Protegiendo el Rebaño: Cuidado de los Lobos en la Iglesia
Como Pablo, en Hechos 20, va
camino a Jerusalén, se detiene en Efeso. Allí convocó a los líderes de la
iglesia para una reunión especial. Solemnemente les dijo a esos creyentes
efesios: “Y ahora, yo sé que ninguno de vosotros, entre quienes he pasado predicando
el reino de Dios, verá más mi rostro” (Hechos 20:25).
Pablo, entonces, entregó su
último mensaje a los efesios. En esencia les dijo: “He estado con ustedes antes
y conocen todo lo que he hecho. Les he servido con humildad y lagrimas. He
predicado en vuestra iglesia, como asimismo casa por casa. Todo lo he cumplido
bajo las más grandes tribulaciones y persecuciones. Pero, nada he guardado de
vosotros.”
Entonces, con lágrimas, les
dio esta sobria advertencia: “… por tres años, de noche y de día, no he cesado
de amonestar con lágrimas a cada uno” (Hechos 20:31).
¿Qué es lo que Pablo vio que
iba a venir? ¿Qué es lo que tanto le afligió para pasar tres años gimiendo
sobre la iglesia? ¿Acerca de cual tragedia venidera les había advertido tantas
veces, tanto pública como privadamente, ya sea en la iglesia como en sus hogares?
¿Qué asunto pudo sacudir tan profundamente a este hombre piadoso y de oración.
La preocupación de Pablo no
era una explosión de lujuria, adulterio, divorcio o borrachera. Sus
advertencias no eran acerca de persecuciones o restricciones venideras, ya sea
de parte de la sociedad o del gobierno. No les amonestó sobre alguna explosión
de depravación u homosexualidad en el púlpito, o alguna decadencia moral,
desempleo y pobreza, terrorismo y guerras.
En cortas palabras, las
advertencias de Pablo no fueron acerca del caos que ocurren fuera de las
puertas de la iglesia. No, la preocupación de Pablo fue por lo que él vio venir
dentro de los muros de la casa de Dios. El amonestó a los efesios acerca de lo
que venía sobre el ministerio, sobre los pastores, en particular. Y estas
advertencias fueron acerca de la destrucción que viene en las manos de
impostores que se desbordarían dentro de la iglesia.
En este mensaje final, la
mente de Pablo no estaba en el crecimiento de la iglesia, los problemas
personales de los pastores, o las circunstancias difíciles y tentaciones de los
creyentes. No, el clamor profundo del corazón de Pablo era: “Ustedes obispos,
ustedes pastores, pongan atención. Mirad por vosotros y por su gente.
“El Espíritu Santo os ha
puesto por obispos para apacentar la iglesia del Señor” (20:28). En otras
palabras: “Ustedes sobreveedores, ustedes obispos, ustedes líderes – alimenten
sus ovejas, prepárenlas. Susténtenlas con la pura Palabra de Dios, sálvenlas de
los lobos rapaces e impostores que atacarán las ovejas débiles.”
“Porque yo sé que después de
mi partida entrarán lobos en medio de vosotros que no perdonarán al rebaño. Y
de entre vosotros mismos se levantarán hombres que hablarán cosas perversas
para arrastrar tras sí discípulos. Por tanto, velad,…” (20:29-31).
Sobre este punto, Pablo les
remarcó: “Ahora mismo, ustedes son una iglesia bendecida. Son un pueblo fiel,
un poderoso cuerpo de creyentes. Tienen un fundamento sólido.” Mas tarde
también Cristo diría lo mismo acerca de los efesios en el libro de Apocalipsis.
Él les dijo: “Yo conozco tus obras, tu arduo trabajo y tu perseverancia, y que
no puedes soportar a los malos, has probado a los que se dicen ser apóstoles y
no lo son, y los has hallado mentirosos.” (2:2).
