miércoles, 9 de enero de 2013

SECTAS DE HOY


“EL PROBLEMA DE LAS SECTAS HOY EN DÍA”


PRESENTACIÓN:
Las sectas son hoy en día parte de nuestra sociedad, queramos o no. Nos parece algo alejado a nosotros, pero son bastantes las instituciones que bajo una buena fachada (tanto en lo material como en sus propósitos) encubren una congregación de personas capaces de arruinar muchas vidas. El hecho de realizar un trabajo sobre este tema, del que cada vez se conocen nuevos y mayores escándalos, propicia la entrada en un mundo diversificadísimo, del que ocuparía bastantes folios realizar un trabajo en profundidad. Con este trabajo sólo se pretende indagar un poco en el fenómeno llamado “sectarismo”, sus consecuencias para la sociedad y tocar puntualmente la multitud de sectas que hay. Es normal al adentrarse en campos oscuros como éste, que aparezcan datos y sucesos difícilmente demostrables, bien porque sean fruto de la imaginación y palabrería popular, o bien porque las propias sectas se empeñan en ocultarlo y no dejar que se filtre información. En todo caso, los datos y hechos que aquí se reflejan tratan de ser lo más verídicos posible.

No voy a entrar, del mismo modo, a juzgar actitudes ni comportamientos de sectas, aunque muchos son verdaderamente reprobables, no por parte de un infeliz que entra y al que le borran prácticamente la identidad sino los dirigentes que simplemente buscan su bienestar y lucro.


¿QUÉ ES UNA SECTA?
Antes de entrar en materia, conviene dejar claros varios conceptos que nos pueden ayudar a no ir diciendo por ahí que es o deja de ser una secta, y criticándolas (recordemos que el cristianismo, debido a las situaciones de la época en que surgió tenía un carácter sectario, ocultando muchas veces su existencia, reuniéndose en lugares apartados y no públicos, etc). Se puede definir una secta como un grupo más o menos amplio de personas que se concentran en torno a una persona que es el máximo dirigente. Éste goza de un poder indiscutible y tiene a su completo servicio al resto de la secta, de la que dispone para cualquier cosa (trabajo físico, relaciones sexuales, etc). A la vez, controla las vidas de los que le siguen. El motivo por el que la gente sigue a sus guías pueden ser por adoración a estos (los consideran sus Salvadores o Seres Superiores) o por entender que son los mediadores entre ellos y la Salvación y/o otro mundo. A su vez, los dirigentes designan a sus sucesores, que disponen también de todos los adeptos, ya que obra en nombre del líder.

Por mucho que hablemos de este tema, existen multitud de sectas que van, por su extensión, desde poco más de veinte hasta sectas internacionales con miles de adeptos y unos ingresos superiores a los de algunos estados. Pero lo que es común, bajo un nombre u otro, con diferentes matices es la jerarquización que tienen. Todo está perfectamente planeado para anular la personalidad del individuo.

Se utilizan los deseos de “nuevas experiencias” de las personas, o su situación social para atraerla a un mundo, al que, una vez adaptado lo será todo para él: amigos, familia, trabajo, relaciones, ocio, y en el que se sentirá a gusto (o al menos eso es lo que le dicen). Visto así no parece tan malo; pero la realidad, la vista desde fuera es que la persona sin capacidad crítica de decisión, en una segunda vuelta a la infancia (los que la han vivido antes, porque los niños que nacen en las sectas son educados según sus doctrinas desde su nacimiento, ya que cuanto más joven es el adepto, más fácilmente es doblegado) en la que se decidirá todo por él.

Hay que hacer especial mención a las sectas destructivas, por los peligros que entraña, y no sólo en el adepto y en su entorno, sino en la sociedad entera, cometiendo delitos y atentando contra un Estado de Derecho. Este tipo de sectas suelen evolucionar de unas primeras no destructivas. Es decir, que no se crea una secta destructiva de golpe y porrazo, sino que es el fruto de las oscuras mentes de sus componentes.
Resumiendo todo lo anterior, podríamos formular algo así como “10 reglas de oro para la formación de una secta”, que serían:
Ser un grupo unido por una doctrina común, que les reúna en torno a un líder que obstente la “Verdad absoluta”, o que sea la Divinidad, o un escogido...
Tener una estructura totalitaria en todos los aspectos. Las ordenes de un superior deben ser acatadas sin la menor oposición. Éstos se inmiscuyen hasta en los más pequeños e íntimos detalles.
Romper con los lazos sociales del adepto, mediante presiones psicológicas.
Vivir en una comunidad cerrada o en total dependencia del grupo.
Suprimir las libertades individuales y el derecho a la intimidad.
Resultado de la anterior es la manipulación de toda la información que le llega al adepto.
Alterar psíquicamente al adepto, mediante sofisticadas técnicas psicológicas y neurofisiológicas, que son supuestamente meditaciones o renacimientos espirituales. Aunque a veces tales métodos se reducen en la reproducción continuada las 24 horas del día de un cassette en el que se repiten mensajes que favorecen la despersonalización del individuo (caso de la secta de Omkaranda Swami).

