“EL PROBLEMA DE LAS SECTAS HOY EN DÍA”
PRESENTACIÓN:
Las sectas son hoy en día
parte de nuestra sociedad, queramos o no. Nos parece algo alejado a nosotros,
pero son bastantes las instituciones que bajo una buena fachada (tanto en lo
material como en sus propósitos) encubren una congregación de personas capaces
de arruinar muchas vidas. El hecho de realizar un trabajo sobre este tema, del
que cada vez se conocen nuevos y mayores escándalos, propicia la entrada en un
mundo diversificadísimo, del que ocuparía bastantes folios realizar un trabajo
en profundidad. Con este trabajo sólo se pretende indagar un poco en el
fenómeno llamado “sectarismo”, sus consecuencias para la sociedad y tocar
puntualmente la multitud de sectas que hay. Es normal al adentrarse en campos
oscuros como éste, que aparezcan datos y sucesos difícilmente demostrables,
bien porque sean fruto de la imaginación y palabrería popular, o bien porque
las propias sectas se empeñan en ocultarlo y no dejar que se filtre
información. En todo caso, los datos y hechos que aquí se reflejan tratan de
ser lo más verídicos posible.
No voy a entrar, del mismo
modo, a juzgar actitudes ni comportamientos de sectas, aunque muchos son
verdaderamente reprobables, no por parte de un infeliz que entra y al que le borran
prácticamente la identidad sino los dirigentes que simplemente buscan su
bienestar y lucro.
¿QUÉ ES UNA SECTA?
Antes de entrar en materia,
conviene dejar claros varios conceptos que nos pueden ayudar a no ir diciendo
por ahí que es o deja de ser una secta, y criticándolas (recordemos que el
cristianismo, debido a las situaciones de la época en que surgió tenía un
carácter sectario, ocultando muchas veces su existencia, reuniéndose en lugares
apartados y no públicos, etc). Se puede definir una secta como un grupo más o
menos amplio de personas que se concentran en torno a una persona que es el
máximo dirigente. Éste goza de un poder indiscutible y tiene a su completo
servicio al resto de la secta, de la que dispone para cualquier cosa (trabajo
físico, relaciones sexuales, etc). A la vez, controla las vidas de los que le
siguen. El motivo por el que la gente sigue a sus guías pueden ser por
adoración a estos (los consideran sus Salvadores o Seres Superiores) o por
entender que son los mediadores entre ellos y la Salvación y/o otro mundo. A su
vez, los dirigentes designan a sus sucesores, que disponen también de todos los
adeptos, ya que obra en nombre del líder.
Por mucho que hablemos de
este tema, existen multitud de sectas que van, por su extensión, desde poco más
de veinte hasta sectas internacionales con miles de adeptos y unos ingresos
superiores a los de algunos estados. Pero lo que es común, bajo un nombre u
otro, con diferentes matices es la jerarquización que tienen. Todo está
perfectamente planeado para anular la personalidad del individuo.
Se utilizan los deseos de
“nuevas experiencias” de las personas, o su situación social para atraerla a un
mundo, al que, una vez adaptado lo será todo para él: amigos, familia, trabajo,
relaciones, ocio, y en el que se sentirá a gusto (o al menos eso es lo que le
dicen). Visto así no parece tan malo; pero la realidad, la vista desde fuera es
que la persona sin capacidad crítica de decisión, en una segunda vuelta a la
infancia (los que la han vivido antes, porque los niños que nacen en las sectas
son educados según sus doctrinas desde su nacimiento, ya que cuanto más joven
es el adepto, más fácilmente es doblegado) en la que se decidirá todo por él.
Hay que hacer especial
mención a las sectas destructivas, por los peligros que entraña, y no sólo en
el adepto y en su entorno, sino en la sociedad entera, cometiendo delitos y
atentando contra un Estado de Derecho. Este tipo de sectas suelen evolucionar
de unas primeras no destructivas. Es decir, que no se crea una secta
destructiva de golpe y porrazo, sino que es el fruto de las oscuras mentes de
sus componentes.
Resumiendo todo lo anterior,
podríamos formular algo así como “10 reglas de oro para la formación de una
secta”, que serían:
Ser un grupo unido por una
doctrina común, que les reúna en torno a un líder que obstente la “Verdad
absoluta”, o que sea la Divinidad, o un escogido...
Tener una estructura
totalitaria en todos los aspectos. Las ordenes de un superior deben ser
acatadas sin la menor oposición. Éstos se inmiscuyen hasta en los más pequeños
e íntimos detalles.
Romper con los lazos sociales
del adepto, mediante presiones psicológicas.
Vivir en una comunidad
cerrada o en total dependencia del grupo.
Suprimir las libertades
individuales y el derecho a la intimidad.
Resultado de la anterior es
la manipulación de toda la información que le llega al adepto.
Alterar psíquicamente al
adepto, mediante sofisticadas técnicas psicológicas y neurofisiológicas, que
son supuestamente meditaciones o renacimientos espirituales. Aunque a veces
tales métodos se reducen en la reproducción continuada las 24 horas del día de
un cassette en el que se repiten mensajes que favorecen la despersonalización
del individuo (caso de la secta de Omkaranda Swami).