Sin embargo, según Pablo,
“Tan bendecidos como son, su iglesia no será escatimada, a menos que presten
atención a mis advertencias. Van a ver levantarse un ministerio impío y
perverso que hará comercio o mercancía del rebaño.” Cristo dio a los efesios la
misma advertencia en Apocalipsis 2: “Dejaste tu primer amor. Arrepiéntete, sino
quitare tu candelero, tu testimonio brillante ante el mundo.”
¿Cómo perdieron su primer
amor estos creyentes efesios? ¿Cómo empieza a morir cualquier iglesia?
Claramente se debió a que sus pastores y líderes no estuvieron protegiendo las
ovejas. No fueron cuidadosos y permitieron que los lobos rapaces tuvieran
acceso al rebaño. Cuando estos lobos entraron, devoraron las ovejas, sin dejar
una.
En resumen, un evangelio
pervertido infiltró la iglesia y fue enseñado el error. Pronto, creyentes de
corazón puro se descarriaron por horrible decepción. Por años, esta iglesia
fiel había sido cuidadosa en juzgar lo que era el evangelio y lo que era de la
carne. Pero, ahora estos mismos creyentes fueron encausados en un evangelio
fácil que mitigaba la carne. Y fueron apartados de Cristo.
Hoy Pablo no está, y los rapaces y perversos han
entrado.
Estos lobos y lo perverso ha
invadido la casa de Dios. Y están engañando a pastores y congregaciones
alrededor de todo el mundo. Por todas partes donde viajo, veo predicadores
perversos dividiendo al rebaño y esparciendo las ovejas.
El profeta Ezequiel habló de
estos lobos: “Hay conjuración de sus profetas en medio de ella, como de león
rugiente que arrebata la presa. Devoraron vidas, tomaron haciendas y honra,
multiplicaron sus viudas en medio de ella….Sus jefes en medio de ella son como
lobos que arrebatan la presa; derraman sangre para destruir las vidas, para
obtener ganancias injustas…al afligido y necesitado destruía…” (Ezequiel 22:25,
27, 29).
Muéstreme un predicador que
nunca expone el pecado – quien no muestra a la gente la diferencia entre lo
santo y lo profano, quien no hace mención del arrepentimiento y el juicio, y
que en cambio dice que Dios desea hacerlo rico y próspero –y calificaré a ese
hombre por lo que es. Es un lobo rapaz. Y ha sustituido la Cruz por el dinero.
Permítame describir esta
clase de lobo moderno. El hombre en quien estoy pensando es uno de los más
conocidos predicadores de la prosperidad en América. Hace unas pocas semanas,
este fue su mensaje: “Ustedes han oído acerca de la venida de Jesús. Han oído que
él puede regresar en cualquier momento. Yo les digo, eso es imposible. El no
puede venir hasta que haya prosperado – hasta que tenga su hermoso auto, hasta
que tenga la casa soñada. Simplemente, no puede venir hasta entonces.”
Recientemente vi un video que
me fue enviado de una conferencia de prosperidad. Esta fue la teología
declarada en esa conferencia: “Encuentre al predicador más próspero que
conozca, y déle su dinero. Las bendiciones de él fluirán sobre usted.”
Un pastor de prosperidad
estuvo en la plataforma y describió sus autos, su avión, su casa, sus
diamantes, y un perro que compró en 15,000 dólares. Declaró además: “Voy a
construir una casa de la cual Salomón podría estar orgulloso. Entonces, cuando
la gente en mi ciudad vea mi mansión y mi Rolls Royce, conocerá que hay un Dios
en el cielo.”
Mientras hablaba, la gente se
acercaba y llenaban sus bolsillos de dinero. Otros se dirigieron a la
plataforma para dejar allí su dinero. Aún otros lanzaron dinero sobre él.
Entonces, empezó un canto titulado “Corre por el Dinero.” Algunos cayeron
postrados mientras otros corrieron por el auditorio cantando: “Corre por el
Dinero.”