Sentir desprecio por la sociedad, sus integrantes y su sistema, creyendo encontrar el Bien dentro de la secta, y aceptando a los ajenos a ésta en la medida en que puedan servir a sus intereses.
Recibir de los adeptos la mayoría de su patrimonio, mediante coacción psicológica. Además estos mismos adeptos representan una inmejorable mano de obra, además con motivación. En el caso de que haya empresas pertenecientes a la secta, sus empleados no cobran los salarios, y en el caso de que lo hagan, se trata simplemente de burlar las leyes, ya que los adeptos devuelven el dinero a sus dirigentes.
Tener como grandes objetivos conseguir neófitos (nuevos adeptos) y dinero, ambos mediante acciones encubiertas y turbias. El dinero, en caso de sectas multinacionales se suele centralizar en alguna delegación de la misma.
Como hemos podido comprobar los movimientos sectarios son más serios de lo que normalmente se piensa, y proporcionan al individuo un escudo de protección ante los problemas, la sociedad y todo lo que le rodea. La actitud que se tome una vez dentro de la secta será lo que determine su catalogación como destructiva o no. Lo que está claro es que son el más claro ejemplo de que la actual sociedad no es tan homogénea ni da cabida a un abanico tan grande de personas como nosotros nos creemos.
COMO SE PUEDE APRECIAR EN ESTA IMAGEN LAS SECTAS DEBEN SU ACTUAL ÉXITO A QUE PROPORCIONAN UN MUNDO APARTADO DE LA SOCIEDAD DE LA QUE LOS ADEPTOS VAN HUYENDO.

OBJETIVOS DE LAS SECTAS
Hay que ser realistas: estamos a finales del siglo XX, inmersos en una sociedad capitalista que sólo piensa en beneficios, intereses, dinero, poder. Cada día se hace más difícil pensar en los demás, cuando a veces no tenemos tiempo ni para nosotros mismos. Por eso hay que desvirtuar siempre la imagen que se nos quiere dar, ya no sólo de una secta sino de cualquier cosa y buscar, indagar o examinar sus propósitos. A poco que nos fijemos los intereses materiales predominan en el 90% de las veces sobre los demás, y esto nos atañe a todos; en el trabajo, los estudios como en la vida misma. Resulta casi imposible creer que existan personas a estas alturas que siguen buscando desinteresadamente el karma de los demás, el encuentro con un ser superior o en casos más extremos con el Maligno. Ante las crisis económicas y sociales que se nos presentan hay muchas salidas posibles: la evasión mediante algún hobbie (hay miles), la reflexión personal, el suicidio, la reclusión en las diferentes religiones o la alimentación de la esperanza mediante falsas expectativas que se nos proponen y que nosotros creemos. Aprovechándose de esta última opción surgen grupos de personas, con un mandatario, guía espiritual, gurú, llámese como se quiera, que ofrece al individuo destrozado por la sociedad la posibilidad de encontrar otro mundo. Y de hecho lo encuentra: es otra forma de vida en la que las personas tienen éstas totalmente programadas. Y mientras tanto, sus cuentas bancarias quedan en números rojos. La espiritualidad que profesan se resume en un amor desmedido hacia el dinero. Aunque el que entra también puede ir buscando otras cosas “mundanas”, como puede ser poder (tras un cierto tiempo se puede ir escalando en la jerarquía del grupo), sexo (hay muchas sectas que dan riendas sueltas a las relaciones sexuales) o simplemente escape de este mundo.
Es curioso observar que la mayoría de las sectas sienten una necesidad enorme de reclutar neófitos, es decir, nuevos miembros (y de aumentar sus ingresos). Los medios a utilizar son múltiples: desde los incasables Testigos de Jehová que van puerta por puerta intentando convencernos hasta las sectas que crean asociaciones a modo de tapadera, para que las personas que se acerquen a éstas se vayan iniciando lentamente.

Entonces está claro que los objetivos de una persona que entra en una secta son diversos, pero siempre lo hace bastante motivado (los reclutadores se encargan de ir moldeando poco a poco al individuo mediante tácticas seriamente estudiadas). Entre las principales motivaciones que una secta puede ofrecer se encuentran:
Progresar tanto interior como exteriormente, preparándose para “luchar” con el sistema.
Superar un periodo de crisis para comenzar algo totalmente diferente.
Integrarse en un ambiente que lo acoge plenamente con un líder que ya ha superado todos sus obstáculos y es un ejemplo a seguir.
La misma imagen que le van dando del grupo antes de entrar en él, haciéndole ver que le dará todo lo que la sociedad le niega: progreso, importancia, un nuevo enfoque de la vida.