Sentir desprecio por la sociedad,
sus integrantes y su sistema, creyendo encontrar el Bien dentro de la secta, y
aceptando a los ajenos a ésta en la medida en que puedan servir a sus
intereses.
Recibir de los adeptos la
mayoría de su patrimonio, mediante coacción psicológica. Además estos mismos
adeptos representan una inmejorable mano de obra, además con motivación. En el
caso de que haya empresas pertenecientes a la secta, sus empleados no cobran
los salarios, y en el caso de que lo hagan, se trata simplemente de burlar las
leyes, ya que los adeptos devuelven el dinero a sus dirigentes.
Tener como grandes objetivos
conseguir neófitos (nuevos adeptos) y dinero, ambos mediante acciones
encubiertas y turbias. El dinero, en caso de sectas multinacionales se suele
centralizar en alguna delegación de la misma.
Como hemos podido comprobar
los movimientos sectarios son más serios de lo que normalmente se piensa, y
proporcionan al individuo un escudo de protección ante los problemas, la
sociedad y todo lo que le rodea. La actitud que se tome una vez dentro de la
secta será lo que determine su catalogación como destructiva o no. Lo que está
claro es que son el más claro ejemplo de que la actual sociedad no es tan
homogénea ni da cabida a un abanico tan grande de personas como nosotros nos creemos.
COMO SE PUEDE APRECIAR EN
ESTA IMAGEN LAS SECTAS DEBEN SU ACTUAL ÉXITO A QUE PROPORCIONAN UN MUNDO
APARTADO DE LA SOCIEDAD DE LA QUE LOS ADEPTOS VAN HUYENDO.
OBJETIVOS DE LAS SECTAS
Hay que ser realistas:
estamos a finales del siglo XX, inmersos en una sociedad capitalista que sólo
piensa en beneficios, intereses, dinero, poder. Cada día se hace más difícil
pensar en los demás, cuando a veces no tenemos tiempo ni para nosotros mismos.
Por eso hay que desvirtuar siempre la imagen que se nos quiere dar, ya no sólo
de una secta sino de cualquier cosa y buscar, indagar o examinar sus
propósitos. A poco que nos fijemos los intereses materiales predominan en el
90% de las veces sobre los demás, y esto nos atañe a todos; en el trabajo, los
estudios como en la vida misma. Resulta casi imposible creer que existan
personas a estas alturas que siguen buscando desinteresadamente el karma de los
demás, el encuentro con un ser superior o en casos más extremos con el Maligno.
Ante las crisis económicas y sociales que se nos presentan hay muchas salidas
posibles: la evasión mediante algún hobbie (hay miles), la reflexión personal,
el suicidio, la reclusión en las diferentes religiones o la alimentación de la
esperanza mediante falsas expectativas que se nos proponen y que nosotros
creemos. Aprovechándose de esta última opción surgen grupos de personas, con un
mandatario, guía espiritual, gurú, llámese como se quiera, que ofrece al
individuo destrozado por la sociedad la posibilidad de encontrar otro mundo. Y
de hecho lo encuentra: es otra forma de vida en la que las personas tienen
éstas totalmente programadas. Y mientras tanto, sus cuentas bancarias quedan en
números rojos. La espiritualidad que profesan se resume en un amor desmedido
hacia el dinero. Aunque el que entra también puede ir buscando otras cosas
“mundanas”, como puede ser poder (tras un cierto tiempo se puede ir escalando
en la jerarquía del grupo), sexo (hay muchas sectas que dan riendas sueltas a
las relaciones sexuales) o simplemente escape de este mundo.
Es curioso observar que la
mayoría de las sectas sienten una necesidad enorme de reclutar neófitos, es
decir, nuevos miembros (y de aumentar sus ingresos). Los medios a utilizar son
múltiples: desde los incasables Testigos de Jehová que van puerta por puerta
intentando convencernos hasta las sectas que crean asociaciones a modo de
tapadera, para que las personas que se acerquen a éstas se vayan iniciando
lentamente.
Entonces está claro que los
objetivos de una persona que entra en una secta son diversos, pero siempre lo
hace bastante motivado (los reclutadores se encargan de ir moldeando poco a
poco al individuo mediante tácticas seriamente estudiadas). Entre las
principales motivaciones que una secta puede ofrecer se encuentran:
Progresar tanto interior como
exteriormente, preparándose para “luchar” con el sistema.
Superar un periodo de crisis
para comenzar algo totalmente diferente.
Integrarse en un ambiente que
lo acoge plenamente con un líder que ya ha superado todos sus obstáculos y es
un ejemplo a seguir.
La misma imagen que le van
dando del grupo antes de entrar en él, haciéndole ver que le dará todo lo que
la sociedad le niega: progreso, importancia, un nuevo enfoque de la vida.
