DEBEMOS JUZGAR A LOS DEMÁS?
Trataremos de responder
varias preguntas: ¿Será correcto juzgar
conforme a las escrituras? ¿Qué tal denunciar las falsas doctrinas? ¿Y
denunciar a los falsos maestros? ¿Será correcto dar nombres? ¿Denunciar a los
apóstatas?
Muchos cristianos aseguran
que no se puede denunciar, que es incorrecto. Ellos aseguran que quienes
denuncian “les falta amor y que en lo que juzgan, serán juzgados”. Pero, ¿qué
dice la Biblia al respecto? Un pasaje mal empleado es “No juzguéis, para que no
seáis juzgados” (Mat 7:1). Si solo leemos este versículo, sí parece decir que
no podemos juzgar. Pero, estudiemos todo el pasaje porque para interpretar un
texto hemos de considerar el contexto.
La frase no juzgar viene del
gr. krino: hacer diferencia, discernir, condenar, decidir castigar, hacer
juicio. No juzguéis para que no seas juzgados – en el griego “condenados“. Es
decir, la misma sentencia que damos, esa misma recibimos.
La razón para no juzgar está
en el versículo siguiente: “Porque con el juicio con que juzgáis, seréis
juzgados, y con la medida con que medís, os será medido. (Mat 7:2). Aquí la
palabra empleada para juicio es el griego Krima, una variante de Krinos.
Significa “veredicto que se hace en las faltas de otro”. La misma sentencia que
das, es la que vendrá sobre ti. Veamos el final de la frase “con la medida con
que medís, os será medido”: Con la medida: gr. metrón (de donde se deriva
metro). Significa medida, porción. Con que medís: implica medir una cantidad Os
será medido: medir de igual manera. Hasta aquí, parece que es prohibido juzgar
pero sigamos con el pasaje: ¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano,
y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo? (Mat 7:3). Paja aquí se
refiere a una ramita seca, siendo una metáfora de una falta y la frase “echas
de ver” implica considerar, reflexionar con mucho cuidado. Jesús usa “viga”,
refiriéndose a un tronco. ¿No has considerado que tu eres peor que aquel a
quien juzgas? Es la pregunta de Jesús.
Jesús está haciendo un
contraste metafórico de una falta igual que hicieron el acusado y el acusador:
el acusador está haciendo juicio sobre una falta que él también cometió. El
mismo pecado que está acusando, él la tiene en su vida.
Por tanto, ¿con qué calidad
moral podemos tratar de sacar una falta que nosotros mismos hemos cometido?.
Esto es hipocresía (y más adelante lo dice). Es como el borracho que reprende
al borracho. Por lo cual eres inexcusable, oh hombre, quienquiera que seas tú
que juzgas; pues en lo que juzgas a otro, te condenas a ti mismo; porque tú que
juzgas haces lo mismo (Rom 2:1). “¡Hipócrita! saca primero la viga de tu propio
ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano” (Mat 7:5).
Jesús dice aquí: ¡actor,
hipócrita!. Está rechazando la conducta hipócrita del acusador. Saca primero:
límpiate primero de ese mismo pecado que condenas y que tienes. Saca ese tronco
de tu ojo y la siguiente frase es clave en la comprensión del texto: y entonces
verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano. Es decir, como
consecuencia, verás bien. En el original dice: Verás claramente, recuperar la
vista espiritual para sacar la paja del ojo de tu hermano.
Pregunta: ¿está prohibiendo
Jesús juzgar en este pasaje?
NO. Lo que él está condenando
y reprobando es que se juzgue y se condene algo que nosotros mismos estemos
haciendo o dejando de hacer. Por ejemplo: es como si yo tuviera amargura contra
alguien y llego a la iglesia a predicar del perdón; exijo que otros perdonen
pero yo mismo no perdono. Estoy enjuiciando a la oveja pero estoy igual o peor
de resentido. No tengo calidad moral para hacer esto. Otro ejemplo sería que
vengo a predicar sobre las finanzas y el diezmo. Doy un sermón y acuso de
ladrones a los que no diezman, menciono Malaquías y soy bien duro en el
mensaje, pero resulta que yo mismo no diezmo. (Aprovecho aquí para decir que
los pastores también debemos diezmar). No puedes predicar del diezmo si no
diezmas. Sería hipócrita al hacerlo.