Pero no hay que dejarse llevar por las apariencias, ya que tras la apariencia de ayuda que dan, se esconde el verdadero objetivo, que muchas veces los que están dentro no aprecian, que es el ansia de poder y dinero de sus dirigentes. Suelen recurrir con distintos matices a decir que todos los bienes de la sociedad están controlados por Satán (Testigos de Jehová), son “dinero caido” (secta Moon), dinero contaminado o pecaminoso (Hare Krishna), etc. Lo curioso es que el mismo dinero, por el simple hecho de pasar de manos “impuras” a las suyas se convierte en la cosa más perfecta de la Creación.
Dentro de la jerarquía de una secta se distinguen dos tipos de adeptos: los que consagran su vida exclusivamente a vivir dentro de ella, y los que de una forma u otra realizan actividades sociolaborales para la secta, que van desde los trabajos manuales hasta la venta de cassettes, pasando incluso por la prostitución. Dependiendo de la que se realice, las posibilidades de captación son mayores o menores. Estas acciones se intentan regular por la Justicia, pero en todos los países las sectas consiguen bordear los límites legales de una manera u otra. También se prevé mucho el reclutamiento de “nuevos valores” que en futuro cercano les permita extender sus ramas en diferentes campos. Hasta tal punto llegan, que incluso la secta Moon tiene establecidas dos universidades en EE.UU., una en Los Ángeles y otra en Connecticut (su dirigente, Sun Myung Moon tiene una de las 50 mayores fortunas del mundo).
Es de un tiempo a esta parte cuando los estados comienzan a indagar en la economía de las sectas, dándose casos en que sectas como Moon o AICK tuvieron que pagar en Francia o EE.UU. fuertes sumas de dinero. A pesar de esto siguen a flote ya que tienen un gran negocio en sus adeptos que trabajan de forma “desinteresada” (hay que aclarar que todas estas actividades aunque no remuneradas, nunca se realizan de manera forzada), que lo mismo están construyendo un lujoso chalet para sus dirigentes que realizan revistas con millonarias tiradas, como es el caso de ¡Despertad!, publicación bimensual de los Testigos de Jehová con 12 millones de ejemplares en 55 lenguas.

Otra poderosa fuente de ingresos son los milagrosos cursillos, como los que imparte la Iglesia de la Cienciología, en los que se consigue la Salvación tras numerosos cursos y unos 43.900 $ americanos desembolsados. Los ingresos de esta sociedad varían de un país a otro, y en nuestro país suelen estar entre los 50.000 y los 2 millones de pesetas por persona y año. Las personas encargadas de vender estos cursos son normalmente presionadas para que aumenten sus ventas, ya que las cifras de estos ingresos no deben pasar de unos mínimos.

Aunque no menos despreciable son las cantidades que la secta Maharishi Mahesh Yogi se ingresa con sus meditaciones trascendentales, consistentes únicamente en proporcionarle al adepto una serie de ritos destinados a diferentes deidades, dependiendo de su nivel de iniciación y edad. O las de la secta internacional Bhagwan Rajneesh, que tiene una gigantesca red de hoteles, discotecas, restaurantes vegetarianos, salones de masaje y como mayor fuente de ingresos la cadena de discotecas “Zorba the Bouddha”. Esto le ha llevado a tener a su dirigente 36 Rolls Royce (que tuvo que dejar al ser expulsado de EE.UU.), todos ellos con la inscripción de: “Jesús ahorra, Moisés invierte y el Gurú gasta”, o de que las acciones de la Cámara de Rajneesh Services Internacional Ltd, en Londres, paguen en el mercado internacional un 10% de interés al capital invertido en ellas.

¿CÓMO SE ENTRA EN UNA SECTA?
La mayoría de las veces la gente no va de primera hora a entrar en una secta, así por que sí (aunque hay excepciones). Hace falta entonces un reclamo. Algo o alguien que les induzca a entrar en el grupo, poco a poco, casi sin darse cuenta de lo que está haciendo. Como se descuide se verá envuelto completamente en el ambiente sectario, aceptándolo como bueno y despreciando lo demás. Se habrá convertido entonces en un ser cuya única meta es trabajar por y para el grupo, dentro y fuera de él.
Pero vayamos por partes. Las sectas captan, es decir, inducen involuntariamente a las personas a entrar en ellas, mediante temas seductores (todos tenemos algunos sin cumplir) u otras formas, incluso el hecho de acudir a algunas conferencias o cursos implica tomar contacto con este mundo (como en el caso de Nueva Acrópolis). En estos eventos, de manera aparentemente inocente se le va sacando a la gente sus inquietudes, sus fracasos, sus deseos, para en posteriores encuentros, éstos ya más reducidos, hacerles ver que su grupo tiene todo lo que el necesita. Es la fase de captación. Pero la gente no es tonta, y siempre busca mejorar, y curiosamente al entrar en la secta consiguen un equilibrio en sus vidas que nunca antes habían tenido. Este equilibrio se asienta en las falsas soluciones mágicas-religiosas-sociales que les infunden dentro del grupo. El/la que llega a darse cuenta algún día de lo que son en realidad se sentirá mucho peor que antes de que le hablaran de ellas. Podría considerarse, viéndolo así las sectas como una droga, existiendo incluso síndrome de abstinencia en personas que abandonan éstas.