Pero no hay que dejarse
llevar por las apariencias, ya que tras la apariencia de ayuda que dan, se
esconde el verdadero objetivo, que muchas veces los que están dentro no
aprecian, que es el ansia de poder y dinero de sus dirigentes. Suelen recurrir
con distintos matices a decir que todos los bienes de la sociedad están controlados
por Satán (Testigos de Jehová), son “dinero caido” (secta Moon), dinero
contaminado o pecaminoso (Hare Krishna), etc. Lo curioso es que el mismo
dinero, por el simple hecho de pasar de manos “impuras” a las suyas se
convierte en la cosa más perfecta de la Creación.
Dentro de la jerarquía de una
secta se distinguen dos tipos de adeptos: los que consagran su vida
exclusivamente a vivir dentro de ella, y los que de una forma u otra realizan
actividades sociolaborales para la secta, que van desde los trabajos manuales
hasta la venta de cassettes, pasando incluso por la prostitución. Dependiendo
de la que se realice, las posibilidades de captación son mayores o menores.
Estas acciones se intentan regular por la Justicia, pero en todos los países
las sectas consiguen bordear los límites legales de una manera u otra. También
se prevé mucho el reclutamiento de “nuevos valores” que en futuro cercano les
permita extender sus ramas en diferentes campos. Hasta tal punto llegan, que
incluso la secta Moon tiene establecidas dos universidades en EE.UU., una en
Los Ángeles y otra en Connecticut (su dirigente, Sun Myung Moon tiene una de
las 50 mayores fortunas del mundo).
Es de un tiempo a esta parte
cuando los estados comienzan a indagar en la economía de las sectas, dándose
casos en que sectas como Moon o AICK tuvieron que pagar en Francia o EE.UU.
fuertes sumas de dinero. A pesar de esto siguen a flote ya que tienen un gran
negocio en sus adeptos que trabajan de forma “desinteresada” (hay que aclarar
que todas estas actividades aunque no remuneradas, nunca se realizan de manera
forzada), que lo mismo están construyendo un lujoso chalet para sus dirigentes
que realizan revistas con millonarias tiradas, como es el caso de ¡Despertad!,
publicación bimensual de los Testigos de Jehová con 12 millones de ejemplares
en 55 lenguas.
Otra poderosa fuente de
ingresos son los milagrosos cursillos, como los que imparte la Iglesia de la
Cienciología, en los que se consigue la Salvación tras numerosos cursos y unos
43.900 $ americanos desembolsados. Los ingresos de esta sociedad varían de un
país a otro, y en nuestro país suelen estar entre los 50.000 y los 2 millones
de pesetas por persona y año. Las personas encargadas de vender estos cursos
son normalmente presionadas para que aumenten sus ventas, ya que las cifras de
estos ingresos no deben pasar de unos mínimos.
Aunque no menos despreciable
son las cantidades que la secta Maharishi Mahesh Yogi se ingresa con sus
meditaciones trascendentales, consistentes únicamente en proporcionarle al
adepto una serie de ritos destinados a diferentes deidades, dependiendo de su
nivel de iniciación y edad. O las de la secta internacional Bhagwan Rajneesh,
que tiene una gigantesca red de hoteles, discotecas, restaurantes vegetarianos,
salones de masaje y como mayor fuente de ingresos la cadena de discotecas
“Zorba the Bouddha”. Esto le ha llevado a tener a su dirigente 36 Rolls Royce
(que tuvo que dejar al ser expulsado de EE.UU.), todos ellos con la inscripción
de: “Jesús ahorra, Moisés invierte y el Gurú gasta”, o de que las acciones de
la Cámara de Rajneesh Services Internacional Ltd, en Londres, paguen en el
mercado internacional un 10% de interés al capital invertido en ellas.
¿CÓMO SE ENTRA EN UNA SECTA?
La mayoría de las veces la
gente no va de primera hora a entrar en una secta, así por que sí (aunque hay
excepciones). Hace falta entonces un reclamo. Algo o alguien que les induzca a
entrar en el grupo, poco a poco, casi sin darse cuenta de lo que está haciendo.
Como se descuide se verá envuelto completamente en el ambiente sectario,
aceptándolo como bueno y despreciando lo demás. Se habrá convertido entonces en
un ser cuya única meta es trabajar por y para el grupo, dentro y fuera de él.
Pero vayamos por partes. Las
sectas captan, es decir, inducen involuntariamente a las personas a entrar en
ellas, mediante temas seductores (todos tenemos algunos sin cumplir) u otras
formas, incluso el hecho de acudir a algunas conferencias o cursos implica
tomar contacto con este mundo (como en el caso de Nueva Acrópolis). En estos
eventos, de manera aparentemente inocente se le va sacando a la gente sus
inquietudes, sus fracasos, sus deseos, para en posteriores encuentros, éstos ya
más reducidos, hacerles ver que su grupo tiene todo lo que el necesita. Es la fase
de captación. Pero la gente no es tonta, y siempre busca mejorar, y
curiosamente al entrar en la secta consiguen un equilibrio en sus vidas que
nunca antes habían tenido. Este equilibrio se asienta en las falsas soluciones
mágicas-religiosas-sociales que les infunden dentro del grupo. El/la que llega
a darse cuenta algún día de lo que son en realidad se sentirá mucho peor que
antes de que le hablaran de ellas. Podría considerarse, viéndolo así las sectas
como una droga, existiendo incluso síndrome de abstinencia en personas que
abandonan éstas.