Amados, esto me choca y me
espanta, cómo pastores y cristianos creyentes de la Biblia, pueden ser tan
engañados. Aún en nuestra iglesia, algunos feligreses distribuyen mensajes
grabados por el lobo rapaz que enseña: “Jesús no puede venir hasta haya
prosperado.” ¡Qué horrible blasfemia! Jesús mismo dijo que busquemos su
manifestación, que él vendrá en un abrir y cerrar de ojos, cuando menos le
esperemos.
Oh, cuán ciega se ha vuelto
la iglesia. Y cuán ciegos son ahora muchos pastores. Iglesias que una vez
creyeron en el sacrificio, negarse a si mismo y cargar la cruz, se han
corrompido por la carne. Están totalmente concentradas en si mismo, en las
cosas materiales, en la buena vida, y no en la vida santa.
El profeta Jeremías describió
a los lobos rapaces quienes vienen cargando este engaño: “Como jaula llena de
pájaros, así están sus casas llenas de engaño; así se han hecho poderosos y
ricos. Engordaron y se pusieron lustrosos, y sobrepasaron los hechos del malo.
No juzgaron la causa, la causa del huérfano, y sin embargo, prosperaron. ¡La
causa de los pobres no juzgaron!
Dice el Señor: ¿No juzgaré
esto? ¿De tal gente no se vengará mi alma? Cosa espantosa y fea es hecha en el
país: los profetas profetizan mentira y los sacerdotes dominan por manos de
ellos. ¡Y mi pueblo así lo quiere! ¿Qué, pues, haréis cuando llegue el fin?
(Jeremías 5:27-31).
Según Jeremías, estos lobos
rapaces hacen sus fortunas sobre las espaldas de los pobres y necesitados. Un
prominente evangelista está vendiendo “Sanidad del Cáncer” por $1,000 dólares.
Por $500 dólares, una persona puede pasar al frente y recibir oración para
cualquier clase de males. Pero, la oración por cáncer cuesta $1,000 dólares.
Todo esto es una hediondez en
las narices de Dios. Y permítame decirle donde va a terminar. Servimos a un
Dios paciente, quien no desea destruir o juzgar a nadie que es inducido en las
redes del engaño por ignorancia. Él previene y corrige sus ovejas. Pero el día
viene cuando el dirá a estos lobos rapaces: “¡Suficiente! No robarán más a las
viudas. No usarán la Sangre de mi Hijo como tarjeta de crédito para satisfacer
vuestra lujuria. Ya no les será permitido ir por todo el mundo y predicar un
Cristo materialista. A cada lobo rapaz vestido de oveja lo desenmascaro y lo
llevo a la banca rota. Muy pronto el dinero que está fluyendo en ustedes, se
secará completamente.”
Cada pastor del Señor, tiene la responsabilidad de
cuidar su rebaño de los lobos rapaces.
¿A quiénes siguen los lobos
rapaces? Ellos toman como presas, a las ovejas débiles y mal alimentadas.
Buscan a quienes no conocen su Biblia y están atrapados en un evangelio
centrado en si mismo. Es por esa razón que la amonestación de Pablo es tan
clara: “Pastores y líderes, cuídense a si mismo. Cuiden el rebaño al cual han
sido llamados a supervisar. Alimenten la iglesia de Dios.” Nosotros los
pastores estamos llamados a llenar el rebaño con la pura Palabra de Dios.
Solamente entonces podrán discernir lo que es del Espíritu Santo y lo que es
del lobo.
Le pregunto: ¿Cuál debería
ser la preocupación de cada pastor en esta nación? Esta no debe ser una manera
nueva para atraer a la gente para que venga a la iglesia. ¡No! Los pastores
deben ser abrumados con la preocupación que quebrantó el corazón de Pablo. Dios
puso la misma preocupación en el corazón del profeta Amós: El peligro de una
carestía de la Palabra de Dios.