Suele ser en el ámbito de la persona reclutada (se utiliza mucho a los amigos, a los educadores o simplemente a empresas o sociedades que no se sospeche que estén vinculadas con la secta, pero todo esto de manera encubierta, en secreto) en el que se van introduciendo factores que propicien un interés cada vez mayor por la actividades del grupo. Al entrar suele haber algún rito o acto de bienvenida más o menos “espiritual” (se rumorea que un rito de entrada de neófitos en algunas sectas satánicas consiste en una misa negra acompañada del asesinato de una persona para posteriormente ¡¿Comerse su corazón?!).
Una vez dentro, la personalidad del individuo irá cambiando hasta desaparecer casi por completo. Todos los dirigentes utilizan técnicas psicológicas que desgraciadamente están al alcance de todos. El hacerle ver a una chica que es guapa, a una persona muy religiosa que tiene delante a Jesucristo, etc, sólo con observar sus fijaciones y reflejarlas. En la siguiente fase a la captación, la integración, el individuo se desconectará al individuo del mundo exterior, a veces físicamente y siempre psíquicamente, creándole conflictos con su familia y amigos, para que rompa sus lazos afectivos y sociales (trabajo, estudios, etc). Otra vuelta de tuerca es la completa manipulación de todas las noticias que les llegan “del exterior”: todo lo que vaya contra sus intereses es suprimido. Mediante ritos y meditaciones impiden su esparcimiento y tiempo de ocio. Su comportamiento se diferencia del resto de la sociedad, tanto físicamente como intelectualmente (formas de pensar, palabras nuevas para designar las mismas cosas). Todo lo exterior a la secta es malo. Esta situación va degenerando la salud del individuo, que a veces abandona la medicación que estaba tomando por indicación de sus superiores.
En definitiva el que está dentro de una secta cree y hace todo lo que sus superiores le pidan por imposible que parezca, y lo que nosotros vemos como una tontería o algo inadmisible, desde el punto de vista de un sectario puede significar alcanzar casi la perfección, ya que su mente está tan llena de patrañas y de mentiras que puede llegar a ver algo sobrenatural que en realidad no pasa de ser una minucia.

EN ESTE EJEMPLO GRÁFICO PODEMOS APRECIAR CÓMO LOS DIRIGENTES UTILIZAN FALSAS ESPERANZAS PARA MANTENER LA FE DE SUS ADEPTOS.

¿CÓMO SE SALE DE UNA SECTA?
Si bien la entrada no consiste más que en dejarse llevar por los acontecimientos, intentar (o querer) salir de una secta es mucho más complicado. No tanto por las trabas que la secta o el grupo impongan (que rara vez lo hacen) sino por el estado en que se encuentra el adepto, tanto psíquica como físicamente. Ha vuelto de nuevo a su infancia, en un estado en el que depende totalmente de la secta para sobrevivir, ya que se apoya en ella para todas sus decisiones, dejando siempre que decidan por él; fuera de este ambiente se siente extraño, sólo y marginado, ya que es otra forma de vida, distinta de las costumbres e incluso el vocabulario que ha adquirido, en la que ahora no sabe desenvolverse, porque vuelve a tener que tomar sus propias decisiones.

Hemos dicho antes que las sectas no suelen forzar a nadie a entrar o a salir. Pero hay excepciones que se dan por ejemplo al querer rebelarse por las actividades que se realizan, por incumplir las normas, o simplemente, por un encuentro amoroso fuera de la secta o ver de que está pensando más de la cuenta, lo que es perjudicial para el “negocio”. Se procede a expulsar al miembro, y prohibir desde ese momento toda relación con él. Otros son más drásticos, como la Organización del Templo del Sol en Japón, en la que se producen asesinatos haciéndolos pasar por suicidios.
Una vez el individuo se ve de nuevo en la sociedad a la que pertenecía, y reflexiona sobre el tiempo que ha pasado en la secta y sobre lo que ha hecho allí, se forma en su mente una imagen confusa de todo esto, a la vez que experimenta un profundo sentimiento de culpabilidad sobre su disconformidad con el grupo que le ha proporcionado todo, fruto también de las “meditaciones” sectarias. En este momento será muy importante el apoyo de sus familiares y amigos, a pesar de que un día los rechazara a todos, pero a fin de cuentas es su único vínculo que le mantiene unido a la realidad, ya que habrá perdido el trabajo, los estudios, etc. Sus allegados deben procurar no hablar sobre ese tema, ni discutir su doctrina, y sí recordarle sus antiguos hábitos y gustos, no perderle la pista nunca, para mostrar su interés por él, y sobre todo no darles dinero, ya que es lo que le interesa a la secta.
Puede volver a entrar, eso es indudable. El mundo real puede parecerle demasiado duro y decide volver con los que se sentía seguro, protegido y cada vez más, en casa.