Suele ser en el ámbito de la
persona reclutada (se utiliza mucho a los amigos, a los educadores o
simplemente a empresas o sociedades que no se sospeche que estén vinculadas con
la secta, pero todo esto de manera encubierta, en secreto) en el que se van
introduciendo factores que propicien un interés cada vez mayor por la
actividades del grupo. Al entrar suele haber algún rito o acto de bienvenida
más o menos “espiritual” (se rumorea que un rito de entrada de neófitos en
algunas sectas satánicas consiste en una misa negra acompañada del asesinato de
una persona para posteriormente ¡¿Comerse su corazón?!).
Una vez dentro, la
personalidad del individuo irá cambiando hasta desaparecer casi por completo.
Todos los dirigentes utilizan técnicas psicológicas que desgraciadamente están
al alcance de todos. El hacerle ver a una chica que es guapa, a una persona muy
religiosa que tiene delante a Jesucristo, etc, sólo con observar sus fijaciones
y reflejarlas. En la siguiente fase a la captación, la integración, el
individuo se desconectará al individuo del mundo exterior, a veces físicamente
y siempre psíquicamente, creándole conflictos con su familia y amigos, para que
rompa sus lazos afectivos y sociales (trabajo, estudios, etc). Otra vuelta de
tuerca es la completa manipulación de todas las noticias que les llegan “del
exterior”: todo lo que vaya contra sus intereses es suprimido. Mediante ritos y
meditaciones impiden su esparcimiento y tiempo de ocio. Su comportamiento se diferencia
del resto de la sociedad, tanto físicamente como intelectualmente (formas de
pensar, palabras nuevas para designar las mismas cosas). Todo lo exterior a la
secta es malo. Esta situación va degenerando la salud del individuo, que a
veces abandona la medicación que estaba tomando por indicación de sus
superiores.
En definitiva el que está
dentro de una secta cree y hace todo lo que sus superiores le pidan por
imposible que parezca, y lo que nosotros vemos como una tontería o algo
inadmisible, desde el punto de vista de un sectario puede significar alcanzar
casi la perfección, ya que su mente está tan llena de patrañas y de mentiras
que puede llegar a ver algo sobrenatural que en realidad no pasa de ser una
minucia.
EN ESTE EJEMPLO GRÁFICO
PODEMOS APRECIAR CÓMO LOS DIRIGENTES UTILIZAN FALSAS ESPERANZAS PARA MANTENER
LA FE DE SUS ADEPTOS.
¿CÓMO SE SALE DE UNA SECTA?
Si bien la entrada no
consiste más que en dejarse llevar por los acontecimientos, intentar (o querer)
salir de una secta es mucho más complicado. No tanto por las trabas que la
secta o el grupo impongan (que rara vez lo hacen) sino por el estado en que se
encuentra el adepto, tanto psíquica como físicamente. Ha vuelto de nuevo a su
infancia, en un estado en el que depende totalmente de la secta para
sobrevivir, ya que se apoya en ella para todas sus decisiones, dejando siempre
que decidan por él; fuera de este ambiente se siente extraño, sólo y marginado,
ya que es otra forma de vida, distinta de las costumbres e incluso el
vocabulario que ha adquirido, en la que ahora no sabe desenvolverse, porque
vuelve a tener que tomar sus propias decisiones.
Hemos dicho antes que las
sectas no suelen forzar a nadie a entrar o a salir. Pero hay excepciones que se
dan por ejemplo al querer rebelarse por las actividades que se realizan, por
incumplir las normas, o simplemente, por un encuentro amoroso fuera de la secta
o ver de que está pensando más de la cuenta, lo que es perjudicial para el
“negocio”. Se procede a expulsar al miembro, y prohibir desde ese momento toda
relación con él. Otros son más drásticos, como la Organización del Templo del
Sol en Japón, en la que se producen asesinatos haciéndolos pasar por suicidios.
Una vez el individuo se ve de
nuevo en la sociedad a la que pertenecía, y reflexiona sobre el tiempo que ha
pasado en la secta y sobre lo que ha hecho allí, se forma en su mente una
imagen confusa de todo esto, a la vez que experimenta un profundo sentimiento
de culpabilidad sobre su disconformidad con el grupo que le ha proporcionado
todo, fruto también de las “meditaciones” sectarias. En este momento será muy
importante el apoyo de sus familiares y amigos, a pesar de que un día los
rechazara a todos, pero a fin de cuentas es su único vínculo que le mantiene
unido a la realidad, ya que habrá perdido el trabajo, los estudios, etc. Sus
allegados deben procurar no hablar sobre ese tema, ni discutir su doctrina, y
sí recordarle sus antiguos hábitos y gustos, no perderle la pista nunca, para
mostrar su interés por él, y sobre todo no darles dinero, ya que es lo que le
interesa a la secta.
Puede volver a entrar, eso es
indudable. El mundo real puede parecerle demasiado duro y decide volver con los
que se sentía seguro, protegido y cada vez más, en casa.