En los días de Amós, Israel
empezó a obsesionarse con el dinero y el materialismo. Mientras tanto, los
pobres eran despreciados. Cualquiera que no fuera exitoso era mofado. En
consecuencia, Amós exclamó: “Oíd esto, los a que explotáis a los menesterosos y
arruináis a los pobres de la tierra, diciendo: … achicaremos la medida,
subiremos el precio, falsearemos con engaño la balanza, compraremos a los
pobres por dinero y a los necesitados por un par de zapatos, y venderemos los
desechos del trigo. El Señor juró por la gloria de Jacob: No olvidaré jamás ninguna
de sus obras” (Amós 8:4-7).
Amós vio lobos rapaces
tomando como presas a las viudas y los pobres, quitándoles su plata o su
sustento. Les exclamó: “Están quitando los zapatos a las viudas. Están robando
a los pobres.”
Veo que la misma cosa está
sucediendo hoy. Un lobo rapaz – un ministro consultante – le dijo a nuestro
administrador financiero: “Si alguien envía una donación a su ministerio,
remítanle de inmediato otra apelación.” En otras palabras: “No importa quien envía
el dinero. Permitan a las viudas y a los ancianos que les apoyan, que den aún
más, si es que ellos lo prefieren. Obtengan las más grandes donaciones que les
sean posibles.” No, ¡Esto nunca será así! Hoy, ese ministro consultante está
cerca de la ruina.
¿Cómo reaccionó el Señor ante
tal avaricia en Israel? Le dijo a Amós: “Ciertamente vienen días, dice el
Señor, en los cuales enviaré hambre a la tierra, no hambre de pan ni sed de
agua, sino de oír la palabra del Señor. E irán errantes de mar a mar; desde el
norte hasta el oriente andarán buscando palabra del Señor y no la hallarán. En
aquel tiempo, las muchachas hermosas y los jóvenes desmayarán de sed” (Amós
8:11-13).
Dios, en esencia, está
diciendo: “Adelante, vayan por el dinero. Desprecien a los pobres, los
necesitados, las viudas, los justos. Pero yo enviaré carestía sobre ustedes y
su rebaño. Ustedes se morirán de hambre por una palabra celestial. Correrán del
este al oeste, tratando de encontrar una palabra de mí, pero no la
encontrarán.”
De la misma manera, hoy, el
Señor cerrará el cielo a cada pastor materialista. Cada bendición que les
fluye, pronto se secará. Y en los tiempos difíciles, el rebaño sediento que
siguieron a esos lobos rapaces, se esparcirán mientras corren buscando una
palabra de Dios.
Amados, la única preocupación
de nuestro Padre celestial, es que ningún otro evangelio nos aleje de la Cruz.
Conozco a muchos cristianos cuya fe ha naufragado debido a que hace años atrás
se les pronuncio una palabra aduladora: “Tendrán un gran ministerio. Ganarán
miles de almas para el Señor.” Ninguna palabra de estas se cumplió. Y ahora
esas ovejas están totalmente descorazonadas, su fe sobre un montón de ceniza.
Si usted va a recibir una
palabra del Señor, deje que sea de la Escritura. Que venga de su precioso
tiempo de oración en la cámara secreta con Jesús. Permita que sus amigos
creyentes prueben y confirmen la palabra con usted. De otra manera, si permite
que cualquier cosa lo saque del verdadero evangelio, terminará en carestía y
hambre.
Pablo advierte de una innovación aun más peligrosa
contra la iglesia de Cristo.
Pablo dijo a los Efesios: “Y
de entre vosotros mismos se levantarán hombres que hablarán cosas perversas
para arrastrar tras sí discípulos” (Hechos 20:30). En el Griego la palabra
‘perversa’ aquí significa obstinada persistencia en promover un error.
Pablo estaba advirtiendo:
“Algunos de ustedes que están en autoridad, se levantarán y traerán un
evangelio distorsionado. Introducirán una corrupción del evangelio puro.” ¿De
qué podría Pablo estar hablando? ¿Cómo podría ser posible que esto ocurriera
entre los líderes de su iglesia?