La terapia de rehabilitación de un sectario es un proceso lento y muy duro, y hay que saber aplicarlo a tiempo. Uno de sus tratamientos más influyentes es la desprogramación, que no es más que un desbloqueo mental del individuo. Consiste en una confrontación dialéctica entre el adepto y uno o varios especialistas y en ocasiones ex sectarios. Discuten con el sectario distintos aspectos de la secta, lo que hace que éste comience a recuperar su espíritu crítico, buscando sus propias opiniones, e inconscientemente, rehabilitándose (de ahí el temor de las sectas a que sus miembros “piensen”). Tras la recuperación de la personalidad, el sectario comenzará un proceso de rehabilitación que puede durar alrededor de un año, dependiendo del grado de aislamiento que tuviera la secta. Las sectas atacan duramente este método, y se escudan en que en ocasiones hay que retener ilegalmente al sujeto y se han dado casos en que tanto desprogramadores como familiares ha sido condenados por este delito. El que los adeptos sean mayores de edad favorece a las sectas, que juegan, cuando se invierte con un delito, el del proceso despersonalizador, ya tipificado, y por el que ellos consiguieron un esclavo.

Lo único positivo que se puede sacar de una secta (según ex adeptos) es que, al desconectarse totalmente de ella, se aprecian más las cosas que se poseían, los amigos, el trabajo, etc. En algunas ocasiones los adeptos aprenden algún idioma, sobre todo si pertenecen a sectas internacionales. También se observa alguna variación en el carácter, que se vuelve más moderado, más diplomático y más cínico en el trato con los demás, y mucho menos tímido.

PRINCIPALES SECTAS
Cada día surgen nuevas sectas que se congregan alrededor de mediocres líderes. Por eso y por su diversidad es casi imposible citar todas las sectas existentes. Como también es complicado hacer una clasificación de éstas, ya que las hay para todos los gustos: milenarias (anuncian el fin del milenio y la segunda llegada de Cristo, esta vez para doblegar triunfalmente al Mal; los sectarios quieren ser partícipes de este triunfo, de ahí que tengan estructuras militarizadas, como las sectas de Nueva Acrópolis), destructivas (todas aquellas que causan daños físico-psíquicos a sus miembros o a la sociedad), satánicas (aquellas que rinden culto a Satanás o cualquier fuerza maligna, realizando ritos y acciones que entrañan un gran peligro).

Vamos a ver algunas de las más importantes sectas:

-HARE KRISHNA: Secta fundada en Estados Unidos, en 1965, por Abhay Charan Da, adorado por sus adeptos bajo el nombre de Su Divina Gracia A. C. Bhaktivedanta Swami Prabhupada. Está extendida por todo el mundo. Importantes líderes de esta secta han sido condenados por la comisión de delitos importantes, pero el grupo parece haber superado buena parte de los hábitos delictivos de su tumultuoso pasado.
Su doctrina se basa en la filosofía advaïta (una de las tres sectas de la tradición Vedanta) reinterpretada en los escritos de Prabhupada, que los adeptos deben seguir al pie de la letra. Una de sus obligaciones diarias es la de recitar un mínimo de 1.728 veces el mantra seguir los cuatro principios regulativos: no comer carne, pescado o huevos; no practicar sexo ilícito; no tomar intoxicantes; y no practicar juegos de azar ni especulación mental (no hacer análisis intelectual, para que la despersonalización no corra peligro). Viven en comunidades mixtas, pero teniendo a la mujer como un ser de segundo orden, sometidos a una férrea disciplina y control del gurú. Por lo demás no causan muchos problemas.

-TESTIGOS DE JEHOVÁ: Secta fundada hacia 1880 en Estados Unidos, por Charles Taze Russell. Está bien implantada en 205 países y cuenta con más de siete millones de adeptos. Posee uno de los negocios editoriales más importantes y rentables de todo el planeta. La base de su doctrina reside en las enseñanzas sobre el fin de los tiempos, teñidas de un tremendo apocaliptismo y la creencia en el inminente segundo advenimiento de Cristo. Su concepción del mundo se aferra a una lectura fundamentalista de la Biblia que, además, es interpretada por los líderes del grupo, que la ofrecen a sus adeptos a través de libros y revistas como «la palabra inspirada de Jehová» y, por ello, como ley de vida que rige todos sus actos. Son públicos y clamorosos los fracasos de los succesivos líderes de la secta al anunciar el fin del mundo para 1874, 1914, 1918, 1924, 1975, 1984 y 1992. También es muy conocida su negativa a aceptar transfusiones de sangre, una práctica alabada “por Jehová” hasta 1945, año en que cambia de opinión y las proscribe, provocando con ello no pocas muertes de niños y adultos. Es resaltable también las reuniones que anualmente celebran en el Camp Nou, que llenan absolutamente.