Juicios en la Iglesia: 1 Cor
5:1-11 Un caso de inmoralidad sexual.
“De cierto se oye que hay
entre vosotros fornicación, y tal fornicación cual ni aun se nombra entre los
gentiles; tanto que alguno tiene la mujer de su padre. (2) Y vosotros estáis
envanecidos. ¿No debierais más bien haberos lamentado, para que fuese quitado
de en medio de vosotros el que cometió tal acción? (3) Ciertamente yo, como
ausente en cuerpo, pero presente en espíritu, ya como presente he juzgado al
que tal cosa ha hecho. (4) En el nombre de nuestro Señor Jesucristo, reunidos
vosotros y mi espíritu, con el poder de nuestro Señor Jesucristo, (5) el tal
sea entregado a Satanás para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu
sea salvo en el día del Señor Jesús. (6) No es buena vuestra jactancia. ¿No
sabéis que un poco de levadura leuda toda la masa? (7) Limpiaos, pues, de la
vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin levadura como sois; porque
nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros. (8) Así que
celebremos la fiesta, no con la vieja levadura, ni con la levadura de malicia y
de maldad, sino con panes sin levadura, de sinceridad y de verdad. (9) Os he
escrito por carta, que no os juntéis con los fornicarios; (10) no absolutamente
con los fornicarios de este mundo, o con los avaros, o con los ladrones, o con
los idólatras; pues en tal caso os sería necesario salir del mundo. (11) Más
bien os escribí que no os juntéis con ninguno que, llamándose hermano, fuere
fornicario, o avaro, o idólatra, o maldiciente, o borracho, o ladrón; con el
tal ni aun comáis. (12) Porque ¿qué razón tendría yo para juzgar a los que
están fuera? ¿No juzgáis vosotros a los que están dentro? (13) Porque a los que
están fuera, Dios juzgará. Quitad, pues, a ese perverso de entre vosotros”.
(1Co 5:1-13). En el v.1 leemos que se trataba de un caso de fornicación e
incesto. ¡Qué vergüenza! Es la expresión de Pablo porque esto no se da ni entre
gentiles. Ante el v.2 algunos le dirían a Pablo que sacar a alguien de la
iglesia es falta de amor. En el v.3, cuando Pablo dice “ausente en cuerpo, pero
presente en espíritu, ya como presente he juzgado al que tal cosa ha hecho”,
está diciendo que él ha decidido disciplinar y castigar al que ha hecho esto.
No se refiere de ninguna manera a desdoblarse o cosa parecida.
El reclamo de Pablo es que la
iglesia de Corinto no había hecho nada. Ellos se jactaban de sus dones,
hablaban en lenguas, pero tenían este pecado vergonzoso. “En el nombre de
nuestro Señor Jesucristo, reunidos vosotros y mi espíritu, con el poder de
nuestro Señor Jesucristo” (1Co 5:4). Como ya mencioné, esto no se refiere a
esoterismo. Es una expresión para decir que “estamos de acuerdo, yo les apoyo”.
El tal sea entregado a Satanás para destrucción de la carne, a fin de que el
espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús. (1Co 5:5)
¿Cómo es que los cristianos
de hoy no tienen la capacidad de juzgar y de hablar claramente del tema de la
disciplina del Señor? El Error de Pablo hubiera sido juzgar este pecado si él
también hubiera estado en pecado, pero su vida era limpia, por tanto tenía la
autoridad moral y el respaldo de Dios para excomulgar a este hombre; juzgarlo y
como veredicto entregarlo a Satanás.
Cuando Jesús – con la mujer
adúltera – les dice que “el que esté libre de pecado que tire la primera
piedra”, ellos se fueron porque hacían lo mismo. Si yo estuviera manipulando a
las ovejas para sacarles dinero no podría hablar contra este pecado, pero como
no lo hago, tengo la autoridad moral para denunciar a los estafadores de los
púlpitos. Si Jesús en Mateo hubiese prohibido juzgar, ¿cómo habría dicho Mat 24
“cuídense de los falsos maestros: disciernan, vean, juzguen su mensaje para no
ser engañados?. Veamos los siguientes versículos:
En Juan 7:20 dice que
“Respondió la multitud y dijo: Demonio tienes; ¿quién procura matarte?”. Jesús,
en el v.24 contesta: “No juzguéis según las apariencias, sino juzgad con justo
juicio”. Jesús no está diciendo que no juzguen, está diciendo no juzguen mal.