La terapia de rehabilitación
de un sectario es un proceso lento y muy duro, y hay que saber aplicarlo a
tiempo. Uno de sus tratamientos más influyentes es la desprogramación, que no
es más que un desbloqueo mental del individuo. Consiste en una confrontación
dialéctica entre el adepto y uno o varios especialistas y en ocasiones ex
sectarios. Discuten con el sectario distintos aspectos de la secta, lo que hace
que éste comience a recuperar su espíritu crítico, buscando sus propias
opiniones, e inconscientemente, rehabilitándose (de ahí el temor de las sectas
a que sus miembros “piensen”). Tras la recuperación de la personalidad, el
sectario comenzará un proceso de rehabilitación que puede durar alrededor de un
año, dependiendo del grado de aislamiento que tuviera la secta. Las sectas
atacan duramente este método, y se escudan en que en ocasiones hay que retener
ilegalmente al sujeto y se han dado casos en que tanto desprogramadores como
familiares ha sido condenados por este delito. El que los adeptos sean mayores
de edad favorece a las sectas, que juegan, cuando se invierte con un delito, el
del proceso despersonalizador, ya tipificado, y por el que ellos consiguieron
un esclavo.
Lo único positivo que se
puede sacar de una secta (según ex adeptos) es que, al desconectarse totalmente
de ella, se aprecian más las cosas que se poseían, los amigos, el trabajo, etc.
En algunas ocasiones los adeptos aprenden algún idioma, sobre todo si
pertenecen a sectas internacionales. También se observa alguna variación en el
carácter, que se vuelve más moderado, más diplomático y más cínico en el trato
con los demás, y mucho menos tímido.
PRINCIPALES SECTAS
Cada día surgen nuevas sectas
que se congregan alrededor de mediocres líderes. Por eso y por su diversidad es
casi imposible citar todas las sectas existentes. Como también es complicado
hacer una clasificación de éstas, ya que las hay para todos los gustos:
milenarias (anuncian el fin del milenio y la segunda llegada de Cristo, esta
vez para doblegar triunfalmente al Mal; los sectarios quieren ser partícipes de
este triunfo, de ahí que tengan estructuras militarizadas, como las sectas de
Nueva Acrópolis), destructivas (todas aquellas que causan daños
físico-psíquicos a sus miembros o a la sociedad), satánicas (aquellas que
rinden culto a Satanás o cualquier fuerza maligna, realizando ritos y acciones
que entrañan un gran peligro).
Vamos a ver algunas de las más importantes sectas:
-HARE KRISHNA:
Secta fundada en Estados Unidos, en 1965, por Abhay Charan Da, adorado por sus
adeptos bajo el nombre de Su Divina Gracia A. C. Bhaktivedanta Swami
Prabhupada. Está extendida por todo el mundo. Importantes líderes de esta secta
han sido condenados por la comisión de delitos importantes, pero el grupo
parece haber superado buena parte de los hábitos delictivos de su tumultuoso
pasado.
Su doctrina se basa en la
filosofía advaïta (una de las tres sectas de la tradición Vedanta)
reinterpretada en los escritos de Prabhupada, que los adeptos deben seguir al
pie de la letra. Una de sus obligaciones diarias es la de recitar un mínimo de
1.728 veces el mantra seguir los cuatro principios regulativos: no comer carne,
pescado o huevos; no practicar sexo ilícito; no tomar intoxicantes; y no
practicar juegos de azar ni especulación mental (no hacer análisis intelectual,
para que la despersonalización no corra peligro). Viven en comunidades mixtas,
pero teniendo a la mujer como un ser de segundo orden, sometidos a una férrea
disciplina y control del gurú. Por lo demás no causan muchos problemas.
-TESTIGOS DE JEHOVÁ: Secta fundada hacia 1880 en Estados Unidos, por Charles Taze Russell.
Está bien implantada en 205 países y cuenta con más de siete millones de
adeptos. Posee uno de los negocios editoriales más importantes y rentables de
todo el planeta. La base de su doctrina reside en las enseñanzas sobre el fin
de los tiempos, teñidas de un tremendo apocaliptismo y la creencia en el
inminente segundo advenimiento de Cristo. Su concepción del mundo se aferra a
una lectura fundamentalista de la Biblia que, además, es interpretada por los
líderes del grupo, que la ofrecen a sus adeptos a través de libros y revistas
como «la palabra inspirada de Jehová» y, por ello, como ley de vida que rige
todos sus actos. Son públicos y clamorosos los fracasos de los succesivos
líderes de la secta al anunciar el fin del mundo para 1874, 1914, 1918, 1924,
1975, 1984 y 1992. También es muy conocida su negativa a aceptar transfusiones
de sangre, una práctica alabada “por Jehová” hasta 1945, año en que cambia de
opinión y las proscribe, provocando con ello no pocas muertes de niños y
adultos. Es resaltable también las reuniones que anualmente celebran en el Camp
Nou, que llenan absolutamente.
