿Tú actúas ahora como rey
sobre Israel? ¡Levántate, toma alimentos, y alégrese tu corazón! ¡Yo te daré la
viña de Nabot de Jezreel! (1 Reyes 21:1-7).
Escucha la doctrina de Jezabel: Tú eres rey. El número uno.
Tú tienes derechos. Que nada te detenga en obtener lo que desees. Ella le dijo
a Acab: "alégrate, regocíjate, yo la obtendré por ti." Esta es la
doctrina de la prosperidad en síntesis: No te apures. No te sientas triste o
acongojado por esos deseos que te están comiendo por dentro. Yo lo conseguiré
para ti. Al igual que los métodos engañosos que usa Jezabel, estas doctrinas
tuercen y usan incorrectamente la Palabra.
El gran engaño en la iglesia moderna es el uso de la Palabra
de Dios para ponerle una etiqueta de aprobado a la codicia. En su faz, la
doctrina de Jezabel trabaja. (Véase 1 de Reyes 21:14-16). Le consiguió a Acab
lo que quería. El se posesionó de sus derechos porque cuando un hombre era
apedreado por alta traición al rey, sus derechos revertían al rey. Nunca ha
habido duda que para muchos, esta doctrina de prosperidad funciona. Como Acab,
ellos están disfrutando de sus posesiones.
Pero Acab no podía disfrutarla plenamente porque un
impertinente profeta de Dios se lo impedía. Aconteció que vino la palabra de
Jehová a Elías el tesbita, diciendo: "Levántate, desciende al encuentro de
Acab, rey de Israel, que reside en Samaria. He aquí que está en la viña de
Nabot, a donde ha descendido para tomar posesión de ella. Le hablarás diciendo:
Así ha dicho Jehová: ¿Has asesinado y también has tomado posesión? Luego le
hablarás diciendo: Así ha dicho Jehová: En el lugar donde los perros lamieron
la sangre de Nabot, los perros lamerán también tu sangre, tu misma sangre. Acab
dijo a Elías: ¿Así que me has encontrado, enemigo mío?" El respondió:
"Te he encontrado, porque te has vendido para hacer lo malo ante los ojos
de Jehová." (1 Reyes 21:17-20).
Imagínense a Acab paseando alrededor de su nueva posesión,
diciendo: ¡No es la vida maravillosa, Ah Jezabel! Puede que no esté de acuerdo
con sus métodos, pero hace lo que dice. Pero siguiendo inflexiblemente sus
pasos está el profeta Elías. Acab, perturbado, reacciona. El sabía lo que le
venía. Su conciencia le dijo: "Me has hallado enemigo mío."
Así también es hoy en día, Dios ha enviado profetas a todas partes
de esta tierra, clamando a viva voz, denunciando la doctrina del materialismo
de Jezabel, haciéndole bien incómodo a los cristianos el disfrute de los
entretenimientos y pertenencias. Estos se han alineado a la doctrina. No lo
pueden ver, pero el pecado esta detrás de todo esto. Cada vez que trueno en
contra de la doctrina de la prosperidad, siento el espíritu y poder de Elías
sobre mi. Vas a oír más y más la exposición de la doctrina de Jezabel. Por
doquiera voces proféticas se oirán claramente clamando: "Pecado. Estás
poseído porque te has alineado al pecado."
Jezabel odia a los
profetas de Dios.
Y Acab dio a Jezabel la nueva de todo lo que Elías había
hecho, y de como había matado a espada a todos los profetas. Entonces envió
Jezabel a Elías un mensajero diciendo: "Así me hagan los dioses, y aún me
añadan, si mañana a estas horas yo no he puesto tu persona como la de uno de
ellos." (1 Reyes 19:1-2).
Los cristianos atados por la doctrina de Jezabel no tienen
ninguna estima por los profetas de Dios. Están entenebrecidos, como Jezabel lo
estuvo, inconmovible, como cuando Acab le contaba detalladamente el maravilloso
despliegue de autoridad sobrenatural en el Monte Carmelo. Escuchen a Acab:
"Pero Jezabel, es posible que nosotros necesitemos oír. Yo lo vi con mis
propios ojos. Nuestros profetas alborotaban y bailaban por horas, pero no había
poder. Elías solo habló Palabra de Dios y el fuego descendió. Por todas partes
había personas arrepintiéndose. Le daban la espalda a la idolatría. Dios envió
un avivamiento de santidad." Pero Jezabel no fue impresionada. Al
contrario, fue más endurecida.
Así es ahora. Los maestros de la doctrina de Jezabel y
aquellos igual a Acab, que son sus víctimas, no están abiertos a, ni
convencidos del Espíritu Santo, ni del mensaje del arrepentimiento y de
santidad. Lo oyen, y entonces siguen su camino, con más determinación que
antes, en sus doctrinas. No hay temor de Dios ante sus ojos.
La señal más elocuente de un maestro falso y de la doctrina
de Jezabel es hacer caso omiso a las advertencias proféticas y el rechazo de
oír acerca del juicio. Lo tildan de confusión y perdición. Se ríen, mofan y lo
ridiculizan. No tienen respeto por señales adversas. Jeremías dice que esos
pastores son ciegos y mudos. El Señor dice: "Pero no escucharon ni
inclinaron su oído, sino que caminaron en la dureza de su malvado corazón,
según sus propios planes. Caminaron hacia atrás y no hacia adelante"
(Jeremías 7:24).