-MEDITACIÓN TRASCENDENTAL: Secta fundada en 1958, en la India, por Malesh Prasad Warma, más conocido como Su Santidad Maharishi Mahesh Yogi, que llevó su secta a Estados Unidos en 1959, desde donde la extendió por todo el mundo. Meditación Trascendental (o MT) saltó a la fama mundial cuando estrellas como The Beatles, Mia Farrow o Donovan se declararon discípulos de este barbudo gurú, al que repudiaron poco después.
Su doctrina reduce el camino de la liberación al hecho de meditar unos minutos diarios con un mantra, y postula el “Efecto Maharishi”, que preconiza el fin de los problemas de cualquier índole para toda sociedad en la que haya al menos un 1% de personas que practiquen la MT. En la práctica, la MT es un negocio de venta de mantras, aunque nunca ha perdido de vista su objetivo de implantar el «Gobierno Mundial de la Era de la Iluminación», lo que ha llevado a la secta a presentarse como partido político a algunos comicios electorales.

-NIÑOS DE DIOS: Secta fundada en 1969 en Estados Unidos por David Brant Berg, más conocido como Moisés David o Padre Mo. Los abusos de este predicador megalómano pronto llegaron a los juzgados y, con su primera persecución, en 1972, la secta empezó su expansión por todo el mundo. Entre las denominaciones que usa, está la de Familia del Amor, Los Hijos de Dios, Lo Mágico del Cielo, Música Celeste y Familia de Misioneros Cristianos.

Su doctrina se basa en dos pilares, el mesianismo y el milenarismo: aseguran que toda la sociedad está podrida y pronto va a ser destruida por Dios, que sólo salvará a los discípulos del nuevo mesías Moisés David. Los dogmas y enseñanzas se transmiten a través de las llamadas “Cartas de Mo”, que recogen “las revelaciones que Dios le hace a Mo” y que llegan a combinar citas bíblicas con textos verdaderamente pornográficos para enseñar a sus adeptas a “ser buenas prostitutas por Jesús”. La práctica de la prostitución o “flirty-fishing” (pececita coqueta) ha sido oficialmente obligatoria desde la cortísima edad de 5 o 6 años, para los miembros femeninos de la secta en Europa hasta 1987; su objetivo era el de conseguir dinero, nuevos adeptos y protectores. A pesar de esto, en un juicio celebrado en la audiencia de Barcelona, se consideró a este grupo como “un colectivo que había sido asaltado ilegalmente” y fueron absueltos los acusados, que convivían con una treintena de niños que padecían fuertes dependencias.

-MORMONES: El mormonismo es una religión fundada por Joseph Smith en 1830, en Fayette (Nueva York), con el nombre de Iglesia de Jesucristo de los Santos del Último Día. El centro neurálgico del mormonismo se encuentra en Salt Lake City (Utah). El movimiento se inspira en el “Libro de Mormón” (1830), que contiene el “Libro de la doctrina y de las alianzas” y la “Perla de gran precio”. Se trata de una colección de escritos atribuidos al profeta de ese nombre, en los que se narra la historia de unos pueblos que, después de la construcción de la Torre de Babel, emigraron a América donde fueron objeto de una historia de la salvación paralela a la referida en el Antiguo Testamento; así, mientras el cristianismo occidental se desmoronaba, la iglesia primitiva de Cristo pudo reconstruirse en América gracias a mormón. En 1843 introdujo el matrimonio polígamo, la renuncia al cual permitió en 1896 la integración del territorio de Utah en Estados Unidos. Su organización eclesiástica está muy jerarquizada. El culto es doble (uno público y uno secreto). Cuenta con unos 3,3 millones de fieles en todo el mundo. Como curiosidad destacar que los mormones tienen una iglesia en Málaga, situada en la Plaza de Babel, lugar estratégico para ellos, debido a lo que se cuenta en los escritos de su fundador.

-C.E.I.S.: Secta denominada Centro Esotérico de Investigaciones, fundada por Vicente Lapiedra Cerdá, en Barcelona, en 1978. Lapiedra es adorado por sus adeptos como un ser divinizado, al margen de hacerse pasar por la reencarnación de Hermann Hesse, y les enseña su doctrina del “Conocimiento”, un sistema incoherente, personalista y cambiante que se estructura alrededor de “terapias psicológicas” para eliminar el egoísmo “que es la causa de todo sufrimiento”. Aseguraba que al entrar en trance, Jesucristo (al que los adeptos llamaban “papi”) se comunicaba mediante él. Es el claro ejemplo de secta con un gurú mesiánico, único, un verdadero líder, que lo mismo está para una juerga (o para una orgía, ¿que más da?) que para el más solemne de los actos.
A través de esas “terapias” se llega a condicionar y desestructurar tanto la personalidad de sus adeptos que éstos se someten sin más a la voluntad de los “guías” de la secta. La doctrina de Lapiedra induce a las prácticas homosexuales, a la promiscuidad sexual y a la prostitución como vías para la “liberación” de sus adeptos y adeptas.
Como consecuencia de la práctica del dogma de esta secta, Lapiedra y otros responsables han sido condenados y encarcelados por proxenetismo e intrusismo profesional en psicología. Su base actual de operaciones está situada en el levante español.