-MEDITACIÓN TRASCENDENTAL: Secta fundada en 1958, en la India, por Malesh Prasad
Warma, más conocido como Su Santidad Maharishi Mahesh Yogi, que llevó su secta
a Estados Unidos en 1959, desde donde la extendió por todo el mundo. Meditación
Trascendental (o MT) saltó a la fama mundial cuando estrellas como The Beatles,
Mia Farrow o Donovan se declararon discípulos de este barbudo gurú, al que
repudiaron poco después.
Su doctrina reduce el camino
de la liberación al hecho de meditar unos minutos diarios con un mantra, y
postula el “Efecto Maharishi”, que preconiza el fin de los problemas de
cualquier índole para toda sociedad en la que haya al menos un 1% de personas
que practiquen la MT. En la práctica, la MT es un negocio de venta de mantras,
aunque nunca ha perdido de vista su objetivo de implantar el «Gobierno Mundial
de la Era de la Iluminación», lo que ha llevado a la secta a presentarse como
partido político a algunos comicios electorales.
-NIÑOS DE DIOS:
Secta fundada en 1969 en Estados Unidos por David Brant Berg, más conocido como
Moisés David o Padre Mo. Los abusos de este predicador megalómano pronto
llegaron a los juzgados y, con su primera persecución, en 1972, la secta empezó
su expansión por todo el mundo. Entre las denominaciones que usa, está la de
Familia del Amor, Los Hijos de Dios, Lo Mágico del Cielo, Música Celeste y
Familia de Misioneros Cristianos.
Su doctrina se basa en dos
pilares, el mesianismo y el milenarismo: aseguran que toda la sociedad está
podrida y pronto va a ser destruida por Dios, que sólo salvará a los discípulos
del nuevo mesías Moisés David. Los dogmas y enseñanzas se transmiten a través
de las llamadas “Cartas de Mo”, que recogen “las revelaciones que Dios le hace
a Mo” y que llegan a combinar citas bíblicas con textos verdaderamente
pornográficos para enseñar a sus adeptas a “ser buenas prostitutas por Jesús”.
La práctica de la prostitución o “flirty-fishing” (pececita coqueta) ha sido
oficialmente obligatoria desde la cortísima edad de 5 o 6 años, para los
miembros femeninos de la secta en Europa hasta 1987; su objetivo era el de
conseguir dinero, nuevos adeptos y protectores. A pesar de esto, en un juicio
celebrado en la audiencia de Barcelona, se consideró a este grupo como “un
colectivo que había sido asaltado ilegalmente” y fueron absueltos los acusados,
que convivían con una treintena de niños que padecían fuertes dependencias.
-MORMONES:
El mormonismo es una religión fundada por Joseph Smith en 1830, en Fayette
(Nueva York), con el nombre de Iglesia de Jesucristo de los Santos del Último
Día. El centro neurálgico del mormonismo se encuentra en Salt Lake City (Utah).
El movimiento se inspira en el “Libro de Mormón” (1830), que contiene el “Libro
de la doctrina y de las alianzas” y la “Perla de gran precio”. Se trata de una
colección de escritos atribuidos al profeta de ese nombre, en los que se narra
la historia de unos pueblos que, después de la construcción de la Torre de
Babel, emigraron a América donde fueron objeto de una historia de la salvación
paralela a la referida en el Antiguo Testamento; así, mientras el cristianismo
occidental se desmoronaba, la iglesia primitiva de Cristo pudo reconstruirse en
América gracias a mormón. En 1843 introdujo el matrimonio polígamo, la renuncia
al cual permitió en 1896 la integración del territorio de Utah en Estados
Unidos. Su organización eclesiástica está muy jerarquizada. El culto es doble
(uno público y uno secreto). Cuenta con unos 3,3 millones de fieles en todo el
mundo. Como curiosidad destacar que los mormones tienen una iglesia en Málaga,
situada en la Plaza de Babel, lugar estratégico para ellos, debido a lo que se
cuenta en los escritos de su fundador.
-C.E.I.S.:
Secta denominada Centro Esotérico de Investigaciones, fundada por Vicente
Lapiedra Cerdá, en Barcelona, en 1978. Lapiedra es adorado por sus adeptos como
un ser divinizado, al margen de hacerse pasar por la reencarnación de Hermann
Hesse, y les enseña su doctrina del “Conocimiento”, un sistema incoherente,
personalista y cambiante que se estructura alrededor de “terapias psicológicas”
para eliminar el egoísmo “que es la causa de todo sufrimiento”. Aseguraba que
al entrar en trance, Jesucristo (al que los adeptos llamaban “papi”) se
comunicaba mediante él. Es el claro ejemplo de secta con un gurú mesiánico,
único, un verdadero líder, que lo mismo está para una juerga (o para una orgía,
¿que más da?) que para el más solemne de los actos.
A través de esas “terapias”
se llega a condicionar y desestructurar tanto la personalidad de sus adeptos
que éstos se someten sin más a la voluntad de los “guías” de la secta. La
doctrina de Lapiedra induce a las prácticas homosexuales, a la promiscuidad
sexual y a la prostitución como vías para la “liberación” de sus adeptos y
adeptas.
Como consecuencia de la
práctica del dogma de esta secta, Lapiedra y otros responsables han sido
condenados y encarcelados por proxenetismo e intrusismo profesional en
psicología. Su base actual de operaciones está situada en el levante español.