Esos que enseñan la doctrina de Jezabel reclaman ser
profetas. Pero hay una prueba para verdaderos y falsos profetas. Los profetas
de Jezabel solo profetizan buenas cosas, paz y prosperidad. "Todos ellos
son para mí como Sodoma, y sus habitantes como Gomorra. Por tanto, así ha dicho
y en los profetas de Jerusalén he visto algo horrible: Cometen adulterio, andan
en la mentira y fortalecen las manos de los malhechores, de manera que ninguno
se convierta de su maldad.
Por tanto así ha dicho Jehová de los ejércitos acerca de los
profetas: He aquí que les hará comer ajenjo y les hará beber aguas envenenadas,
porque de los profetas de Jerusalén ha salido la corrupción a todo el
país." "Así ha dicho Jehová de los Ejércitos: No escuchéis las
palabras de los profetas que os profetizan. Ellos os llenan de vanas
esperanzas, hablan visión de su propio corazón, no de la boca de Jehová.
Continuamente dicen a los que desprecian la palabra de Jehová: tendrán paz. Y a
cualquiera que anda tras la porfía de su corazón dicen: No vendrá el mal sobre
vosotros." (Jeremías 23:14-17). Ellos no ayudan a nadie a salir de la
maldad. Hablan vanidades, y actúan tontamente desde el púlpito. ¡Son payasos!
El pacto de Acab con
el mundo.
Acab se arrepintió por la prédica de Elías. El mensaje de
Elías conmovió profundamente a Acab. Rasgó sus vestidos y caminó en humildad
por un tiempo. Dios lo catalogó de arrepentimiento. "ve como Acab se ha
humillado delante de m." (1 Reyes 21:29). Desde ese día en adelante él
podía mirar atrás y decir: ¿Arrepentimiento? Sí. Bajo la predicación de ese
gran profeta de Dios, Elías, en mi jardín en Jezreel. Para él fue una sola
experiencia, no un diario caminar.
No duró mucho. El problema era que él había hecho un pacto
con el mundo. Estaba de acuerdo con el pecado. El había venido a ser hermano y
amigo del mundo. Hermano quiere decir aquí: afinidad, uno igual a mí; uno al
que yo respeto. El había pactado con lo que Dios había maldecido. Y hoy en día
hay arrepentimiento, aunque verdadero, muy superficial. Pero volverás atrás si
no hay un rompimiento completo con el mundo.
Acab reclamaba que amaba la verdad, pero muy dentro de sí,
él odiaba ser reprendido. Acab y Josafat iban a ir a la guerra con los sirios.
Cuatrocientos falsos profetas estaban prediciendo el triunfo. "Ve y
prosperarás. Tú puedes." Y allí estaba el único y solitario profeta en
contra de los cuatrocientos falsos profetas.
Escuchen a Acab demandando la verdad: "Y Micaías respondió:
Vive Jehová que lo que Jehová me hablare, eso diré." Vino pues al rey, y
el rey le dijo: "Micaías, ¿iremos a pelear contra Ramot de Galaad, o la
dejaremos?" El le respondió: "Sube y serás prosperado, y Jehová la
entregará en manos del rey." Y el rey le dijo: "¿Hasta cuantas veces
he de exigirte que no me digas sino la verdad en el nombre de Jehová?" (1
Reyes 22:14-16). Sin embargo, en su corazón, él no la quería oír - la odiaba.
Por lo tanto encarceló al profeta.
Pastores, maestros y la congregación de hoy en día dicen:
"Queremos sólo la verdad. Predicada y enseñada como es. No importa como
duela." Pero en su corazón algunos están molestos e incómodos. La Palabra
es muy fuerte, muy dura. No la pueden resistir. Acab estaba completamente ajeno
al hecho que estaba siendo guiado por espíritu de mentira.
Este espíritu de mentira no era de Dios, pero sí estaba bajo
su autoridad. Espíritus malignos de mentira tienen que obedecer su Palabra. No
son de Dios, pero son enviados por Dios. "Ahora pues, he aquí que Jehová
ha puesto un espíritu de mentira en la boca de todos estos tus profetas, porque
Jehová ha decretado el mal con respecto a ti." (1 Reyes 22:23).
Este espíritu de mentira hizo que Zedequías, un falso
profeta, declarara que el espíritu de Dios estaba sobre él. El espíritu de
mentira en él podía honestamente declarar: "El Señor me envió." Los
espíritus de mentira son muy persuasivos. "Tu los persuadirás." (1
Reyes 22:22). Acab estaba ahora convencido que estaba oyendo la voz de Dios y
que regresaría victorioso.
Cristianos atados por la doctrina de Jezabel están ciento
por ciento seguros que ellos están en la verdad. No pueden ver el engaño. Acab
no se puso a pensar: "Micaías está en lo cierto. El tiene la mente de
Dios. Los cuatrocientos profetas son falsos, ellos no tienen Palabra de Dios.
No. El subió completamente convencido, completamente engañado, totalmente
seducido. Estaba convencido que Micaías estaba en un error, y que los
cuatrocientos estaban en lo correcto.
¿Por qué caen algunos
cristianos en este tipo de engaño?
"He aquí, vosotros confiáis en palabra de mentira, que
no aprovecha. Hurtando, matando, adulterando, jurando en falso, quemando
incienso a otros dioses y andando tras dioses extraños que no conocisteis,
¿vendréis y os pondréis delante de mí en esta casa sobre la cual es invocado mi
nombre, y diréis: 'Librados somos' para seguir haciendo estas abominaciones?
(Jeremías 7:8-10).
He aquí la respuesta: El asirse a algún pecado, a algún
ídolo secreto en el corazón. La justificación para algún pecado. El caminar con
el mundo. Una hermandad con el mundo. Entonces vienen a la casa de Dios
jactándose: "Yo no estoy condenado." Esto es una invitación sin
restricciones a los espíritus de mentira.
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