Note, Pablo ahora no está
hablando de lobos rapaces o ladrones de viudas. El no estaba fijando la mira
sobre aquellos que desprecian a los pobres. No, Pablo está haciendo alusión a
los ministros que se acobardan y se encogen de predicar a todo el consejo de
Dios. Estaba hablando de aquellos que presentan un evangelio liviano, un medio
evangelio, solamente una parte de la Palabra de Dios.
Pablo declaró a estos
hombres: “porque no he rehuido anunciaros todo el consejo de Dios” (Hechos
20:27). Por lo tanto, les dijo: “yo os declaro en el día de hoy, que estoy
limpio de la sangre de todos” (v.26). En otras palabras: “Soy inocente ante el
Señor, debido a que no he retenido nada al predicar a ustedes toda la verdad de
Dios.”
Por tanto, ¿qué es “todo el
consejo de Dios” a lo cual Pablo aquí se refiere? En pocas palabras, todo el
consejo de Dios incluye las duras materias de la Escritura, no solamente las
bendiciones. Incluye la predicación sobre la excesiva perversidad del pecado.
Esto implica predicar sobre el infierno, la venida de Cristo y el juicio que se
aproxima. Significa predicar sobre la tristeza piadosa por el pecado, el
arrepentimiento y dejar el pecado. Es la predica de un evangelio ofensivo de la
sangre de Cristo. Es un mensaje de tomar la cruz, negarse a sí mismo, de
sacrificio y de morir con Cristo. Es un evangelio de santidad y separación del
mundo.
Ciertos ministerios están
dedicados hoy, a promover lo que ellos llaman un evangelio “amigable”, dando a
entender de uno que no ofenda. El diccionario define “amigable” o “amistoso,”
como calido, confortable, no perturbador. Por supuesto, yo creo que el
evangelio de Jesucristo es de consuelo, y sanidad. Es buenas nuevas – con
seguridad, las más grandes noticias que el hombre puede haber escuchado. Y como
mensajeros del evangelio, estamos llamados a predicar ánimo, esperanza y fe.
Pero, si atendemos a las
exhortaciones de Pablo, entonces, estamos llamados a predicar todo el
evangelio. Y “todo el evangelio” incluye un mensaje ofensivo, una palabra que
provoque y constriña cualquier corazón lleno de pecado, tanto de creyentes como
no creyentes. Según Pedro, el evangelio de Jesucristo es “Piedra de tropiezo y
roca que hace caer. Ellos, por su desobediencia, tropiezan en la palabra” (1
Pedro 2:8).
Pero el evangelio “amigable”
que es presentado hoy, se niega a hacer eso. Tales predicadores rara vez llevan
a su gente a un lugar de convicción del Espíritu de Dios por el pecado. ¿Puede
imaginarse a Pablo predicando un mensaje que excluya el llamado a negarse a sí
mismo? ¡Nunca!
El evangelio “amistoso” no es
nada más que un mensaje pasado por agua y tibio, que intenta alcanzar las más
grandes multitudes que pueda. No obstante, trágicamente, nunca trata los
asuntos que conducen a los hombres hacia la Cruz: el pecado. En cambio, esconde
la verdad, la misma verdad que libera a la gente.
Al leer la advertencia de Pablo, tiemblo por lo que veo
que va a suceder en nuestro tiempo.
He determinado predicar todo
el consejo de Dios hasta el día que yo me vaya con el Señor. Y lo haré debido a
la exhortación de Dios para todos los predicadores, que está en Ezequiel 33:
“Y él (el centinela) vea
venir la espada sobre la tierra, y toque la trompeta y avise al pueblo,
cualquiera que oiga el sonido de la trompeta y no se prepare, y viendo la
espada lo hiera, su sangre será sobre su cabeza. El sonido de la trompeta oyó,
pero no se preparó; pero el que se prepare, salvará su vida.