-NUEVA ACRÓPOLIS: Secta fundada en Argentina, en 1957, por Jorge Ángel Livraga Rizzi y
su esposa Ada Albrecht. Esta última acabaría separándose de su marido y de la
secta en 1981, cuando Livraga abandonó los ideales esótericos que alumbraron el
grupo para conformar una estructura de tipo paramilitar y teñida de conceptos
filonazis.
Livraga, conocido por sus
adeptos como JAL o como Comando Mundial, fue condenado en Madrid en 1988 por
tenencia ilícita de armas de fuego. La organización está extendida por casi
todo el mundo. La doctrina acropolitana, “que está por encima de todas las
filosofías, religiones, políticas o ciencias”, es una mezcla de elementos
esotéricos, teosóficos, orientalistas, etc., que dan una resultante filonazi
que no esconde, por ejemplo, el uso de símbolos comunes con el nazismo, o el
compartir el mito de la búsqueda del superhombre (“ario/acropolitano”). Sus
miembros están rodeados de estos símbolos y continuamente realizan actos
fascistas, y sin embargo no alcanzan a comprenderlos fuera del contexto de la
secta. La auténtica cara de la secta sólo la conocen los “altos cargos” por los
documentos secretos, manuales del dirigente, etc.
-CIENCIOLOGÍA:
Secta fundada en Estados Unidos, en 1950, por Ron Hubbard, un mediocre escritor
de ciencia ficción aquejado de graves problemas mentales (tal como demuestran
archivos médicos de la época).
Actualmente es una de las
sectas más poderosas, extendidas y problemáticas de cuantas existen; diferentes
responsables han sido condenados o perseguidos judicialmente por diversidad de
delitos en buena parte de los países desarrollados. Entre las muchas entidades
a través de las que actúa, y se financia, destacan Dianética y Narconón (red de
centros para la supuesta rehabilitación de toxicómanos).
Su doctrina mezcla conceptos
orientalistas, psicoanalíticos y de ciencia ficción de los años cincuenta,
plagada de términos inventados y que se pretenden científicos. A través de la
“auditación” (realizada estando conectado a un primitivo detector de mentiras,
que se vende como un último avance tecnológico al precio de un millón de
pesetas, cuando su valor real no supera las diez mil ) se analiza el “alma” del
adepto para localizar, en ésta o en anteriores vidas, los “engramas” (traumas
acumulados) que le impiden ser feliz. Prometen la curación de casi cualquier
enfermedad del cuerpo o del alma y recaudan fortunas mediante la venta de
cursos. Para que su terapia tenga éxito se deben hacer una serie de cursos (como
un paquete, en el que va todo incluido). Si echamos cuentas, la espiritualidad
conseguida tras estos cursos es proporcional al desembolso de alrededor de unas
trescientas mil pesetas, los más básicos.
-MOON:
También conocida como la Asociación para la unificación del cristianismo
mundial (AUCM). De origen coreano, fue fundada en 1954 por Yung Myung Moon, que
adoptó el nombre celeste de Sun Myung Moon (que significa algo así como “Sol
Brillante Luna”) y actualmente cuenta con unos 1,5 millones de adeptos
repartidos por todo el mundo. En esta secta son muy comunes las reuniones
multitudinarias, llegando incluso a celebrarse bodas en las que se casan unas
6000 parejas moonistas de nacionalidades y culturas muy diferentes, con lo que
los sectarios pierden sus raices. Moon mueve anualmente, unos negocios de
108.000 millones. La secta, en un principio radicalmente anticomunista debido a
las malas relaciones de su dirigente con estos, ha evolucionado hasta el punto
de que es el principal apoyo de los ultraliberales, sobre todo en el Sureste de
Asia y en Estados Unidos. Al entrar en esta secta se pide a los neófitos que
entreguen todo o la mayor parte de su dinero y objetos de valor.
El moonismo afirma que la
historia de la humanidad se puede trocear según la paulatina revelación de Dios
al hombre. Respecta a Cristo, el Señor del Primer Advenimiento (naturalmente
Moon es el Señor del Segundo Advenimiento), afirma que sólo era un mortal y
cuya misión fue un fracaso que Dios no había previsto. Su líder suele arengar a
los suyos con frases tipo James Bond como: “Si estás a punto de matar, no te
reprimas, hazlo realmente, yo te justifico”. Es tal el auge que está tomando
está secta que el “Times” ha llegado a afirmar que “el moderno pentecostalismo
procedente de Corea se está extendiendo como una especie de sarpullido
espiritual por todo el globo”. Parte del éxito de esta expansión es la
infinidad de empresas, filiales, etc que tiene por todo el mundo, a costa de
que los moonies pasan mucho más tiempo haciendo proseletismo, mendigando y
vendiendo baratijas, que meditando o rezando. O las relaciones que mantiene con
muchos países y altos mandatarios, a base de “donaciones”, que se destinan a
guerrillas, cenas, viajes, etc. Destaca su amistad con los franceses Jean-Marie
Le Pen y Pierre Cyrac.