No se trata de callar y “dejárselo al Señor”. No podemos juzgar según las
apariencias, sino bien sustentados.
Veamos este texto:
“Guardaos de los falsos
profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son
lobos rapaces. 16 Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los
espinos, o higos de los abrojos?” (Mat 7:15-16). “Guardaos: en el original es
“prestar atención a, tener cautela por, escuchar”. Jesús sí nos invita a juzgar
rectamente, con justo juicio, juzgar los frutos, no las apariencias. Frutos,
como ya lo he mencionado, no es llenar un auditorio. “En cambio el espiritual
juzga todas las cosas; pero él no es juzgado de nadie”. (1Co 2:15)
Juzguemos según lo espiritual
no por las apariencias.
Hay quienes por las
apariencias juzgan el fruto de una iglesia, ven la calidad del auditorio de
alguna megaiglesia, se impresionan por las riquezas y suntuosidad que ven y
creen que Dios está con ellos por esto. No necesariamente el lujo refleja
obediencia.
En Guatemala, en cierta
Iglesia, estaban recogiendo la “ofrenda” (lo digo entre comillas, pero en
realidad era el tiempo del robo) y empezaron a pedir de ciertos montos para
arriba (¿desde cuándo se le dice a la gente cuánto dar?). Casi no pude creerlo
cuando anunciaron que en el banco tal estaban dando créditos a los miembros de
esa congregación. ¡Qué horror!, eso sí es manipulación. No juzgar y discernir
que esto está mal, es caer nuevamente en el oscurantismo.
De los versículos favoritos
que mencionan para impedir el buen juicio es el de David cuando dice que no
puede tocar al ungido de Jehová. Sin embargo, en el original tocar se refiere a
“agredir físicamente”. No confundamos “agredir físicamente” con “juzgar sus
delincuencias”. A muchos pastores les encanta que la gente se someta a ellos,
pero… veamos el siguiente texto: “Acordaos de vuestros pastores, que os
hablaron la palabra de Dios; considerad cuál haya sido el resultado de su
conducta, e imitad su fe”. (Heb 13:7). ¿No dice acaso aquí que juzguemos su
conducta? Entonces, imitamos su fe y nos sometemos a ellos. Pero si su conducta
no es de Dios, cómo vamos a avalar sujeción.
“He aquí, por tercera vez
estoy preparado para ir a vosotros; y no os seré gravoso, porque no busco lo
vuestro, sino a vosotros, pues no deben atesorar los hijos para los padres,
sino los padres para los hijos“. (2Co 12:14). Este es un punto importante a
considerar en la conducta de un pastor: ¿busca a las ovejas o busca lo material
que tienen las ovejas? No hace mucho una señora me contó que fue a un concierto
“cristiano” y pagó un lugar VIP. Pues estando ahí adelante, “las hermanas”
solteras le gritaban al cantante “Papacito, te amo, las quiero contigo”. El
cantante las miraba y se reía… ¿por qué él no detuvo esta conducta? La señora
se tuvo que salir pues no resistió más lo que veía y escuchaba. ¿Qué sigue? es
la pregunta en estos casos. ¿Será que falta poco para que se quiten sus prendas
íntimas y se las tiran al hermano?
Juzguemos por favor este tipo
de situaciones y hagamos algo al respecto. Frutos: No podemos hacer de los
milagros y los grandes eventos nuestra medida para juzgar. Hasta Judas hizo
milagros. El anticristo hará que una estatua hable. Los brujos de San Martín
hacen milagros y dicen “en el nombre de Jesús”. Ahora, ya tenemos “la virgen
del colchón”: acá cerca en Sayula, Jalisco tienen un pesebre y cuando le iban a
cambiar las sábanas dicen que quedó la “imagen del niño en el colchón”, pues
ahora le están ofreciendo flores al colchón. Ya tendremos el santo del zapato,
la virgen de la lámpara y la virgen de la llanta del camión. Con lo milagroso
la gente juzga mal, creyendo que es Dios quien los está apoyando.