-NUEVA ACRÓPOLIS: Secta fundada en Argentina, en 1957, por Jorge Ángel Livraga Rizzi y su esposa Ada Albrecht. Esta última acabaría separándose de su marido y de la secta en 1981, cuando Livraga abandonó los ideales esótericos que alumbraron el grupo para conformar una estructura de tipo paramilitar y teñida de conceptos filonazis.
Livraga, conocido por sus adeptos como JAL o como Comando Mundial, fue condenado en Madrid en 1988 por tenencia ilícita de armas de fuego. La organización está extendida por casi todo el mundo. La doctrina acropolitana, “que está por encima de todas las filosofías, religiones, políticas o ciencias”, es una mezcla de elementos esotéricos, teosóficos, orientalistas, etc., que dan una resultante filonazi que no esconde, por ejemplo, el uso de símbolos comunes con el nazismo, o el compartir el mito de la búsqueda del superhombre (“ario/acropolitano”). Sus miembros están rodeados de estos símbolos y continuamente realizan actos fascistas, y sin embargo no alcanzan a comprenderlos fuera del contexto de la secta. La auténtica cara de la secta sólo la conocen los “altos cargos” por los documentos secretos, manuales del dirigente, etc.

-CIENCIOLOGÍA: Secta fundada en Estados Unidos, en 1950, por Ron Hubbard, un mediocre escritor de ciencia ficción aquejado de graves problemas mentales (tal como demuestran archivos médicos de la época).
Actualmente es una de las sectas más poderosas, extendidas y problemáticas de cuantas existen; diferentes responsables han sido condenados o perseguidos judicialmente por diversidad de delitos en buena parte de los países desarrollados. Entre las muchas entidades a través de las que actúa, y se financia, destacan Dianética y Narconón (red de centros para la supuesta rehabilitación de toxicómanos).
Su doctrina mezcla conceptos orientalistas, psicoanalíticos y de ciencia ficción de los años cincuenta, plagada de términos inventados y que se pretenden científicos. A través de la “auditación” (realizada estando conectado a un primitivo detector de mentiras, que se vende como un último avance tecnológico al precio de un millón de pesetas, cuando su valor real no supera las diez mil ) se analiza el “alma” del adepto para localizar, en ésta o en anteriores vidas, los “engramas” (traumas acumulados) que le impiden ser feliz. Prometen la curación de casi cualquier enfermedad del cuerpo o del alma y recaudan fortunas mediante la venta de cursos. Para que su terapia tenga éxito se deben hacer una serie de cursos (como un paquete, en el que va todo incluido). Si echamos cuentas, la espiritualidad conseguida tras estos cursos es proporcional al desembolso de alrededor de unas trescientas mil pesetas, los más básicos.

-MOON: También conocida como la Asociación para la unificación del cristianismo mundial (AUCM). De origen coreano, fue fundada en 1954 por Yung Myung Moon, que adoptó el nombre celeste de Sun Myung Moon (que significa algo así como “Sol Brillante Luna”) y actualmente cuenta con unos 1,5 millones de adeptos repartidos por todo el mundo. En esta secta son muy comunes las reuniones multitudinarias, llegando incluso a celebrarse bodas en las que se casan unas 6000 parejas moonistas de nacionalidades y culturas muy diferentes, con lo que los sectarios pierden sus raices. Moon mueve anualmente, unos negocios de 108.000 millones. La secta, en un principio radicalmente anticomunista debido a las malas relaciones de su dirigente con estos, ha evolucionado hasta el punto de que es el principal apoyo de los ultraliberales, sobre todo en el Sureste de Asia y en Estados Unidos. Al entrar en esta secta se pide a los neófitos que entreguen todo o la mayor parte de su dinero y objetos de valor.

El moonismo afirma que la historia de la humanidad se puede trocear según la paulatina revelación de Dios al hombre. Respecta a Cristo, el Señor del Primer Advenimiento (naturalmente Moon es el Señor del Segundo Advenimiento), afirma que sólo era un mortal y cuya misión fue un fracaso que Dios no había previsto. Su líder suele arengar a los suyos con frases tipo James Bond como: “Si estás a punto de matar, no te reprimas, hazlo realmente, yo te justifico”. Es tal el auge que está tomando está secta que el “Times” ha llegado a afirmar que “el moderno pentecostalismo procedente de Corea se está extendiendo como una especie de sarpullido espiritual por todo el globo”. Parte del éxito de esta expansión es la infinidad de empresas, filiales, etc que tiene por todo el mundo, a costa de que los moonies pasan mucho más tiempo haciendo proseletismo, mendigando y vendiendo baratijas, que meditando o rezando. O las relaciones que mantiene con muchos países y altos mandatarios, a base de “donaciones”, que se destinan a guerrillas, cenas, viajes, etc. Destaca su amistad con los franceses Jean-Marie Le Pen y Pierre Cyrac.