-SECTAS SATÁNICAS: No son sectas tan multitudinarias como las antes citadas. Se suelen
formar con grupos no muy numerosos de personas que rinden culto a Satán en
cualquiera de sus manifestaciones. Muchas son seguidores de un tal Ron Hubbard
(un personaje muy metido en temas esotéricos, que intentó en varias ocasiones
convocar al Maligno) como la Iglesia de Satán, La Hermandad de Satán, el Templo
de Set, los Hijos del Diablo, los Amigos de Lucifer. Algunos realizan
sacrificios de niños en el curso de sus misas negras (como la secta El Toro).
Ésta última secta tiene unos criterios bastante particulares: afirman que la
única fuerza real es el Mal, y que el Bien es una utopía, una lucha perdida con
Lucifer, un aplazamiento de lo inevitable.
Existen algunas sectas
exclusivamente femeninas, como es el caso de Las Hijas del Halo de Belcebú, que
forma parte del llamado Circle Group, una asociación de varias sectas
satánicas. Esta secta adora a Lilith, la diosa oscura de los demonios y,
asimismo, reina de las brujas y los vampiros, conocida ya en la Biblia como
“Luna Negra”. Tras esto, vemos que sus prácticas son poco más que aberraciones
sexuales.
Adentrándonos en la geografía
levantina nos encontramos con dos asociaciones cuya influencia es muy grande en
las gentes del lugar, por tratarse de zonas deprimidas, como pueden ser los
alrededores de Burjasot y Gandía, cuyos habitantes tienen un bajo nivel
cultural. Dichas asociaciones son La Mano Negra y Los Hermanos. Realizan unos
cultos prohibidos. Se les acusa de realizar misas negras con sacrificios
humanos, ya que se han encontrado cadáveres con señales de haber sido víctimas
de ritos satánicos.
Existen muchas sectas más,
pero el problema es que estas sectas no se muestran públicamente, como es el
caso de otras como Moon, Hare Krishna, etc. Una de las cosas que más les gusta
a estos grupos es precisamente el ocultismo. Todo lo que esté apartado de la
sociedad y vaya contra sus principios les atrae ya que ven que esta sociedad no
funciona e intentan echarla abajo y construir otra según su modo de entender
las cosas.
PENTAGRAMA INVERTIDO QUE
SIMBOLIZA
EL MAL EN LA MAGIA NEGRA
CONCLUSIÓN
Visto lo visto y oído lo oído
uno se pregunta qué es lo que falla en esta sociedad para que a las alturas de
siglo en que estamos, en la que se intenta demostrar todo científicamente y se
diga que es la era de las imágenes, haya gente capaz de creer que un loco
cualquiera sea un Dios, o un médium, o tenga poderes sobrenaturales. No me
explico cómo esa gente puede aceptar unos principios a todas luces
descabellados, impuestos por unos megalómanos de pacotilla.
Pero parándonos a pensarlo
fríamente, nos encontramos que en la sociedad actual, por mucho que nos
empeñemos, no cabemos todos y siempre habrá discriminados, de una u otra manera
y en mayor o menor medida. Mucha gente se encuentra vagando sin sentido por
este mundo y de repente topan con un grupo de personas que lo acogen y le hacen
sentirse alguien importante. No importa que sea una secta. Lo que importa es
que viven aislados, física o psíquicamente, han reconstruido a escala la
sociedad actual, llenándola de parches y remiendos: le quito esto, le pongo
aquello. El resultado final no es demasiado malo, si nos fijamos en que
intentan cambiar, a su manera, el mundo. Pero los dirigentes de estas sectas
consiguen todo lo que quieren de unos adeptos convertidos en esclavos. Yo no
veo, hasta cierto punto, mal que una persona entre en una secta (otra cosa es
como entre y de que manera) si dentro de ella va a encontrar una felicidad que
de otra manera le sería imposible obtener. E incluso no veo mal que para ello
su cuenta corriente se quede en números rojos, ya que cada uno es libre de
hacer lo que quiera con sus pertenencias. Lo que sí veo mal es la situación en
la que se encuentra el individuo cuando se da cuenta de que las expectativas
que tenía no se han visto cumplidas. En ese momento se encuentra totalmente
sólo, y sin embargo, necesita a la secta para seguir viviendo, ya que lo es
todo para él. Esta situación si me parece claramente reprobable.
A raíz de realizar este
trabajo me he fijado en la cantidad de sectas que tienen delegaciones en
Málaga, como pueden ser los Hare Krishna, los Mormones, los Testigos de Jehová,
la Hermandad de Satán, Nueva Acrópolis, creo que otra secta llamada Ágora, y
muchas más que se ocultan bajo nombres que les sirven de tapadera. Lo que me
sorprendió fue que vemos este fenómeno como algo alejado de nosotros, cuando en
realidad estamos diariamente, y desde hace bastantes años, conviviendo con estas
sectas. Es decir que hoy en día cualquiera puede entrar en una secta, sobre
todo si tiene una buena cuenta corriente, que al fin y al cabo es lo que nos
mueve a todos, incluso en los temas más “espirituales”.
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