sábado, 27 de abril de 2013

Así como Cristo es cabeza de la Iglesia...


QUIÉN POSEE LA AUTORIDAD EN EL 

MATRIMONIO?



“Las casadas estén sujetas a sus propios maridoscomo al Señor; porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador”.

Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo.

Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia y se entregó a sí mismo por ella” Efesios 5:22-25

Después de la caída del hombre en pecado Dios tuvo que establecer una autoridad para que haya un orden puesto que el pecado conlleva desorden.
Que todos los creyentes seamos iguales delante de Dios no significa que las relaciones de autoridad humana quedan abolidas.

Toda sociedad funciona básicamente sobre dos columnas: autoridad y sujeción. Tiene que haber alguien que tenga autoridad y los que se someten a la misma. Este principio es tan básico que se encuentra inclusive en la Deidad: “El Padre es la cabeza de Cristo”.

Lo mismo tiene que suceder en el hogar. Ha de haber una cabeza, y ha de haber obediencia a esa cabeza.

La ausencia de gobierno es anarquía y ninguna sociedad puede vivir en anarquía, menos aún una familia, la sociedad está mal porque las familias están mal. En las familias no hay principios de autoridad, tampoco en la sociedad se respeta esa autoridad.

Los hijos no se sujetan a los padres, la esposa no se sujeta al marido y el marido no tiene autoridad moral para exigir respeto y autoridad puesto que él vive sin autoridad, sin la autoridad de Dios.

Esto engendra una sociedad rebelde a todo y entre todos; no hay autoridad moral departe de las autoridades porque hay corrupción y falta de amor al pueblo. El pueblo se queja de la corrupción de los políticos pero a la vez ese mismo pueblo compra películas piratas, coimea a los policías de tránsito, estaciona doble fila, no usa casco, copia en sus exámenes,  usa ropa falsificada, etc., todas estas cosas nos muestran una cosa; no hay sujeción a la autoridad.

El sometimiento no significa inferioridad. El Señor Jesús está sujeto al Padre pero de ninguna manera es menor que Él. Cuando un policía me detiene en el transito y me pide mis documentos yo me sujeto a su autoridad pero como persona no soy menos que él. Así también la sujeción de la mujer al hombre no significa que esta sea menos que él, sencillamente es un principio de autoridad establecida para que haya orden.

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La Biblia dice que las casadas deben de estar sujetos a sus propios maridos, como al Señor. Al estar sometida a la autoridad de su marido está sometida a la autoridad de Dios, si está rebelde a su marido estará rebelde a Dios.
Algunas mujeres podrían reclamar de que esto es algo injusto ya que muchos hombres no son dignos de autoridad, son machistas y egoístas. 

Lamentablemente esto es cierto, y acá vamos a equilibrar la balanza bíblicamente: La Biblia nos dice que el hombre debe estar sujeto a Cristo, a Dios.

Quien no está sujeto a una autoridad no puede tener autoridad. El que no aprendió a obedecer no puede que mandar. Podemos imponer sujeción en base al miedo, pero el que te respeten no puede ser impuesto, esto se gana. La autoridad es respeto, es sujeción voluntaria.

El marido debe de estar sujeto a Cristo y amar a su mujer como Él (Cristo) amó a la iglesia (Ef. 5:25), ahora bien, ¿qué significa amar a la esposa como Cristo a la Iglesia?

La Biblia dice que Cristo amó tanto a la iglesia que dio su vida por ella. No solamente murió por ella sino que vivió y se dedicó a ella.

Si un hombre va a amar a la esposa como Cristo a la Iglesia este hombre debería: amarla al punto de estar dispuesta a dar todo por ella, sus ojos, su corazón, su tiempo, su vida misma si es necesario. No solo morir físicamente sino morir día a día mientras viva dejando su orgullo, su egoísmo, su ira y equipándose en todo para ser un proveedor a su esposa, y ser un maestro y ejemplo para ella en todo. El esposo puede exigir a los demás miembros de la familia porque  él lo hizo primero. Esto es autoridad.

Si el hombre va a amar a su esposa como Cristo amó a la Iglesia entonces este hombre debe de ser fiel a su esposa, proveedor, debe honrarla y tratarla como a una princesa, con delicadeza, amor, mimarla, bendecirla, cubrirla, consolarla, ser una muralla alrededor de ella, cuidarla hacerla sentir segura y ser su mejor amigo. Tiene que conocerla, hablarla y escucharla, orar por ella, estar atenta a ella y tratar de que ella se sienta plena, feliz y que cumpla su propósito en la vida. Esto son solo algunas cosas de lo que Jesús hizo por la iglesia.

Ahora sí cambió la visión, ¿verdad?, ¿Qué mujer no querría casarse y estar bajo la autoridad de un hombre así?, ¿no sería este hombre el marido perfecto?, ¿no sería el yerno perfecto?, ¿no sería el papá perfecto?, ¿se imaginan familias con hombres así?, ¿se imaginan naciones con gobernantes así?, ¿quién no querría vivir en una familia así?, ¿quién no querría vivir en un país así?
Esto es tan, pero tan serio para Dios que la Biblia dice que el hombre que no viva sabiamente con su esposa y que no la honre con delicadeza sus oraciones no serán escuchadas (1 Pedro 3:7) y si Dios no escucha sus oraciones el tal hombre solo tiene la espalda de Dios y esto es lo peor que le puede pasar a una persona.
La única solución para los que tienen un matrimonio difícil y no feliz es volverse a Dios con arrepentimiento y perdón, sin esto, arrepentimiento y perdón no hay la más mínima esperanza de que nada cambie. El que falló debe de arrepentirse verdaderamente y el que perdona debe de perdonar de verdad.

Digo que la única solución es Dios porque para tener un matrimonio según los parámetros bíblicos tenemos que tener una mente renovada que solo el verdadero conocimiento de Dios puede dar.

Romanos 12:2 No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.   ( REINA VALERA 1960)

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