“Pero si el centinela ve
venir la espada y no toca la trompeta, y el pueblo no se prepara, y viniendo la
espada, hiere a alguno de ellos, este fue tomado por causa de su pecado, pero demandaré
su sangre de mano del centinela.
“A ti, pues, hijo de hombre,
te he puesto por centinela de la casa de Israel; tu oirás la palabra de mi boca
y los amonestarás de mi parte. Cuando yo diga al impío: “¡Impío, de cierto
morirás!”, si tú no hablas para que se guarde el impío de su camino, el impío
morirá por su pecado, pero yo demandaré su sangre de tu mano.
“Pero si tu avisas al impío
de su camino para que se aparte de él, y el no se aparta de su camino, él
morirá por su pecado, pero tu libraste tu vida” (Ezequiel 33:3-9).
Como un predicador de la
Palabra de Dios, debo avisar al impío, o el Señor me hará responsable por su
sangre. Con razón Pablo dijo a los efesios: “Soy inocente de la sangre de todos
los hombres.” Él sabía acerca de la advertencia de Dios a los predicadores en
Ezequiel 33.
Predico en una iglesia donde
la gente viene de todos los caminos de la vida: travestís que viven en un
infierno personal, actores y actrices que ahogan su desesperación en el alcohol
y las drogas, desesperados hombres de negocio al borde del suicidio. Al mirar
las caras de estos sufridos pecadores, ¿cómo puedo estar atemorizado de darles
la verdad? ¿Cómo podría ser posible que yo retuviera de ellos alguna Palabra de
Dios, sabiendo que la única verdad que les hablará es la sangre de Jesús y la
cruz de Cristo?.
Mi mensaje algunas veces
puede ofender a pecadores y los que se comprometen con el pecado. Pero, no
tendré ninguna sangre en mis manos en el día del juicio. Puede pensar: “Todo lo
que usted señala viene del Antiguo Testamento. Esto no se aplica en este día de
gracia”. Si esto es verdad, entonces Jesús estuvo equivocado cuando citó a
Isaías y los otros profetas. Y lo mismo es válido para Juan el Bautista y el
apóstol Pablo. Pedro escribe: “De este [Jesús] dan testimonio todos los
profetas,….” (Hechos 10:43).
Aquí están las propias
palabras de Jesús sobre este asunto: “Yo soy el buen pastor, el buen pastor su
vida da por las ovejas. Pero el asalariado, que no es el pastor, de quien no
son propias las ovejas, ve venir al lobo y deja las ovejas y huye, y el lobo
arrebata las ovejas y las dispersa” (Juan 10:11-12).
Jesús dice que el buen pastor
entrega su vida por las ovejas. ¿Qué exactamente significa esto hoy, para un
ministro de Dios? Esto incluye dejar el orgullo, todo temor al hombre, y toda
cobardía cuando se trata de predicar todo el consejo de Dios. Esto es un
requisito para cualquier pastor que está llamado a alimentar el rebaño.
Ahora, permítame darle
algunas buenas nuevas.
Veo a Dios levantando un remanente santo, de buenos
pastores.
Estos pastores están buscando
a Dios con diligencia fresca. Son ministros devotos, jóvenes y ancianos,
quienes no permitirán que ningún lobo rapaz toque a sus rebaños. Mientras que
estos pastores miran alrededor de la iglesia de hoy, están enfermos y cansados
de todas las deserciones que ven. Gimen al ver que las ovejas son esparcidas a
la derecha y a la izquierda, porque no tienen un pastor verdadero.
Estos piadosos pastores
tienen una profunda inquietud: Han determinado alimentar a sus rebaños con la
pura Palabra de Dios. Se niegan a edificar sus propios sueños sobre las
espaldas de los pobres y las ovejas débiles. En cambio, vienen al púlpito con
una palabra fresca y encendida del Espíritu Santo. Saben que esa es la única
cosa que mantendrán a sus ovejas en los días difíciles por venir.