-SECTAS SATÁNICAS: No son sectas tan multitudinarias como las antes citadas. Se suelen formar con grupos no muy numerosos de personas que rinden culto a Satán en cualquiera de sus manifestaciones. Muchas son seguidores de un tal Ron Hubbard (un personaje muy metido en temas esotéricos, que intentó en varias ocasiones convocar al Maligno) como la Iglesia de Satán, La Hermandad de Satán, el Templo de Set, los Hijos del Diablo, los Amigos de Lucifer. Algunos realizan sacrificios de niños en el curso de sus misas negras (como la secta El Toro). Ésta última secta tiene unos criterios bastante particulares: afirman que la única fuerza real es el Mal, y que el Bien es una utopía, una lucha perdida con Lucifer, un aplazamiento de lo inevitable.
Existen algunas sectas exclusivamente femeninas, como es el caso de Las Hijas del Halo de Belcebú, que forma parte del llamado Circle Group, una asociación de varias sectas satánicas. Esta secta adora a Lilith, la diosa oscura de los demonios y, asimismo, reina de las brujas y los vampiros, conocida ya en la Biblia como “Luna Negra”. Tras esto, vemos que sus prácticas son poco más que aberraciones sexuales.

Adentrándonos en la geografía levantina nos encontramos con dos asociaciones cuya influencia es muy grande en las gentes del lugar, por tratarse de zonas deprimidas, como pueden ser los alrededores de Burjasot y Gandía, cuyos habitantes tienen un bajo nivel cultural. Dichas asociaciones son La Mano Negra y Los Hermanos. Realizan unos cultos prohibidos. Se les acusa de realizar misas negras con sacrificios humanos, ya que se han encontrado cadáveres con señales de haber sido víctimas de ritos satánicos.
Existen muchas sectas más, pero el problema es que estas sectas no se muestran públicamente, como es el caso de otras como Moon, Hare Krishna, etc. Una de las cosas que más les gusta a estos grupos es precisamente el ocultismo. Todo lo que esté apartado de la sociedad y vaya contra sus principios les atrae ya que ven que esta sociedad no funciona e intentan echarla abajo y construir otra según su modo de entender las cosas.

PENTAGRAMA INVERTIDO QUE SIMBOLIZA
EL MAL EN LA MAGIA NEGRA

CONCLUSIÓN
Visto lo visto y oído lo oído uno se pregunta qué es lo que falla en esta sociedad para que a las alturas de siglo en que estamos, en la que se intenta demostrar todo científicamente y se diga que es la era de las imágenes, haya gente capaz de creer que un loco cualquiera sea un Dios, o un médium, o tenga poderes sobrenaturales. No me explico cómo esa gente puede aceptar unos principios a todas luces descabellados, impuestos por unos megalómanos de pacotilla.

Pero parándonos a pensarlo fríamente, nos encontramos que en la sociedad actual, por mucho que nos empeñemos, no cabemos todos y siempre habrá discriminados, de una u otra manera y en mayor o menor medida. Mucha gente se encuentra vagando sin sentido por este mundo y de repente topan con un grupo de personas que lo acogen y le hacen sentirse alguien importante. No importa que sea una secta. Lo que importa es que viven aislados, física o psíquicamente, han reconstruido a escala la sociedad actual, llenándola de parches y remiendos: le quito esto, le pongo aquello. El resultado final no es demasiado malo, si nos fijamos en que intentan cambiar, a su manera, el mundo. Pero los dirigentes de estas sectas consiguen todo lo que quieren de unos adeptos convertidos en esclavos. Yo no veo, hasta cierto punto, mal que una persona entre en una secta (otra cosa es como entre y de que manera) si dentro de ella va a encontrar una felicidad que de otra manera le sería imposible obtener. E incluso no veo mal que para ello su cuenta corriente se quede en números rojos, ya que cada uno es libre de hacer lo que quiera con sus pertenencias. Lo que sí veo mal es la situación en la que se encuentra el individuo cuando se da cuenta de que las expectativas que tenía no se han visto cumplidas. En ese momento se encuentra totalmente sólo, y sin embargo, necesita a la secta para seguir viviendo, ya que lo es todo para él. Esta situación si me parece claramente reprobable.

A raíz de realizar este trabajo me he fijado en la cantidad de sectas que tienen delegaciones en Málaga, como pueden ser los Hare Krishna, los Mormones, los Testigos de Jehová, la Hermandad de Satán, Nueva Acrópolis, creo que otra secta llamada Ágora, y muchas más que se ocultan bajo nombres que les sirven de tapadera. Lo que me sorprendió fue que vemos este fenómeno como algo alejado de nosotros, cuando en realidad estamos diariamente, y desde hace bastantes años, conviviendo con estas sectas. Es decir que hoy en día cualquiera puede entrar en una secta, sobre todo si tiene una buena cuenta corriente, que al fin y al cabo es lo que nos mueve a todos, incluso en los temas más “espirituales”.

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