¿A qué fruto se refería
Jesús? El usó la palabra griega carpos, refiriéndose a frutos de la nueva
naturaleza.
¿Cómo vivía Jesús? Esto nos
da una medida correcta, después de todo, él es nuestro modelo. En Gálatas
también se usa la palabra carpos: amor, gozo, paz, paciencia, bondad, fe,
templanza, dominio propio. Estos son evidencias de que estamos llenos del
Espíritu. No se trata de milagros ni de estadios llenos.
Juan 15 también habla de
frutos. “Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. (2) Todo pámpano
que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo
limpiará, para que lleve más fruto. (3) Ya vosotros estáis limpios por la
palabra que os he hablado. (4) Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el
pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así
tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. (5) Yo soy la vid, vosotros los
pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque
separados de mí nada podéis hacer”. (Juan 15:1-5). Sin él nada podemos hacer:
refiriéndose a dar frutos espirituales, no a hacer grandes conciertos.
“Amados, no creáis a todo
espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos
profetas han salido por el mundo“. (1Jn 4:1) ¿No es acaso aquí probad: juzguen,
disciernan, vean?. “Mas os ruego, hermanos, que os fijéis en los que causan
divisiones y tropiezos en contra de la doctrina que vosotros habéis aprendido,
y que os apartéis de ellos“. (Rom 16:17) Aquí no solo se nos advierte a juzgar,
sino también a apartarnos de los tales.
Por último: ¿Es bíblico dar
nombres?:
“Mas evita profanas y vanas
palabrerías, porque conducirán más y más a la impiedad. (17) Y su palabra
carcomerá como gangrena; de los cuales son Himeneo y Fileto, (18) que se
desviaron de la verdad, diciendo que la resurrección ya se efectuó, y trastornan
la fe de algunos“. (2Ti 2:16-18). Aquí Pablo menciona nombres. El Espíritu
Santo permitió esto y que nosotros hasta hoy leamos estos textos. Se imagina
que usted sea testigo de un robo en un banco y que al interrogarle la policía
usted les diga: “en nombre del amor y paz, se dice el pecado pero no el
pecador, no quiero problemas, no hay que juzgar… mejor no vi los hechos”? Solo
los tibios y cobardes le tienen miedo a las represalias. David adulteró y
asesinó: ¿entonces por qué se predica de este texto y mencionamos su nombre?.
Nadie enseña de esta historia diciendo: “había un rey que mató y adulteró”.
Moisés le pegó dos veces a la roca: se menciona con nombre y predicamos de
esto. No decimos “había un hombre que desobedeció a Dios y…”. No, sino que lo
mencionamos por nombre. Gal 2 – Pablo resistió a Pedro cara a cara. Dice que
era de condenar: de reprobar su hipocresía. ¿Cómo iba a obligar a los gentiles
a judaizarse?. “Lo reprendí cara a cara delante de todos” dice el texto.
No hace mucho, en el tiempo
de oración del culto un hombre empezó a orar a gritos. Pues yo públicamente le
regañé, esa no es la forma de orar en mi congregación. Si no es válido
reprender públicamente: ¿por qué Pablo lo hizo?
Yo he escrito a la iglesia;
pero Diótrefes, al cual le gusta tener el primer lugar entre ellos, no nos
recibe. (10) Por esta causa, si yo fuere, recordaré las obras que hace
parloteando con palabras malignas contra nosotros; y no contento con estas
cosas, no recibe a los hermanos, y a los que quieren recibirlos se lo prohíbe,
y los expulsa de la iglesia” (3 Jn 1:9-10). Otro de los tantos nombres
mencionados en el Nuevo Testamento.
Jud 1:11 “¡Ay de ellos!
porque han seguido el camino de Caín, y se lanzaron por lucro en el error de
Balaam, y perecieron en la contradicción de Coré.
En conclusión, sí se puede
juzgar, debemos hacerlo bien (no viendo las apariencias, sino el fruto) y hay
peligro en no hacerlo“
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