Creo que pronto, en un solo
día – un día de terror y pánico – Dios hará caer todos los evangelios falsos y
perversos. Él cerrará todas las iglesias que complacen la carne. El Apocalipsis
dice que en una hora caerá Babilonia. Es cuando veo a Dios quebrando a cada
“ministerio rapaz.”
En su lugar se levantará un
cuerpo de vencedores. Estos siervos de Dios serán audaces, santos, totalmente
preparados debido a que fueron plenamente advertidos. Es entonces cuando
veremos la gloria de Dios volver a su iglesia. ¡Aleluya!
"Por sus frutos los conoceréis"
MATEO 7:15-20
15 Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces.
16 Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos?
17 Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos.
18 No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos.
19 Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego.
20 Así que, por sus frutos los conoceréis.
EL APÓSTOL PABLO LE ADBIERTE A LOS DICIPULOS QUE TENGAN CUIDADO DE ESTOS LOBOS RAPACES.
QUE BIENEN DISFRASADOS, COMO OBEJAS PERO SON LOBOS MALOS.! TENEMOS QUE APRENDER A CONOCERLOS PARA ALERTAR A LAS OBEJAS DE CRISTO.
HECHOS 20:29-30
LO FALSO SUENA COMO EL COBRE, TAN PRONTO HABLAN TE DARAS CUENTA SI ES MINISTRO DE DIOS, HO SI SOLO BUSCA LO SUYO PROPIO.
DICE EL REFRAN DE LA MANERA COMO PARTEN EL PAN SE MIRA QUIEN TIENE HAMBRE.
TU SABRAS SI BUSCAN PONER A DIOS PRIMERO, OH A SI MISMOS.
LOS PASTORES FRAUDULENTOS, TRABAJAN PARA SI MISMOS;
LOS PASTORES QUE AMAN EL MINISTERIO.( MINISTROS DE DIOS ) BUSCAN HACER LA BOLUNTAD DEL QUE LOS LLAMO AL PASTORADO. (JESUCRISTO )
Y ELLOS BUSCAN EL REINO DE LOS CIELOS. POR ESO DICE JESUCRISTO A SUS DICIPULOS. ( V 16 ) QUE POR SUS FRUTOS LOS CONOCEREMOS.
POR ESA RAZON, SI TU ESTAS EN UN LUGAR DONDE FLUYE LA PALABRA DE DIOS, DONDE EL ESPIRITU SANTO ES EL QUE DIRIGE, DONDE LOS DONES DEL ESPIRITU FLUYEN Y LOS MINISTROS CAMINAN EN AMOR EN INTEGRIDAD Y EN SANTIDAD CON DIOS PRIMERO, Y CON LA CONGREGACION
( OBEJAS DE CRISTO )Y DEJAN QUE EL AMOR DE DIOS FLUYA A TRAVES DE ELLOS, ESTAS EN EL LUGAR CORRECTO.
PERO SI NO ES ASI! QUE SEA LO CONTRARIO HULLE DE ESE LUGAR PUES TU VIDA CORRE PELIGRO.
ELLOS SON LOBOS RAPACES QUE SOLO QUIEREN TRASQUILARTE, QUITARTE LO QUE TIENES TU ( DINERO ).
1 JUAN 4:1
El Espíritu de Dios y el espíritu del anticristo
1 Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo.
BUSCA UN LUGAR, DONDE EL AMOR DE DIOS SEA MANIFIESTO. RECUERDA QUE DE TODOS LOS DONES EL AMOR ES EL MAS GRANDE...
RECUERDA JESUCRISTO ES EL BUEN PASTOR, Y EL BUEN PASTOR SU VIDA DA POR LAS OBEJAS.
ASI QUE BEN A JESÚS. EL TE AMA, Y DIO SU VIDA POR TI...
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